El foniatra de Jos¨¦ Carreras en Viena afirma que su voz es "la misma que antes"

"He reconocido nuevamente a Jos¨¦ Carreras y puedo decir que su voz se encuentra en perfecto estado, exactamente igual que antes", ha manifestado a este diario el doctor Heinz K¨¹rsten, foniatra que habitualmente atiende al tenor espa?ol en Viena. La suya constituye una de las m¨¢s cualificadas reacciones al recital que el cantante ofreci¨® el viernes en la Opera de Viena, el primero en un teatro cerrado despu¨¦s de su enfermedad, y que nadie duda en calificar como un gran ¨¦xito, tanto en el plano art¨ªstico como humano.

ENVIADO ESPECIAL, "Lo m¨¢s importante es que no se ha producido cambio alguno en el miembro mucoso del aparato fonador de Carreras", ha se?alado K¨¹rsten. Afortunadamente", ha a?adido el foniatra, "hoy contamos con un tipo de radiaciones mucho m¨¢s perfeccionadas que los rayos X de antes. Con un tiempo de exposici¨®n muy inferior se consiguen destruir los tejidos enfermos protegiendo a la vez las mucosas".Para K¨¹rsten, que atiende habitualmente a las m¨¢s grandes figuras actuales de la l¨ªrica -Luciano Pavarotti, Pl¨¢cido Domingo, Alfredo Kraus, Montserrat Caball¨¦-, pero que adem¨¢s es un gran aficionado al g¨¦nero y que la noche del viernes naturalmente no falt¨® a la cita en la Opera de Viena, Carreras "ha mejorado art¨ªsticamente, porque la enfermedad le ha convertido en un hombre m¨¢s maduro".

De haber sido la ¨®pera de Viena la plaza de toros de las Ventas de Madrid, la noche del viernes Jos¨¦ Carreras hubiera salido en volandas y hubiera recorrido la ciudad entera, pero no: aqu¨ª la sangre, por m¨¢s que se acelere -y se aceler¨® hasta el delirio-, nunca llega al r¨ªo, que no es rojo, sino azul, como todo el mundo sabe.

Concluido el programa oficial, Jos¨¦ Carreras ofreci¨® cinco piezas de propina, que se alargaron por espacio de tres cuartos de hora entre v¨ªtores y lluvia de flores, y al final sali¨® a saludar con la gabardina y la bufanda puesta para dar a entender que el espect¨¢culo acaba ah¨ª. Poco despu¨¦s el tenor apareci¨® en uno de los balcones que dan sobre la plaza donde hab¨ªa sido instalada la pantalla de v¨ªdeo, frente a la que se hab¨ªan congregado numerosos aficionados, y de nuevo recibi¨® una prolongad¨ªsima ovaci¨®n.

Probablemente, nunca la ¨®pera de Viena hab¨ªa registrado una entrada tan numerosa como en la noche del viernes. No s¨®lo la platea hab¨ªa sido ampliada con filas suplementarias cubriendo el foso de la orquesta, sino tambi¨¦n el escenario, en el que se ubic¨® a mas de 100 personas. El presidente de la Rep¨²blica austriaca, Kurt Waldheim, sigui¨® la actuaci¨®n desde uno de los palcos del proscenio.

Reflexionar sobre los mecanismos que se han puesto en marcha para obtener tan espectacular resultado no es tarea f¨¢cil, porque pasado, presente y futuro se confunden en el instante ¨²nico sin dejar las necesarias rendijas para que por ellas penetre el an¨¢lisis. Ser¨ªa ingenuo pensar que a Carreras se le aplaudi¨® el viernes ¨²nicamente por su recital. Detr¨¢s, el tenor lleva una larga historia vienesa -por encima de las 100 representaciones-, confeccionada a base de personajes como Edgardo, Alfredo, Werther... Una historia hecha a pulso con un p¨²blico exigente y experto como pocos.