Reagan decide saldar las deudas del EE UU con las Naciones Unidas

Ronald Reagan, en una s¨²bita conversi¨®n, ha decidido hacer las paces con las Naciones Unidas y pagar las cuantiosas deudas de Estados Unidos a la organizaci¨®n mundial, con la que ha mantenido un enfrentamiento en los ocho a?os de su presidencia. Washington ha anunciado que pagar¨¢ inmediatamente los 188 millones de d¨®lares (23.000 millones de pesetas) retenidos que debe de 1988 y para 1989, y pedir¨¢ al Congreso 520 millones m¨¢s de d¨®lares para pagar deudas atrasadas. No ha sido anunciado, sin embargo, el regreso de EE UU a la Unesco.

El presidente se despedir¨¢ de la ONU con un discurso ante la Asamblea General el pr¨®ximo d¨ªa 26 en Nueva York, y no quiere aparecer en el desairado papel de verdugo econ¨®mico de la organizaci¨®n. El secretario general, Javier P¨¦rez de Cu¨¦llar, ha dicho que, si no recibe los fondos norteamericanos el 1 de octubre, las Naciones Unidas quebrar¨¢n.La s¨²bita reactivaci¨®n del papel de la ONU en la resoluci¨®n de varios conflictos regionales y la necesidad de hacer un gesto electoral que ayude a George Bush est¨¢n tambi¨¦n detr¨¢s de la conversi¨®n del presidente al multilateralismo.

La Casa Blanca, al anunciar la noticia, agradeci¨® los "importantes" esfuerzos pacificadores de la ONU en Afganist¨¢n y el golfo P¨¦rsico, y dijo que Ias Naciones Unidas est¨¢n sirviendo importantes objetivos a largo plazo de esta Administraci¨®n para concluir conflictos regionales y promover la paz y la libertad en todo el mundo".

Con la decisi¨®n de pagar no s¨®lo a la ONU, sino tambi¨¦n a organismos especializados dependientes de ella, como la Organlizaci¨®n para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO) y la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), Reagan retorna la bandera de la defensa de las instituciones internacionales que es b¨¢sica en la campa?a del candidato dem¨®crata a la presidencia, Michael Dukakis. El gobernador de Massachusetts ya no podr¨¢ seguir atacando a Bush, como lo hac¨ªa, por el desprecio manifiesto de esta Administraci¨®n hacia la ONU.

El vicepresidente ha reiterado en las ¨²ltimas semanas que EE UU, que paga el 25% del presupuesto y el 31% de los fondos para el mantenimiento de las fuerzas de paz de la ONU, deb¨ªa pagar lo que deb¨ªa.

Bush fue delegado norteamericano en las Naciones Unidas en los a?os setenta. La guerra abierta entre Reagan y la ONU estaba basada principalmente en la premisa, exagerada, de que la organizaci¨®n adoptaba sistem¨¢ticamente posiciones antinorteamericanas y antijud¨ªas gracias al peso num¨¦rico de los pa¨ªses del Tercer Mundo.

?poca de restricciones

Esta idea fue h¨¢bilmente vendida en la Casa Blanca y en el Congreso por la ide¨®loga ultra y delegada en la ONU Jeanne Kirkpatrick y posteriormente, aunque en menor medida, por su sucesor, el actual embajador Vernon Walters. A esta cr¨ªtica ideol¨®gica y pol¨ªtica -"no vamos a seguir pagando a un foro dise?ado para ponernos a caldo"- se ha unido la denuncia, m¨¢s ajustada, de despilfarro y corrupci¨®n en la ONU y en sus organismos dependierites. Este argumento fue decisivo, con vistas al Congreso, en una ¨¦poca de fuertes restricciones en el nivel de la ayuda exterior norteamericana.Ahora, Reagan justifica su giro de 180 grados por el "sorprendente progreso" en cuestiones pol¨ªticas y en asuntos presupuestarios realizado por la organizaci¨®n mundial. Estados Unidos ha luchado por lograr que el presupuesto sea votado por consenso, rompiendo el principio de un pais un voto y dando de hecho a EE UU un poder de veto.

La Administraci¨®n norteamericana se declara satisfecha de la austeridad econ¨®mica iniciada por la ONU -un 15% de reducci¨®n de personal- y de otras reformas internas.

Reagan, con este gesto -pagar lo que debe, y no todo, porque no hay ninguna garant¨ªa de que el Congreso autorice m¨¢s de 500 millonesde d¨®lares para la ONU en los pr¨®ximos dos a?os-, quiere enmendar su papel hist¨®rico de pacificador de la escena mundial. Pero le deja al siguiente presidente y al siguiente Congreso la patata caliente de sacar los fondos necesarios para pagar las deudas atrasadas.

La decisi¨®n presidencial fue aplaudida ayer por la ONU: "Pospone la crisis de insolvencia y ofrece una esperanza de estabilidad a largo plazo". Y por la oposici¨®n dem¨®crata, que, sin embargo, lament¨® que la Administraci¨®n haya esperado "hasta que Ias Naciones Unidas est¨¦n al borde del desastre financiero y la cred¨ªbilidad de Estados Unidos haya sido seriamente da?ada".