Espa?a gasta en asistencia m¨¦dica 2,3 billones cada a?o
El sistema sanitario espa?ol cost¨® el a?o pasado 2,3 billones de pesetas. La cifra equivale a 6 de cada 100 pesetas de valor a?adido generado por la actividad econ¨®mica, lo que se conoce como producto interior bruto (PIB). Un 75% del gasto corresponde al sector p¨²blico, cuya asistencia se deteriora a un ritmo del 0,7% anual, seg¨²n estudios que han intentado medir la calidad a partir de numerosos factores (gasto, n¨²mero de beneficiarios, atenciones recibidas, etc¨¦tera).Las estimaciones sobre el coste del sistema, en 1987, real?zadas por Eduardo Arrojo Mart¨ªnez, secretario general de Asistencia, Sanitaria, muestran ciertas diferencias entre el reparto de la financiaci¨®n y el de otras magnitudes. As¨ª, el sector privado, aunque realiza el 25% del gasto, emplea el 21% del personal y cuenta con el 17% de las camas hospitalarias.
El sector sanitario p¨²blico como puede observarse en el cuadro adjunto, es el agregado de m¨²ltiples administraciones Las tres cuartas partes de su gasto total corresponden a la Seguridad Social, mientras que otro 17% procede de las administraciones territoriales.
Una parte importante de la asistencia sanitaria p¨²blica es gestionada y provista a trav¨¦s del sector privado, que movi¨® en 1987 unos 579.000 millones de pesetas. El libre recurso de los funcionarios a las aseguradoras privadas a trav¨¦s de su mutualidad (Muface) representa m¨¢s de un tercio del volumen de negocio de las compa?¨ªas de seguros m¨¦dicos, cuya recaudaci¨®n supera los 80.000 millones de pesetas y cubre a 5,5 millones de personas. Adem¨¢s, la asistencia sanitaria de la Seguridad Social utiliza servicios privados por un importe cercano a los 100.000 millones.
Hospitales privados
Sin embargo, los hospitales privados tambi¨¦n han registrado una recesi¨®n. Su n¨²mero ha disminuido de forma progresiva, desde los 577 de 1975 hasta los 366 de 1986, si bien han mantenido la capacidad global en torno a las 30.000 camas.En la asistencia p¨²blica, la sensaci¨®n de deterioro del servicio que se observa entre algunos beneficiarlos tiene causas objetivables, a juzgar por las mediciones de la calidad del servicio que ha realizado Jos¨¦ Barea, uno de los mayores expertos espa?oles, catedr¨¢tico de Hacienda P¨²blica de la universidad Aut¨®noma de Madrid.
El ¨ªndice elaborado por Barea a partir de numerosos indicadores llega a la conclusi¨®n de que, entre 1980 y 1985, el servicio recibido por cada beneficiario se ha deteriorado a un ritmo anual del 0,76%. Y eso que ha sido a partir de 1985 cuando m¨¢s se ha extendido el n¨²mero de beneficiarlos -con la entrada de todos los j¨®venes de 21 a 26 a?os y de los desempleados con o sin cargas familiares- sin un correlativo aumento del gasto corriente ni de las inversiones, que llevan casi una d¨¦cada bajo m¨ªnimos.
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