Desigual adhesi¨®n a la huelga de la CGT argentina
La nueva huelga general declarada por la Confederaci¨®n General del Trabajo (CGT) de Argentina, central ¨²nica de orientaci¨®n peronista, se cumpli¨® ayer en todo el pa¨ªs, con mayor adhesi¨®n en los grandes centros industriales y sin afectar al comercio en las principales ciudades. Los ¨ªndices de participaci¨®n en la huelga -decretada como protesta por la acci¨®n policial tras la huelga del pasado viernes- difieren en un 50% seg¨²n sean difundidos por la CGT o por el Gobierno. El personal jer¨¢rquico de las empresas p¨²blicas y privadas ocup¨® sus puestos, pero s¨®lo prestaron servicios de emergencia.
Una bomba explot¨® en la capital de la provincia de Tucum¨¢n, al norte del pa¨ªs, pero no produjo v¨ªctimas. La polic¨ªa recogi¨® algunas denuncias de atentados con piedras, contra autobuses que circularon por la ma?ana. Los ferrocarriles no funcionaron y tampoco los transportes de media y larga distancia.El conflicto se ha trasladado ahora a las duras acusaciones mutuas entre el radicalismo y los partidos de la oposici¨®n. Los funcionarios del Gobierno mantienen su doble discurso desde el viernes, cuando la polic¨ªa reprimi¨® duramente a lo manifestantes que participaron en el acto convocado por la CGT en la plaza de Mayo. Por un lado, se evita deliberadamente incriminar a los dirigentes sindicales y, por otro -sobre el fondo de im¨¢genes compaginadas por televisi¨®n, donde se observa el saqueo de negocios en la zona c¨¦ntrica de Buenos Aires-, se advierte sobre las consecuencias que tendr¨ªa para el pa¨ªs un eventual triunfo del peronismo en las pr¨®ximas elecciones generales.
Medida exagerada
Carlos Menem, el candidato peronista que seg¨²n las primeras encuestas lleva un 20% de ventaja sobre el radical Eduardo Angeloz, dijo que no le sorprenden esas declaraciones porque "responden a una campa?a anunciada en mi contra, ¨¦sto ya lo sab¨ªamos. Lo que me preocupa son las consecuencias que puede tener para el pa¨ªs el recurso extremo de provocar nuevamente el enfrentamiento entre las mayor¨ªas populares". Los l¨ªderes peronistas, a pesar de su apoyo p¨²blico al paro declarado por la CGT como repudio contra la represi¨®n policial el viernes pasado, consideran que la medida ha sido exagerada. Menem se deslig¨® de ella cuando aclar¨® que era "una decisi¨®n de los dirigentes gremiales".El ministro de Trabajo, Ideler Tonelli, en un mensaje al pa¨ªs difundido el domingo por la noche por la cadena nacional de radio y televisi¨®n, asegur¨® que el paro "no re¨²ne los requisitos de legitimidad que exige la Constituci¨®n nacional". El Gobierno, seg¨²n el ministro Tonelli, no declar¨® ilegal la huelga porque no desea dejarse llevar "a una din¨¢mica de confrontaci¨®n". A pesar de la seguridad con que el ministro del Interior, Enrique Nosiglia, y el jefe de la Polic¨ªa Federal, comisario Juan Pirker, anunciaron "ya los tenemos identificados", a¨²n no se sabe con certeza qui¨¦n y de qu¨¦ modo provoc¨® los incidentes del viernes entre las fuerzas policiales y los manifestantes en el acto con que se clausur¨® la huelga general.
Los testimonios period¨ªsticos no oficiales se?alan que exist¨ªa previamente un clima de violencia. La polic¨ªa cumpli¨® ¨®rdenes precisas y reprimi¨® con gran dureza. Se produjeron un centenar de heridos. Los manifestantes detenidos eran ocultados en carros blindados, donde se les apaleaba. En algunos casos, les obligaron a gritar: "Muera Per¨®n" y "Muera la democracia".
La intensa propaganda oficial, apoyada por los peri¨®dicos m¨¢s importantes, aisl¨® a los dirigentes sindicales. Sa¨²l Ubaldini, secretario general de la CGT, no tiene margen ya para negociar, luego de cumpida la huelga, y es posible que sea obligado a renunciar, junto con el actual consejo directivo, antes de noviembre, cuando el peronismo inicie su campa?a electoral.
Crisis econ¨®mica
La crisis econ¨®mica que padece el pa¨ªs no deja espacio para la lucha pol¨ªtica. El Gobierno, que ha jugado su ¨²ltima carta con el llamado plan primavera, necesita de una relativa paz social en la que pueda recomponer su deteriorada imagen. Por su parte los dirigentes pol¨ªticos del peronismo saben que, mas all¨¢ de la injusticia y la miseria que invocan los l¨ªderes sindicales, su partido debe empe?arse en ahuyentar los fantasmas de un pasado violento. Ambos, radicales y peronistas, conocen adem¨¢s los riesgos que todav¨ªa acechan a la transici¨®n democr¨¢tica. Es por eso que durante todo el fin de semana los principales dirigentes se han mantenido en permanente contacto telef¨®nico.Los heridos del viernes se recuperan, los agravios se reparan y la sociedad retorna su tarea a partir de hoy. Pero la situaci¨®n social sigue mostrando estos datos: 1.000.000 de desocupados, 6.200.000 analfabetos funcionales, inflaci¨®n superior al 25% mensual y corrupci¨®n en la Administraci¨®n p¨²blica. M¨¢s una deuda externa que supera ya los 56.000 millones de d¨®lares y a la que deben agregarse otros 100 millones, los que el pa¨ªs ha perdido a consecuencia de las huelgas del viernes y de ayer.
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