El nuevo pasaporte holand¨¦s derriba al ministro de Defensa

, El ministro de Defensa holand¨¦s, Wim van Eekelen, miembro del Partido Liberal (VVD), que forma coalici¨®n gubernamental con la Democracia Cristiana (CDA), present¨® ayer su dimisi¨®n al primer ministro, Ruud Lubbers, tras perder la confianza de su propia fracci¨®n, al final de una larga pol¨¦mica originada por el cambio de pasaporte en los Pa¨ªses Bajos por el europeo y las presuntas irregularidades y sospechas de amiguismo de las que se acusa a Van Eekelen, cuando ¨¦ste era secretario de Estado para Asuntos Europeos en el pasado Gobierno holand¨¦s.El CDA, partido en el que milita Lubbers, se abstuvo de calificar la actuaci¨®n del ex ministro, durante la sesi¨®n extraordinaria que se desarroll¨® en el Parlamento neerland¨¦s, durante la noche del lunes.

Antes de llegar al Ministerio de Defensa en junio de 1987, Van Eekelen fue secretario de Estado de Asuntos Exteriores. Desde ese puesto, se encarg¨® de adjudicar la contrata de impresi¨®n del nuevo pasaporte que recay¨®, por vez primera, en una empresa comercial, cuyas siglas son KEP. Hasta entonces, los trabajos relativos a la moneda nacional y otras impresiones oficiales, las realizaban las compa?¨ªas estatales de moneda y timbre.

La crisis gubernamental abierta ayer no se centra tanto en la mala calidad del nuevo pasaporte, que puede ser f¨¢cilmente falsificable y resulta caro, como en el conflicto de poderes destapado. Y ello porque la compa?¨ªa KEP, que garantizaba la pieza en 24 horas, deb¨ªa ocuparse tambi¨¦n del registro de datos de los ciudadanos. Esa informaci¨®n tan delicada, que pasaba luego a los centros de datos de la polic¨ªa, estaba as¨ª en manos de una empresa privada, que pod¨ªa abusar de ella. El hecho restaba adem¨¢s protagonismo a las autoridades locales holandesas, que hab¨ªan batallado largamente por centralizarla en los municipios.

Un primer informe oficial, se?al¨® el pasado invierno los defectos del pasaporte, que fue contrastado con el brit¨¢nico. En ese momento, responsables de KEP aseguraron que, de perder la exclusiva, imprimir¨ªan pasaportes en blanco para distribuirlos luego en el mercado negro de Amsterdam. A pesar de semejante amenaza, la verdadera tormenta no se desat¨® hasta ayer, cuando el actual ministro de Asuntos Exteriores, Van Der Broek, y su secretario de Estado, Van Der Linden, remitieron una carta al Parlamento donde abr¨ªan la posibilidad de esta crisis, al prestarse a una cr¨ªtica por parte de los diputados. Los dos pol¨ªticos aseguraron que no ten¨ªan nada que ocultar, pero poco despu¨¦s del mediod¨ªa los liberales abandonaban a Van Eekelen, que se ve¨ªa obligado a dimitir.

El affaire del pasaporte no ha sido el ¨²nico tropiezo en la carrera de Van Eekelen, quien ya tuvo problemas con la fabricaci¨®n de submarinos para la marina holandesa cuando, durante un per¨ªodo, ostent¨® tambi¨¦n la secretar¨ªa de Estado de Defensa. Los submarinos resultaron demasiado caros, sin que nadie pudiera explicarse la raz¨®n. Los trabajos sobre el pasaporte le fueron asignados m¨¢s tarde por el Gabinete porque se pens¨® que as¨ª estar¨ªa alejado de asuntos conflictivos.

Van Eekelen ser¨¢ sustituido probablemente por el embajador holand¨¦s ante la OTAN, Jaap De Hoop Scheffer, seg¨²n un despacho de la agencia holandesa de Prensa ANP.