El Madrid no mejor¨® su juego ante el Moss
El Real Madrid sentenci¨® la primera eliminatoria de la Copa de Europa con los tres goles conseguidos ayer en el partido de ida. La renta conseguida por el equipo madridista es practicamente imposible que la supere en su campo un equipo de la categoria evidenciada en el Bernab¨¦u por el campe¨®n noruego, un grupo de amigos pluriempleados. La goleada madridista, de todos modos, no oculta la crisis de juego que atraviesa el equipo y, que no remedia ni una competici¨®n del rango y seriedad de la Copa de Europa, en la que los madridistas se transforman. El Moss, un equipo que en Espa?a tendr¨ªa dificultades para jugar en Segunda Divisi¨®n B, se permiti¨® el lujo, en la segunda parte, de poner en evidencia el mal momento f¨ªsico de los hombres de Beenhakker.El Moss consigui¨® una goleada honrosa. Con esa pretensi¨®n se colocaren sobre el terreno de juego y vuelven a Noruega con el objetivo cumplido. Saltaron al campo con el miedo esc¨¦nico del Bernab¨¦u y a la historiadel Madrid, pero, apenas transcurrido unos minutos del partido, los jugadores noruegos pudieron comprobar que su principal problema era el agobiante calor, con casi 30 grados de temperatura. Fjaerestad se baj¨® las medias a los cinco minutos; diez despu¨¦s, dos compa?eros suyos se lanzaron como locos al banquillo pidiendo una botella de agua. Pero el primer jarro de agua les lleg¨® cuatro minutos despu¨¦s, cuando Losada abri¨® el marcador.
Los noruegos pensaron entonces que su sed pod¨ªa ser apagada con un torrente de goles. No tard¨® en llegar el segundo tanto de Tendillo y, apenas cumplida la primera hora del encuentro, Butrague?o, que a los cuatro minutos fall¨® un gol cantado con toda la porter¨ªa a su servicio, estableci¨® el tanteador que seria definitivo, y que pudo incrementarse si el ¨¢rbitro hubiese se?alado un penalti hecho a Butrague?o. Fue en esos primeros 30 minutos cuando el Madrid desarroll¨® el mejor juego del encuentro.
El marcaje por zonas, y no al hombre, de los jugadores noruegos, permiti¨® a los conductores del juego madridista, Schuster y Gallego, actuar con mayor libertad. El jugador alem¨¢n, que en el primer tiempo corri¨® m¨¢s que todos sus compa?eros juntos, jug¨® m¨¢s ade lantado que en otras ocasiones, guardadas sus espaldas por Gallego.
Bast¨® ese primer tiempo y los tres goles conseguidos para sentenciar la eliminatoria. Eso debieron de pensar los madridistas, para quienes sobr¨® la segunda parte, en la que volvieron a cometer los errores que les ha sumido en su crisis de juego. Schuster not¨® el cansancio, al igual que todo el equipo madridista. Se conoce que los noruegos bebieron en el descanso m¨¢s litros de agua que ellos y se mostraron m¨¢s frescos, aunque no crearan una sola ocasi¨®n de peligro en todo el encuentro. Los ¨²nicos ataques del Moss fueron los saques de puerta de su portero, que llegaban hasta las proximidades de Buyo.
El Moss, pese a su ingenuidad y escasos recursos, puso en evidencia la crisis f¨ªsica de los madridistas en el segundo tiempo, aunque su entrenador, tras el partido, asegurara que el calor no les hab¨ªa afectado. Beenhakker resumi¨® el partido al decir, "es muy dif¨ªcil jugar cuando hay 11 piedras enfrente".
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