Arnold, la bestia
Hubo un tiempo, hace ya de ello 20 a?os, en que rein¨® un peplum prehist¨®rico y rein¨® tanto en las pantallas como en los corazones de mucho embri¨®n de cin¨¦filo, que empaliced¨ªa, vibraba, re¨ªa y sudaba con sus hel¨¦nicos h¨¦roes entre rumores de c¨¢scaras varias. Peplum, decimos, prehist¨®rico, pero manufacturado bajo las mismas bases narrativas y est¨¦ticas del hist¨®rico, el b¨ªblico o de romanos. Por aquella planicie de la nostalgia sobrevuelan hoy los nombres de Steve Reeves, Mark Forrest, Gordon Scott y Reg Park, entre otras masas de carne y m¨²sculo aceitoso. Qui¨¦n iba a decimos que aquel cine, fenecido paralelamente a la defunci¨®n de las salas de barrio, resucitar¨ªa en los ochenta impulsado por una voluntad colosalista que nace de diversos frentes de la moda actual, como el comic, la brujer¨ªa o el culturismo. Todo ello alcanz¨® el cenit con un nombre impronunciable, Schwarzenegger.El actor y ex mister universo hab¨ªa hecho ya algunas apariciones antes de 1982 gracias a su f¨ªsico, pero fue en esa fecha y con Conan el b¨¢rbaro cuando salt¨® al estrellato. La obra decepcion¨® a la mayor¨ªa. John -Milius, su director -y guionista con el hoy superc¨¦lebre Oliver Stone-, se excedi¨® un tanto en sus planteamientos argumentales -la peripecia est¨¢ cortada por un patr¨®n ideol¨®gico y vengativo que cuadra con cualquier Charles Bronson de los ¨²ltimos milenios- y en su barniz de alta cultura, dando lugar a un producto de factura brillante -e im¨¢genes de violencia extrema-, pero cargado de solemnidad y autosuficiencia, graves peligros para la digesti¨®n que el veterano Richard Fleischer soslay¨®- en buena medida en su secuela, Conan el destructor, m¨¢s fresca y lineal y menos pretenciosa.
El inter¨¦s relativo de esta epopeya de m¨²sculos y espaldas de tonelada y media se ve superado por ?Te acuerdas de Dolly Bell?, la pel¨ªcula del yugoslavo Emir Kusturica, anterior a Pap¨¢ est¨¢ en viaje de negocios, emitida hace pocas semanas por TVE. Aunque mas que con aqu¨¦lla, la presente cinta podr¨ªa compararse con otra de reciente exhibici¨®n en las peque?as pantallas, la polaca Yesterday, pues su tema es paralelo: recabar en la sociedad de los a?os sesenta y en el estallido de unas ilusiones -en ambos casos, la m¨²sica pop es la que marca la pauta- que no se ver¨¢n correspondidas en los a?os venideros. Kusturica contempla a su adolescente protagonista y su acceso a la vida adulta con tacto, sensibilidad, humor amargo y comprensi¨®n; pese a partir de un gui¨®n ajeno, no es aventurado ver en ?Te acuerdas de Dolly Bell? retazos de la juventud y frustraciones de este estimable c¨ªneasta.
Por lo que hace a La Cenicienta y Ernesto y Noche de angustia, las otras pel¨ªculas de la programaci¨®n del d¨ªa, hay que decir que se trata de dos discret¨ªsimos productos; la primera, una versi¨®n sentimentaloide del cuento al que alude el t¨ªtulo, a cargo de Pedro L. Ram¨ªrez; la otra, pese a contar con George Stevens en la direcci¨®n y la excelsa Carole Lombard en la interpretaci¨®n, no pasa de un t¨®pico melodrama de enfermeras y hospitales.
Conan el b¨¢rbaro se emite a las 22.25 horas; ?Te acuerdas de Dolly Bell?; a las 2.30; Noche de angustia, a las 7.35; las tres por TVE-1. La cenicienta y Ernesto, a las 16.30 por TVE-2.
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