Detr¨¢s est¨¢ la gente
Durante los d¨ªas finales del mes de junio se efectuaron, en el ¨¢mbito de la Consejer¨ªa de Salud de la Comunidad de Madrid, las contrataciones necesarias para cubrir los per¨ªodos de suplencias generadas por las vacaciones estivales. ?stas se realizaron a partir de listas de espera confeccionadas a trav¨¦s de una oferta p¨²blica para contrataciones a tiempo cierto. Esta convocatoria p¨²blica, te¨®ricamente defendible desde el punto de vista de la igualdad de oportunidades y sobre todo por la degeneraci¨®n y el desorden existentes en el antiguo sistema de contrataciones, tuvo en la pr¨¢ctica importantes lagunas y contradicciones, generadas principalmente por la ineficacia de la Administraci¨®n.La primera laguna tristemente rese?able no tard¨® en hacerse evidente, y consisti¨® en la falta de profesionales de enfermer¨ªa para contratar. No es extra?a esta ausencia sabiendo que durante los ¨²ltimos a?os se ha asistido al cierre progresivo de escuelas de enfermer¨ªa, lo que ha dado lugar a que la demanda de estos profesionales por el sistema sanitario haya sido superior a la oferta. Con una agravante notable en los hospitales dependientes de la Comunidad de Madrid, debido a la escasa generaci¨®n de trabajo fijo en el sector p¨²blico y, por encima de todo, en el tema que nos ocupa, el hecho de que la oferta en el per¨ªodo de tiempo de contrataci¨®n por parte del Insalud es netamente superior al de nuestra red auton¨®mica. Todo esto explica con facilidad para cualquiera (excepto para nuestra Administraci¨®n sanitaria) el porqu¨¦ de la imposibilidad de cubrir la demanda de trabajo en estos per¨ªodos con el suficiente personal de enfermer¨ªa.
Ante esta problem¨¢tica, la Administraci¨®n utiliza, como tantas veces, la l¨®gica de la gesti¨®n en lugar de la l¨®gica de la generaci¨®n de empleo, y procede al cierre de servicios sanitarios.
?Olvida la Administraci¨®n el da?o que con esta medida provoca en el usuario? ?Recuerda la lucha de los sindicatos de clase por la generaci¨®n de ofertas de empleo p¨²blico, en dura pugna con los que propugnan el desmantelamiento de la sanidad p¨²blica?
El cierre de estos servicios, especialmente en el hospital general Gregorio Mara?¨®n, es sensiblemente diferente, seg¨²n en cu¨¢l de ellos se produzca. El cierre temporal de unidades pedi¨¢tricas y maternales podr¨ªa ser, como mucho, defendible, pero nunca presentable desde el prisma de la salud p¨²blica.
P¨¦rdida de camas
Lo que resulta indefendible desde cualquier aspecto que se contemple es la p¨¦rdida temporal de camas en servicios tales como oncolog¨ªa y urolog¨ªa. Desde el aspecto sanitario, porque la demanda de estas camas hace que est¨¦n ocupadas al ciento por ciento durante todo el a?o, no generando listas de espera oncol¨®gicas, aunque s¨ª urol¨®gicas. Con la decisi¨®n adoptada se puede conseguir que en tres meses existan listas de espera en oncolog¨ªa y se agraven notablemente en urolog¨ªa. Desde el aspecto econ¨®mico, el cierre de estas camas genera un d¨¦ficit cercano a los 200 millones de pesetas, que se unir¨¢n a los mal planificados presupuestos del hospital.
Se?ores de la Administraci¨®n aut¨®noma: no cabr¨ªa preguntarse, si sus excusas son presupuestarias, el porqu¨¦ de un cierre que reduce la prestaci¨®n asistencial y el porqu¨¦ no son capaces de hacer una oferta p¨²blica de empleo consecuente con las deficiencias observadas, aun a costa de generar un d¨¦ficit que pudiera paliar estas deficiencias estructurales?
?Responde todo lo anteriormente expresado a lo que ustedes llaman su decidida apuesta por el sector sanitario p¨²blico o constituye un argumento de peso cedido por ustedes a los defensores de la sanidad privada?
Pero sobre todo tengan en cuenta que, como dice la canci¨®n, detr¨¢s est¨¢ la gente. Detr¨¢s de las planificaciones y de las negligencias est¨¢ la gente con sus peque?os y grandes problemas, con su falta de salud y de empleo fijo. Detr¨¢s est¨¢ la gente enferma y desempleada, los ciudadanos que esperan que la salud no se compre ni se venda. Detr¨¢s est¨¢ la gente de la que ustedes son representantes. Detr¨¢s est¨¢ la gente que considera que la salud es un derecho constitucional, y el sector p¨²blico debe cubrirla antes de -y para evitar- la llegada de los especuladores.
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