Punto final en la ¨¦pica de Mann

El filme Los h¨¦roes de Telemark, pen¨²ltimo de Anthony Mann -y ¨²ltimo ¨ªntegramente suyo, ya que el posterior, Sentencia para un dandy, fallecido el realizador a poco de concluir el rodaje, fue completado por Laurence Harvey, su protagonista- queda como el punto final de su ¨¦pica cinematogr¨¢fica y -como ocurre con El Cid, una de sus pel¨ªculas m¨¢s minusvaloradas- puede verse como un western puro trasladado a otras iconograf¨ªas, ah¨ª donde los caballos son sustitu¨ªdos por esqu¨ªs; de hecho, el espacio abierto y las grandes haza?as del hombre en ¨¦l, que definen al western y muy particularmente al propio Mann -que hizo verdaderas obras maestras en el g¨¦nero: Winchester 73, Tierras lejanas, El hombre de Laramie y Hombre del Oeste, por citar s¨®lo algunos-, aparecen inmaculados en esta gesta b¨¦lica de la Segunda Guerra Mundial protagonizada por los resistentes noruegos.Pel¨ªcula labrada sobre patrones convencionales del cine de guerra, Los h¨¦roes de Telemark es, gracias al aliento incansable de Mann -que, no obstante, no alcanza la altura de los momentos citados antes, tal vez por la falta de entidad en sus personajes, algo que no suced¨ªa en sus antol¨®gicos westerns, donde todo h¨¦roe estaba cruzado por l¨ªneas morales que le dignificaban y hu,manizaban-, Los h¨¦roes de Telemark es, dec¨ªamos un notable ejercicio de narraci¨®n cinematogr¨¢fica, con escenas tan inspiradas como la de la persecuci¨®n por la nieve.

La hija del embajador es una discreta comedia sentimental ubicada en Par¨ªs y donde el enredo lo protagonizan soldados americanos all¨ª destinados y la chica y el hombre del t¨ªtulo. Lo mejor de la obra es su elenco de secundarios, unos ya veteranos Adolphe Menjou, Myrna Loy y Edward Arnold, ¨¦ste fallecido poco despu¨¦s del rodaje tras cuarenta a?os exactos de ininterrumpida dedicaci¨®n al s¨¦ptimo arte.