Para despu¨¦s del 92
Las obras de la Expo de Sevilla configurar¨¢n un espacio adaptado a las necesidades de una ciudad del futuro
Las obras de infraestructura de la Expo entran en su ¨²ltima fase. Aunque a simple vista la Isla de la Cartuja, lugar donde se celebrar¨¢ la muestra, parezca un desierto, est¨¢ surcada por cientos de kil¨®metros de conducciones subterr¨¢neas, desde los convencionales cables de cobre hasta los tubos para fibra ¨®ptica. La pr¨®xima primavera, cuando estas obras terminen, los edificios comenzar¨¢n a crecer y con ellos llegar¨¢ la transformaci¨®n definitiva de la isla. Estas obras establecen ya lo que ser¨¢ la Expo, celebraci¨®n que sus propios organizadores definen como la ventana privilegiada desde la cual mostrar Sevilla y Andaluc¨ªa.
Para Ignacio Monta?o, director general de la Sociedad Estatal para la Expo 92, la muestra universal no se puede entender como algo aislado: "Es un reto mucho m¨¢s importante que el de quedar bien. Se trata del futuro de Andaluc¨ªa, de vertebrar el territorio andaluz y dotarle de la infraestructura precisa para poder mostrar la regi¨®n a Europa a trav¨¦s de esta magn¨ªfica ventana". Monta?o resalta que se trata de un "compromiso de Estado", animado por una clara voluntad pol¨ªtica.Sevilla, seg¨²n reconocen los propios responsables de la Expo "es una ciudad pobre que quiz¨¢ atraviese ahora el punto m¨¢s bajo de su historia, con un 38% de paro obrero en la capital". La Expo se hace en esta ciudad, adem¨¢s de por su obvio significado hist¨®rico en los hechos conmemorados, para hacer de Sevilla "una aut¨¦ntica capital de Andaluc¨ªa, una ciudad con el nivel de Barcelona o Madrid, y de Andaluc¨ªa una regi¨®n europea".
La infraestructura con la que en la actualidad se dotan las 215 hect¨¢reas de la isla de la Cartuja, superficie tres veces mayor que el espacio utilizado en la ultima exposici¨®n de Vancouver, es, seg¨²n las mismas fuentes, "incluso excesiva para una exposici¨®n". Se trata de que perdure en el tiempo. Varias empresas extranjeras se han mostrado ya dispuestas a comprar pabellones una vez finalice la muestra, para instalarse en la regi¨®n. La especulaci¨®n inmobiliaria desatada los ¨²ltimos a?os en Sevilla se interpreta, pues, como una "avanzadilla del desarrollo" y como una "muestra del af¨¢n inversor en la regi¨®n".
En la actualidad son 68 los pa¨ªses que han anunciado su participaci¨®n en la muestra, a los que hay que sumar 12 organizaciones internacionales y cuatro grandes empresas. Estas cifras deben aumentar a¨²n sensiblemente, ya que est¨¢n pendientes los anuncios de participaci¨®n de pa¨ªses como Estados Unidos, Reino Unido, Suecia o Canad¨¢, cuya presencia se da por hecha por tratarse de grandes potencias industriales y tecnol¨®gicas Para el pr¨®ximo mes de diciembre se ha previsto el primer encuentro en Sevilla de los pa¨ªses participantes.
Las obras de infraestructura de la Expo, que entran ahora en su tercera y ¨²ltima fase, son calificadas por el director de la Divisi¨®n de Proyectos y Construcci¨®n, Gin¨¦s Aparicio, como la "quema de las naves", en el sentido de que a medida que avanzan se define la propia estructura de lo que ser¨¢ la gran exposici¨®n. Estas obras esbozan, pues, la utilidad del pol¨ªgono despu¨¦s de 1992, ya que las instalaciones no responder¨¢n a un espacio urbano convencional, sino a las necesidades de una ciudad dise?ada para ser escaparate de los descubrimientos, seg¨²n el tema central de la muestra.
Cables y tubos
Bajo el suelo de la isla se est¨¢ introduciendo toda aquella infraestructura que pa¨ªses, organizaciones internacionales y empresas participantes necesitar¨¢n para mostrar al mundo sus propios descubrimientos, as¨ª como para los servicios que precisar¨¢n los visitantes que acudan a la Cartuja durante los seis meses de la celebraci¨®n de la muestra.
S¨®lo en estas obras se invertir¨¢n este a?o 6.000 millones de pesetas, a los que hay que a?adir los 2.000 millones de 1987, invertidos en la primera fase de las obras para viales, aplanamiento del terreno y accesos, entre otras realizaciones. La segunda fase est¨¢ finalizando, y la tercera y ¨²ltima comenzar¨¢ en breve. Seg¨²n las previsiones, a finales de la primavera del a?o pr¨®ximo la Expo comenzar¨¢ a crecer hacia arriba y los avances se podr¨¢n comprobar a simple vista.
Con la tercera fase se meter¨¢ bajo el suelo la red de gas, que estar¨¢ surtida por un gasoducto desde Huelva y que atender¨¢ las necesidades de los distintos servicios, con una extensi¨®n de 21 kil¨®metros de tuber¨ªas en el recinto. La red de energ¨ªa el¨¦ctrica tendr¨¢ una extensi¨®n de 50 kil¨®metros y con 20.000 voltios a media tensi¨®n. Por ¨²ltimo, la red de comunicaciones, la m¨¢s espec¨ªfica de una muestra universal de estas caracter¨ªsticas, contar¨¢ con una sola conducci¨®n, que permite dos accesos a cada pabell¨®n. En esta red se introducir¨¢n tres tipos de cables: de fibra ¨®ptica, coaxiales y multifilares de cobre (cables convencionales). Tambi¨¦n cuenta la red con 75 c¨¢maras enterradas para conexiones y enlaces de un tama?o similar al que ocupan dos personas. Los tubos enterrados para cables de tel¨¦fono alcanzar¨¢n 380 kil¨®metros de extensi¨®n.
La instalaci¨®n de fibra ¨®ptica, con un acceso a la ciudad de Sevilla, constar¨¢ de un anillo principal, tres secundarios y mazos de 128 fibras. Estos cables servir¨¢n para transmisiones digitales de informaci¨®n -voz y datos- con alta definici¨®n, ya que las transmisiones ¨®pticas evitan interferencias radioel¨¦ctricas.
Las instalaciones subterr¨¢neas permiten la circulaci¨®n, a trav¨¦s de unos 35 kil¨®metros de conducciones, de dos tipos de agua: potable y la llamada agua bruta o agua del r¨ªo, procedente del meandro de San Jer¨®nimo y destinada a refrigeraci¨®n y riego. Otra conducci¨®n de agua independiente es la de la red contra incendios que, con una extensi¨®n de 12 kil¨®metros y salidas a todos los pabellones, estar¨¢ surtida por la empresa municipal de aguas de Sevilla, Emasesa.
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