"Hubo un per¨ªodo en el que iba a ciegas"

Pregunta. Dice usted que el fil¨®sofo s¨®lo tiene una idea y que usted ya tiene la suya, la idea de l¨ªmite, pero, ?qu¨¦ ocurre con su obra anterior en la que esa idea no era, al menos, consciente? y, por otra parte, c¨®mo tener la seguridad de que ya ha encontrado la idea de verdad.Respuesta. Yo creo que el fil¨®sofo es hombre de una sola idea y que eso es siempre as¨ª. Incluso cuando pienso en fil¨®sofos lo hago como encarnaciones de una idea. Por ejemplo, en Plat¨®n, la idea; en Arist¨®teles, la energeia, el ser como ser en acto; Nietzsche es el eterno retorno de la voluntad de poder; Hegel el esp¨ªritu absoluto; Heidegger, su peculiar concepci¨®n del ser. Mi idea es la inflexi¨®n a la noci¨®n de l¨ªmite. Esta idea est¨¢ formulada en un libro de modo incosciente. All¨ª est¨¢ de cuerpo entero, pero, cosas que pasan, yo no me di cuenta, en Lo bello y lo siniestro. En Los l¨ªmites del mundo reflexiono sobre la idea de l¨ªmite por primera vez, pero sin tomar conciencia de que en Lo bello y lo siniestro ya estaba. Ahora, por primera vez me emancipo de los cl¨¢sicos, por respeto a ellos, y la idea ya est¨¢ fecundando todo el discurso. En todo lo anterior, estaba insinuada, formulada, pero de una manera muy impersonal, muy referida a otras tradiciones a las que sigo en alg¨²n sentido. Hubo un per¨ªodo, de casi 10 a?os, en el que iba a ciegas, como si estuviese buscando este centro sin encontrarlo, pero creo que los escritor de esa ¨¦poca adquieren un sentido u otro si se pueden leer desde este libro.

P. Y en ese per¨ªodo en el que dice usted que andaba a ciegas, ?Era consciente de su ceguera?

R. S¨ª, porque sufr¨ªa mucho.