El turno de Sabina
La plaza de Las Ventas volvi¨® a llenarse hasta la bandera por segundo d¨ªa consecutivo. Esta vez era Joaqu¨ªn Sabina el objeto de deseo de un p¨²blico -el madrile?o- que parece no tener l¨ªm¨ªtes. El verano de 1988 ser¨¢ recordado como el del fin de la, tantas veces proclamada, crisis musical y discogr¨¢fica.Sabina es parte importante de ese resurgimiento. El hombre del traje gris, su ¨²ltimo disco, ha vendido 85.000 copias en una semana, una cifra impresionante para nuestro pa¨ªs, y as¨ª, algunas discogr¨¢ficas pueden sonre¨ªr al futuro al tener cubierto el presupuesto de ventas mensual... ?el d¨ªa 7!
Poco menos que expulsado de su anterior compa?¨ªa, Sabina ha conocido en los tres ¨²ltimos a?os el sabor del triunfo rotundo. Un triunfo plasmado no s¨®lo en n¨²mero de discos vendidos, sino en directo sobre un escenario, tal y como sucedi¨® el viernes pasado en Las Ventas.
Joaqu¨ªn Sabina
Joaqu¨ªn Sabina, voz y guitarra ac¨²stica; Javier Paxari?o, saxo; Javier Mora, teclados; Ester God¨ªnez, percusi¨®n y voces; ?ete, bater¨ªa; Esteban Cabezos, bajo; Eduardo Pinilla, guitarra; Pancho Varona, guitarra. Madrid, 9 de septiembre, plaza de toros de Las Ventas. Duraci¨®n: dos horas.
Sabina introdujo su soft rock en la mente y el cuerpo de los m¨¢s de 20.000 asistentes, que aplaudieron y bailaron a lo largo de las dos horas de concierto.Sabina tiene una especial cualidad comunicadora que acerca sus canciones al d¨ªa a d¨ªa de muchos prisioneros urbanos, que les hace identificarse con los personajes y las situaciones, que describe con maestr¨ªa. Y como el envoltorio musical es de un material nada crispado, resulta dif¨ªcil resistirse a entrar en su mundo. Un mundo en el que no hay, tantos perdedores como parecer¨ªa por sus letras, pero que ¨¦l quiere dedicar a sectores marginales y olvidados.
Buena instrumentaci¨®n -excelentes solos a cargo de Eduardo Pinilla- y buenas luces, en otra noche m¨¢s de triunfo: era el turno de Joaqu¨ªn Sabina.
Babelia
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