Adolfo Arrieta
Un cineasta de la mesa redonda
Adolfo Arrieta lleg¨® al planeta perdido por su vocaci¨®n de cineasta. Extremadamente vanguardista, encontr¨® en Francia la comprensi¨®n que le negaba su propio pa¨ªs. Ninguna sala comercial se ha atrevido a proyectar sus pel¨ªculas; sin embargo, Studio 43, en Par¨ªs, presentar¨¢ su obra completa el pr¨®ximo oto?o. Ahora, subvencionado por el Ministerio de Cultura y por la televisi¨®n francesa, trabaja sobre un gui¨®n de Cocteau, Los caballeros de la mesa redonda, y prepara un episodio para la serie de Televisi¨®n Espa?ola Delirios de amor.
Adolfo lleg¨® a estudiar dos a?os de filosof¨ªa, pero lo que de verdad le apetec¨ªa era hacer pel¨ªculas. Nunca se matricul¨® en el Instituto de Cinematograf¨ªa porque "hacer pel¨ªculas comerciales me parec¨ªa complicad¨ªsimo". De modo que se compr¨® una c¨¢mara y se dedic¨® a experimentar por su cuenta.Trabajaba siempre fuera de la industria y, muy dignamente, comenta: "La calidad no tiene relaci¨®n directa con el presupuesto", pero, de hecho, se ve¨ªa circunscrito a la sala Caracas de la calle Fuencarral, uno de los pocos cines underground que existieron en Madrid.
Tal vez por eso vive entre Madrid y Par¨ªs, donde son m¨¢s comprensivos con su trabajo. En el a?o 1967, la revista Cahiers du cin¨¨ma comentaba El crimen de la pirindola, asegurando que era "el acta de nacimiento de un nuevo cine libre en Espa?a".
Siete a?os m¨¢s tarde, con Las intrigas de Sylvia Cuski, ganaba el Grand Prix de Cin¨¦ma Different, celebrado en Toulon. La pel¨ªcula, en la que interven¨ªa un grupo de travestidos famosos en las calles de Par¨ªs, reflej¨® de modo muy preciso un momento est¨¦tico de la capital francesa.
El ¨²nico cine espa?ol en que se pueden ver peri¨®dicamente sus pel¨ªculas es la Filmoteca Nacional: "Supongo que no hay salas suficientemente osadas", comenta Adolfo.
Ahora est¨¢ adaptando un gui¨®n de Cocteau sobre Los caballeros de la mesa redonda. La pel¨ªcula se rodar¨¢ en Espa?a, con parte de dinero espa?ol. En ella intervendr¨¢n Javier Grande, habitual en las pel¨ªculas de Adolfo, y Javier Gurruchaga, entre otros.
Tuvo que rechazar tres veces la subvenci¨®n porque "ning¨²n productor quer¨ªa hacerse cargo de un presupuesto de 15 millones". Adolfo tiene una amarga experiencia como productor: "Si traba' te, sin productor, todo acaba resultando mucho m¨¢s caro". Al fin ha decidido producirse a s¨ª mismo, al menos formalmente, y aceptar el dinero que le brindan el Ministerio de Cultura y la televisi¨®n francesa.
Poco despu¨¦s del estreno de Bombero -la historia de la sublimaci¨®n de una frustraci¨®n infantil-, un entusiasta se dirigi¨® a Adolfo para aconsejarle: "Un d¨ªa se me apareci¨® un ¨¢ngel -un ser que no ten¨ªa nada que ver con la realidad- y me recomend¨® trabajar sobre historias de caballeros", explica Adolfo.
"Me entreg¨® una recopilaci¨®n de textos sobre caballer¨ªas, que en realidad constitu¨ªan un tratado sobre la esquizofrenia". Y, c¨®mo no, desde hace tiempo, Adolfo vive perseguido por el demonio Ginifer, por el mago Merl¨ªn y por la b¨²squeda eterna del Grial.
El demonio Ginifer, que act¨²a a las ¨®rdenes del mago Merl¨ªn (en la pel¨ªcula, Javier Gurruchaga), toma la forma de los caballeros y act¨²a en su lugar. Adolfo asegura que "a veces, act¨²a en la vida real suplant¨¢ndome, con la intenci¨®n de deshacerse de la pel¨ªcula".
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