Punto final
Quiero ante todo agradecer al portavoz del Ministerio de Defensa su declaraci¨®n respecto a mi carta al director publicada en este diario con el t¨ªtulo Sobre la sentencia de la Sala Quinta, al calificarlo de estar escrito con el coraz¨®n y no con la cabeza.Efectivamente as¨ª fue, como lo han sido todas las cartas que he dirigido al titular de ese ministerio, a las que no me ha contestado, excepto a una, por cierto muy afectuosa, pero totalmente inocua.
Una de las cosas m¨¢s necesarias que he aprendido en mi larga carrera militar es la de saber escuchar, guste o no guste lo que le digan a uno, pues cuando se dirige uno a un superior con todo respeto y amistad, con el coraz¨®n, es por su inter¨¦s y afecto, y en este caso por el bien del Ej¨¦rcito y de Espa?a.
Pues aunque no lo crea el excelent¨ªsimo se?or don Narciso Serra y Serra, hasta hace bien poco le he defendido siempre a capa y espada, no s¨®lo en Espa?a, sino en Bruselas, frente a dos jefes de delegaci¨®n ante la OTAN de dos pa¨ªses extranjeros, un almirante y un general de divisi¨®n, compa?eros m¨ªos del Curso Interej¨¦rcitos de la Escuela Superior de Guerra de Par¨ªs hace tres a?os, pues no pod¨ªa consentir como espa?ol que criticasen ante m¨ª a nuestro embajador acreditado ante la OTAN, se?or Ojeda, ni a nuestro ministro de Defensa, se?or Serra; y de ello puede dar testimonio quien fue jefe de nuestra delegaci¨®n de Espa?a en dicho organismo, el hoy teniente general Fernando Rodr¨ªguez Ventosa, a quien despu¨¦s de haber dejado el cargo se lo coment¨¦.
Finalmente ruego a los periodistas, locutores de radio y aficionados a la pluma, que estando ya inmediata la rentr¨¦e pol¨ªtica, se olviden de m¨ª, despu¨¦s de haberles servido de monstruo del lago Ness en un per¨ªodo vacacional en que faltan noticias.
Eso s¨ª, les invito a que lean un extenso art¨ªculo publicado en La Ley, revista jur¨ªdica espa?ola de doctrina, jurisprudencia y bibl¨ªograf¨ªa, con redacci¨®n en Goya, 15, 28001 Madrid, en su n¨²mero 2.020, correspondiente al martes 26 de julio pasado, titulado La gravosa condici¨®n de militar en la condena condicional, escrito por un fiscal de una audiencia territorial nacional.
Y como conclusi¨®n final de esta carta dir¨¦ dos cosas: una, que ya es hora de que se vayan enterando que sigo en situaci¨®n de actividad, y seguir¨¦ toda mi vida mientras Dios me la conceda y no cambien la ley, como caballero mutilado permanente de, guerra que soy; y la otra, que lo que m¨¢s me ha chocado es que, no hayan captado lo que ahora vuelvo a repetir. "Es evidente: que Espa?a ha sido y es diferente, y como la amo con todo mi ser, como a mi madre que es, me duele Espa?a"-
Teniente general del Ej¨¦rcito de Tierra.
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