La ONU resucita
AYER SE abri¨® en Nueva York, como todos los a?os por estas fechas, la Asamblea General de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas. El clima, sin embargo, es muy distinto al de convocatorias anteriores, en las que primaba la sensaci¨®n de incapacidad e impotencia de la organizaci¨®n mundial ante los graves conflictos que aquejan al mundo. En los ¨²ltimos meses hemos asistido a un verdadero resurgir de la ONU como instrumento de pacificaci¨®n. El alto el fuego en la guerra del golfo P¨¦rsico constituye el hecho de mayor trascendencia, pero las Naciones Unidas han desempe?ado asimismo un papel importante en la retirada de las tropas sovi¨¦ticas de Afganist¨¢n, han puesto en marcha un plan de paz en el S¨¢hara occidental y han reactivado las negociaciones para buscar una soluci¨®n pol¨ªtica a la divisi¨®n de Chipre. En los casos de Camboya y de ?frica austral -sobre todo en el de Namibia-, su intervenci¨®n ser¨¢ necesaria para garantizar las soluciones hoy en v¨ªas de negociaci¨®n. Despu¨¦s de d¨¦cadas en que ha servido, sobre todo, de escenario para justas propagand¨ªsticas, la ONU se convierte en centro de acci¨®n internacional.Hay razones para relacionar esta evoluci¨®n con la mejora de las relaciones entre Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica. La ONU se fund¨® en 1945 partiendo de la premisa rooseveitiana de que las grandes potencias triunfadoras en la II Guerra Mundial se pondr¨ªan de acuerdo para garantizar la paz. Su carta fij¨® la regla de la unanimidad de los cinco grandes en el seno del Consejo de Seguridad, ¨®rgano encargado de tomar decisiones operativas. Pero el mundo evolucion¨® de modo distinto: la guerra fr¨ªa bloque¨® la capacidad de la ONU de actuar con eficacia, al menos ante las cuestiones decisivas, en las que la URSS y EE UU estaban frente a frente. En el ¨²ltimo per¨ªodo, con la afluencia de pa¨ªses del Tercer Mundo, sus reuniones se caracterizaron cada vez m¨¢s por las cr¨ªticas a la pol¨ªtica de EE UU. Esta tendencia desemboc¨® en una grave crisis cuando el Gobierno de Reagan dej¨® de pagar sus cuotas e inici¨® una pol¨ªtica de neto alejamiento de la ONU.
Ahora el horizonte se ha despejado. Washington ha decidido pagar todas sus deudas a la organizaci¨®n, hecho que no cabe interpretar como una simple medida administrativa; se trata de un giro en la actitud de EE UU que refleja hasta qu¨¦ punto se abren posibilidades de actuaci¨®n ayer inimaginables. Baste como ejemplo el hecho de que el paso decisivo para lograr un alto el fuego entre Irak e Ir¨¢n ha sido una resoluci¨®n del Consejo de Seguridad de la ONU, votada hace un a?o un¨¢nimemente por los cinco grandes. En la medida en que se han aproximado las posiciones de la URSS y EE UU en cuestiones fundamentales, y concretamente en los conflictos regionales, la ONU, el Consejo de Seguridad -y en consecuencia el secretario general-, ha recuperado la capacidad de actuar en los puntos calientes del globo. La carta fundacional de la ONU sale de una larga hibernaci¨®n. El mundo de hoy es diametralmente distinto del de 1945 y el acercamiento entre el Este y el Oeste devuelve a la ONU la posibilidad de ocupar un lugar central en la soluci¨®n de los conflictos.
La revitalizaci¨®n de la ONU interesa a todos. Si el papel determinante de las dos superpotencias en el mundo de hoy es obvio, las Naciones Unidas, sin desconocer esa realidad, ofrecen la extraordinaria ventaja de facilitar una participaci¨®n muy amplia de la comunidad internacional en la soluci¨®n de los problemas. Es cierto que esta democratizaci¨®n de las relaciones internacionales ha tenido aspectos negativos, como la verborrea y la burocratiz aci¨®n. Pero la ONU tiene ahora ante s¨ª tareas operativas de primordial importancia, tanto en el conflicto Ir¨¢n-Irak como en Afganist¨¢n, en el S¨¢hara, en Chipre y en otras zonas. La asamblea que hoy comienza tiene su ritual: una sucesi¨®n de discursos de ministros y jefes de Gobierno. Sin embargo, este a?o se encuentra ante responsabilidades m¨¢s concretas, y de modo prioritario, la de contribuir al ¨¦xito de las acciones del secretario general para apagar focos de guerra que quedan en el mundo.
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