Corea ol¨ªmpica
EL PRESIDENTE surcoreano, Roh Tae Woo, propuso solemnemente a su colega del Norte, Kim II Sung, al celebrar el aniversario de la independencia de Corea, una cumbre entre ellos "como medio m¨¢s r¨¢pido y eficaz de resolver todos los problemas". Mientras efectuaba esa propuesta daba orden a la polic¨ªa para que reprimiese de modo brutal las concentraciones de estudiantes deseosos de marchar hacia la zona desmili tarizada de Parimunjom para encontrarse con los es tudiantes del Norte. Esta actitud contradictoria refleja la situaci¨®n delicada en la que se halla el Gobierno de Corea del Sur. Elegido en las presidenciales de diciembre pasado, Roh tiene que gobernar con un Parlamento en el que la oposici¨®n democr¨¢tica dispone de mayor¨ªa. ?sta (como lo explica Kim Dae Jung -v¨¦ase EL PA?S del 15 de agosto-) se halla muy descontenta por el retraso de la democratizaci¨®n.En ese marco se sit¨²a el problema de la unificaci¨®n. Durante mucho tiempo pedir relaciones con Corea del Norte era un acto delictivo. Ahora una amplia corriente de opini¨®n es favorable a una pol¨ªtica de apertura hacia,el Norte. Ello se explica porque, a pesar del dogmatismo y cerraz¨®n del r¨¦gimen de Kim Il Sung, el factor nacional es muy fuerte en la mentalidad coreana. Por otro lado, la dictadura sufrida en el Sur ha contribuido a difuminar los colores m¨¢s negros de la realidad del Norte. Los m¨¦todos de los estudiantes radicales del Sur para forzar reuniones conjuntas con los del Norte dan lugar a cr¨ªticas. Pero su objetivo despierta extensas simpat¨ªas, los partidos democr¨¢ticos defienden su derecho a realizar esos encuentros Norte-Sur, y el Gobierno no puede ignorarlo.
Ahora el problema se complica con la perspectiva de los Juegos Ol¨ªmpicos que empezar¨¢n el 17 de septiembre. De ellos estar¨¢ ausente Corea del Norte: present¨® unas exigencias que no acept¨® el comit¨¦ organizador. Pero ello puede dar pretexto al sabotaje, por parte de sectores extremistas, de los Juegos con el argumento de que ¨¦stos dividen a Corea. Ello acrecienta la preocupaci¨®n de Roh por evitar que revueltas callejeras puedan estorbar los Juegos Ol¨ªmpicos, y explica su doble actitud: por un lado, proponiendo una cumbre a Kim II Sung para aparecer como campe¨®n de la unificaci¨®n; y a la vez, tomando medidas para neutralizar a los estudiantes que promueven acciones independientes para establecer puentes con el Norte. Su tesis es que la relaci¨®n con el Norte es cosa suya, del Gobierno, y de nadie m¨¢s.
?ste atraviesa asimismo por una situaci¨®n compleja: no puede seguir mucho tiempo impermeable a la evoluci¨®n de China y de la URSS. La decisi¨®n de estos dos pa¨ªses de participar en los Juegos ha puesto de manifiesto el aislamiento de Py¨®ng Yang. A la vez, las relaciones econ¨®micas entre Pek¨ªn y Se¨²l se han desarrollado y ambos pa¨ªses han establecido representaciones comerciales en sus capitales. Mosc¨² sigue el mismo camino. Ante los Juegos Ol¨ªmpicos, Kim Il Sung ha sido presionado por esos pa¨ªses y otrosdel campo socialista para que no entorpezca.
Por otra parte, la cercan¨ªa de los Juegos ha permitido que cuaje, por primera vez desde hace mucho tiempo, una reuni¨®n pol¨ªtica entre el Norte y el Sur. Ser¨¢ un encuentro de parlamentarios previsto en Panmunjom a finales de agosto. En ¨¦l se debatir¨¢ la participaci¨®n del Norte en los Juegos Ol¨ªmpicos. Con el escaso tiempo que queda para una soluci¨®n favorable con efectos operativos, cabe preguntar si esa reuni¨®n s¨®lo servir¨¢ para operaciones de propaganda.
Un factor a tener en cuenta es que en el Norte se empiezan a perfilar dos corrientes: una aperturista, deseosa de aprovechar el di¨¢logo con el Sur para iniciar una reforma interior. Para la otra corriente, dura, tal di¨¢logo es s¨®lo una t¨¢ctica para acrecentar las dificultades en el Sur. Es obvio que la marcha del mundo comunista hoy deber¨ªa reforzar la primera.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.