Un taller m¨¢gico en el Louvre
Todo parece confirmar que el Museo del Louvre fue el primero en Europa que se decidi¨® a combinar, sin tapujos, objetivos tan aparentemente dispares como son la consagraci¨®n del arte y su comercializaci¨®n. En 1793, en plena Revoluci¨®n, el Louvre abr¨ªa sus puertas y organizaba un taller de moldeado de sus piezas esculturales con el objeto de establecer un sistema de conservaci¨®n, si no de las obras aut¨¦nticas, s¨ª al menos de la informaci¨®n existente sobre las mismas. Hoy, en algunos casos, ya no se dispone de determinados originales y otros han sido seriamente da?ados o amputados con el paso del tiempo.No obstante, en el subterr¨¢neo del Palais de Chaillot pueden encontrarse reproducciones magn¨ªficas de la Venus de Milo o de la Victoria de Samotracia, entre otras muchas piezas, y saber al menos c¨®mo eran cuando estuvieron en mejor estado. La idea, extremadamente civiliza da, no tard¨® en seducir a un p¨²blico amplio. Desde arist¨®cratas con ganas de poblar sus jardines de im¨¢genes de un remoto pasado hasta aquellos que decid¨ªan montar una academia de dibujo y andaban a la b¨²squeda de modelos naturales, muchos quisieron hacerse con un ejemplar.
No fue hasta la segunda d¨¦cada de este siglo, sin embargo, cuando el singular descubrimiento logr¨® convertirse en amplio negocio. Ahora cualquiera puede adquirir desde una aut¨¦ntica copia de una joya egipcia, reelaborada en metal noble, hasta el Escriba sentado o la ya mencionada Victoria de Sarnotracia, copia en tama?o natural, al precio de 60.000 francos (1.200.000 pesetas). El paso posterior consisti¨® en reducir tama?os y ampliar la gama de materiales con los que reproducir a escala los modelos (los hay que reproducen distintos momentos de su existencia y, por tanto, est¨¢n m¨¢s o menos estropeados) para ofertar a la creciente variedad en la demanda de los consumidores.
Los precios var¨ªan ostensiblemente, seg¨²n sean las estatuillas de yeso, o de marfil, o metalizadas. Y las ventas generan cantidades astron¨®micas de dinero.
Los ingresos que se obtienen de estas copias, de la venta de m¨¢s de un mill¨®n de postales, decenas de miles de cat¨¢logos y miles y miles de p¨®sters, entre otras cosas, suman cerca de 2.000 millones de pesetas al a?o, con los que el Louvre, museo class¨¦ et control¨¦ por excelencia, puede adquirir a su vez nuevos fondos de arte.
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