Una manguera en el o¨ªdo
Los rockeros reconocen que oyen mal
"Vais a quedaros sordos s¨ª segu¨ªs escuchando esa m¨²sica tan alta", gritaban los padres ya al comienzo. "?Tonter¨ªas!", respondian los hijos, sin tomarles en serio, y sub¨ªan alegremente un poco m¨¢s el volumen de los Cuarenta principales. Hoy, esa advertencia paterna la repite una nueva fuente, m¨¢s digna de cr¨¦dito: los m¨²sicos de rock. John Flansburgh, del reverenciado grupo They Might Be Giants, con muchos seguidores en Estados Unidos, predice medio en broma: "La sordera es uno de los peque?os sacrificios que hay que hacer por el rock".
Tres d¨¦cadas despu¨¦s del comienzo de la revoluci¨®n rock, son cada vez m¨¢s los m¨²sicos que descubren que tienen lesiones permanentes en el o¨ªdo."Los que han estado metidos en este mundo los saben perfectamente", se?ala Charles Blanket, ingeniero de sonido de la ciudad de Nueva York. Commander Cody, m¨²sico rock de la zona de la bah¨ªa de San Francisco, padece zumbidos, un pitido constante en los o¨ªdos.
Lo mismo le sucede a Lenny Kaye, un guitarrista que toc¨® con el grupo de Patti Smith. La cantante y bajo Kethy Peck, que dio un recital en 1980 en un club de San Francisco llamado Deaf Club (Club de Sordos), en el que la cl¨ªentela sorda bailaba al ritmo de las vibraciones de la m¨²sica, ha perdido el 40% de capacidad auditiva en el o¨ªdo derecho y tiene que llevar un aud¨ªfono. Peck es una de las personas a las que el precio de su amor al rock les ha salido demasiado caro.
Con el doctor Flash Gordon, de la Haight-Ashbury Free Clinic, fund¨® hace poco una organizaci¨®n llamada Hearing Education Awareness for Rockers (HEAR) (Conocimiento de la Educaci¨®n del O¨ªdo para Rockeros) para alertar a m¨²sicos, t¨¦cnicos y personal de salas de conciertos sobre los peligros de este tipo de m¨²sica machacona y las precauciones que se puedan tomar. En primer lugar est¨¢n las continuas revisiones m¨¦dicas del o¨ªdo. Esperan que su mensaje les llegue tambi¨¦n a los j¨®venes seguidores del rock.
La lesi¨®n penetra sutilmente. Los ruidos por encima de los 100 decibelios -una sierra el¨¦ctrica, por ejemplo- aplastan los diminutos cilios de las c¨¦lulas ciliadas del o¨ªdo interno que transmiten el sonido a los nervios. Estos cilios suelen volver a su estado normal, aunque los continuos ataques de los ruidos del rock -un recital suele estar en torno a los 120 decibelios- pueden hacer que pierdan su flexibilidad de manera permanente. Escuchar m¨²sica a gran volumen durante horas con auriculares de est¨¦reo puede ser m¨¢s peligroso que un recital.
Tapones de algod¨®n
Seg¨²n Thomas H. Fay, especialista en o¨ªdo del Columbia Presbyterian Medical Center, de la ciudad de Nueva York, "es como tener la boca de una manguera metida en el conducto auditivo". La tensi¨®n a que se ven sometidos los o¨ªdos de los rockeros est¨¢ disminuyendo lentamente. Los m¨²sicos han dejado de actuar delante de muros de altavoces. Hoy, los gigantescos altavoces se sit¨²an a los lados del escenario o cuelgan del proscenio. "En la mayor¨ªa de los recitales hay menos ruido en el escenario que en cualquier otra parte de la sala", se?ala Flansburg.Muchos rockeros llevan actualmente protectores durante los ensayos e incluso en las actuaciones. Fred Schneider, cantante de B-52, se tapa los o¨ªdos con algod¨®n. El promotor Bill Graham, Que dirige la gira de Amnist¨ªa Internacional, tiene siempre cajones de tapones para que los usen desde los guardias de seguridad a las grupis.
Tambi¨¦n se les est¨¢ presionando a los fans para que se protejan los o¨ªdos. La soluci¨®n definitiva, naturalmente, es bajar el volumen. ?Herej¨ªa? Quiz¨¢. ?Mejor o¨ªdo? Sin duda.
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