Javier Solana: "La escuela necesita un clima de distensi¨®n y armon¨ªa"
El esfuerzo inversor en Educaci¨®n, seg¨²n el ministro, contribuir¨¢ a consolidar el crecimiento econ¨®mico
Es precisamente en lo que constituye pura tarea de gesti¨®n donde Javier Solana encuentra el mayor grado de satisfacci¨®n y lo que le tiene desde hace dos meses en un cierto estado de excitaci¨®n entusiasta. Cree que se puede hacer mucho para mejorar la gesti¨®n de las cosas cotidianas del sistema educativo. Est¨¢ obsesionado por contribuir a crear un clima de di¨¢logo, distensi¨®n y armon¨ªa en todo el panorama educativo del pa¨ªs, y afirma sin reparos que eso es lo que le gustar¨ªa que quedase como impronta de su paso por el hasta ahora excesivamente convulso ministerio de Alcal¨¢, 34.Pregunta. Todo el mundo ha resaltado su esp¨ªritu dialogante. Pero las reivindicaciones econ¨®micas del profesorado pasan necesariamente por una determinada pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno. ?Va a haber un salto realmente importante en los pr¨®ximos presupuestos para educaci¨®n? ?Nos acercaremos, por fin, a ese m¨ªnimo del 6% del PIB que es m¨¢s o menos la media de los pa¨ªses de la CE?
Respuesta. Yo puedo afirmar lo que ha sido dicho ya no s¨®lo por m¨ª, sino por el propio presidente del Gobierno. En Espa?a, durante los ¨²ltimos a?os, hemos tenido que hacer reestructuraciones econ¨®micas importantes, profundas, que han requerido la canalizaci¨®n de recursos tambi¨¦n muy importantes. Terminado ese proceso, o en v¨ªas de terminaci¨®n, sin duda va a existir un conjunto de recursos mayores para atender las necesidades de otro tipo que la sociedad sigue teniendo, entre ellas, y con car¨¢cter prioritario, las de la educaci¨®n, porque de ella depende en gran medida el crecimiento sostenido de la econom¨ªa y bienestar del pa¨ªs. S¨ª; creo firmemente que vamos a acercarnos muy pronto a los niveles de gastos de educaci¨®n de los pa¨ªses de la CE.
P. ?No cree usted que se tienden a sacrificar las inversiones estatales en educaci¨®n simplemente porque se considera que no tienen una rentabilidad electoral a corto plazo?
R. Creo que ser¨ªa un error pensar as¨ª, por una raz¨®n que est¨¢ impl¨ªcita en su pregunta. Los cambios, las inversiones en educaci¨®n tienen un proceso de maduraci¨®n muy largo. Por tanto, con mayor raz¨®n hay que tener en cuenta que en educaci¨®n no se puede perder el tiempo, que debemos empezar a sembrar cuanto antes, conscientes precisamente de que el proceso es lento.
P. ?No tiene la impresi¨®n de que en los ¨²ltimos a?os se ha hablado quiz¨¢ en exceso de profesorado, estructuras e infraestructuras y muy poco de los alumnos, que son el centro del sistema educativo?
R. Es posible que tenga usted raz¨®n en el sentido de que quiz¨¢ hayan trascendido ¨²nicamente los grandes cambios estructurales y legislativos, que, en cual quier caso, siempre tienen como objetivo la mejora del servicio al alumno. Pero es posible que s¨ª, que, un tanto parad¨®jicamente puede haberse dado la impresi¨®n de cierta p¨¦rdida de atenci¨®n ha cia el verdadero protagonista del sistema educativo, que es el alumno. Ahora bien, no debe perderse de vista que todo ese proceso educativo pasa fundamentalmente a trav¨¦s de la figura del profesor, y s¨®lo si ¨¦ste se sien te suficientemente estimulado el proceso puede funcionar adecua damente.
Un curso tranquilo
P. Tambi¨¦n ha expresado usted su esperanza de que el curso se desarrolle con normalidad. ?Puede ser esto m¨¢s un fruto del de seo que del an¨¢lisis de la realidad? Las medidas adoptadas por el Consejo de Ministros al comienzo del verano suponen el desarrollo de un preacuerdo que los profesores rechazaron expresamente en refer¨¦ndum.
R. Sin duda, esa declaraci¨®n que he hecho, y que vuelvo a hacer, en el sentido de expresar mi esperanza en que el curso no s¨®lo se inicie, sino que termine tambi¨¦n en un clima de serenidad y de di¨¢logo por el bien de la ense?anza p¨²blica de nuestro pa¨ªs es, desde luego, reflejo de un deseo, pero tambi¨¦n de un an¨¢lisis, que puede ser m¨¢s o menos acertado, de la realidad y necesidades de este momento. Dec¨ªa usted, y dec¨ªa bien, que ha habido una acuerdo del Consejo de Ministros que sin duda viene a resolver algunas de las reivindicaciones m¨¢s importantes del profesorado, y no s¨®lo en materia, econ¨®mica. En una parte muy importante se ha dado satisfacci¨®n a las reivindicaciones y en otra no. Unido esto a la oferta que yo hago, una vez m¨¢s, de una negociaci¨®n responsable, seria, que contemple los problemas pendientes de la educaci¨®n a corto, medio y largo plazo, me hace pensar que este curso no s¨®lo se va a iniciar con serenidad, con paz escolar, sino que espero que a lo largo del mismo se pueda mantener esa concordia. Creo que ni la escuela en particular ni el sistema educativo en general pueden funcionar sin un clima de distensi¨®n y armon¨ªa, y a conseguir este clima voy a dedicar todos mis esfuerzos.
P. Estamos muy lejos de una oferta plena en el nivel de la ense?anza secundaria. Ah¨ª estan los dobles turnos en numerosos institutos de la periferia de las grandes ciudades. ?Qu¨¦ se va a hacer en el futuro inmediato para remediar ese d¨¦ficit?
R. A m¨ª me gustar¨ªa que analiz¨¢ramos la situaci¨®n de hoy con la perspectiva de 1982 y 1983. No soy muy amigo de analizar la realidad como en una foto fija. Venimos de una situaci¨®n en la que hab¨ªa unas carencias muy importantes. No estoy tan ciego como para afirmar que esas carencias est¨¢n todas resueltas, pero s¨ª creo que es de justicia reconocer que el esfuerzo que se ha hecho en materia educativa desde el a?o 1983 hasta aqu¨ª es muy importante. Puedo darle un par de datos a t¨ªtulo meramente indicativo. Por ejemplo, uno de cada cinco de los puestos escolares actuales han sido creados durante el mandato socialista, as¨ª como la mitad de los institutos de ense?anza media existentes actualmente en Madrid, o que los fondos destinados a becas se han multiplicado por siete, sin olvidar el tiempo y esfuerzos que ha habido que dedicar a la importante labor legislativa que se ha relizado: la LODE, la LRU, la ley de la Ciencia, etc¨¦tera.
La nueva inspecci¨®n
P. Sin embargo, algunas medidas adoptadas por el Gobierno socialista en materia de ense?anza podr¨ªan calificarse de aut¨¦nticos fracasos. Entre ellas puede citarse el modelo de inspecci¨®n.
R. Yo no lo calificar¨ªa con esa crudeza. Es verdad que hay que hacer un esfuerzo para situar el modelo de inspecci¨®n en el lugar que le corresponde, y en esa direcci¨®n me propongo trabajar y con urgencia: mejorar el sistema de inspecci¨®n, que nada tiene que ver con la p¨¦rdida de democracia en la escuela, en el sistema educativo, sino al contrario.
P. ?Puede concretar una fecha para la entrada en el Parlamento del proyecto de ley que regular¨¢ la reforma del sistema educativo no universitario?
R. En este momento no quisiera dar una fecha en relaci¨®n con las medidas de car¨¢cter legislativo. Pero hay muchas otras medidas que no tienen ese car¨¢cter y que pueden y deben empezar a aplicarse de inmediato, como las que ya se han emprendido en la formaci¨®n profesional, pieza clave para m¨ª de la reforma. Tras un a?o dificil, durante el que se ha ido desarrollando el debate sobre el proyecto de reforma, nos encontramos hoy con un n¨²mero muy importante de documentos que han surgido de los colectivos de profesores, de las oganizaciones empresariales de la ense?anza, de las asociaciones de padres, alumnos, sindicatos, etc¨¦tera. Estamos estudiando todas las sugerencias. Vamos a tratar de ordenarlas y ofrecer a la sociedad los puntos sobre los que existe mayor acuerdo o menor. Desde el momento en que lo hagamos p¨²blico yo me voy a dedicar a tratar de limar asperezas, de encontrar o de acercar las posiciones de unos y de otros, y cuando ese consenso est¨¦ conseguido (no me atrevo a anticipar una fecha, pero me gustar¨ªa que pudiera ser en enero pr¨®ximo), plantearemos aquellas medidas de rango de ley y las que no lo tienen.
P. ?Estima que hay una sensibilizaci¨®n suficiente ante esta reforma? El propio ministerio public¨® una encuesta, de la que se deduc¨ªa que la inmensa mayor¨ªa del profesorado consultado sobre la reforma dio la callada por respuesta.
R. Sin duda, el a?o pasado no ha sido el m¨¢s propicio para un debate sereno sobre una reforma de esta naturaleza por razones de todos conocidas. Eso ha hecho que hayamos revisado el calendario previsto. Porque es verdad que nuestro deseo es que a esa reforma que se emprende con ambici¨®n y con esperanza deben sumarse imprescindiblemente el colectivo de profesores.
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