Michael Dukakis intenta dar la vuelta a la campa?a en el primer debate televisado
Michael Dukakis trat¨® de dar la vuelta esta madrugada a la elecci¨®n presidencial, que hasta ahora est¨¢ perdiendo, present¨¢ndose en el primero de los debates televisados como el hombre del cambio sin riesgo frente a un George Bush al que pint¨® como el sucesor, sin personalidad propia, de todo lo que ha faflado la presidencia de Ronald Reagan. Bush quiere convertir la elecci¨®n en un refer¨¦ndum sobre el reaganismo como creador de una Am¨¦rica pr¨®spera y en paz.El debate de hora y media de duraci¨®n en la oscura universidad de Wake Forest, en Winston Salem (Carolina del Norte), sirvi¨® sobre todo para que los norteamericanos conocieran a los dos pol¨ªticos que aspiran a la Casa Blanca. Ambos intentaron atraer el voto del 37% del electorado a¨²n indeciso. Bush, republicano, y Dukakis, dem¨®crata, son pr¨¢cticamente unos desconocidos para la mayor¨ªa del pa¨ªs, satisfecha con la paz y prosperidad del reaganismo y desactivada pol¨ªticamente como nunca en su historia reciente.
El debate comenz¨® a la una de la madrugada de hoy y pronto estall¨® la tensi¨®n al atacar con fuerza Dukakis a la pol¨ªtica contra la droga de la actual Adminmistrac¨ª¨®n y tratar de vincular a Bush con el general Manuel Antonio Noriega. "Tenemos un Gobierno que ha hecho negocios con un dictador panamene?o narcotraficante. Los valores tienen que empezar arriba, en la Casa Blanca". Bush hab¨ªa abierto el fuego al contestar una pregunta sobre la droga, afirmando que tratar¨¢ de fomentar mejores valores en la escuelas y castigar m¨¢s severamente a los narcotraficantes.
Muchos se quejaron de que m¨¢s que un debate era una aparici¨®n conjunta o una conferencia de prensa paralela, ya que los dos pol¨ªticos se limitaron a responder a preguntas de tres periodistas, sin poder intercambiar ataques directos. El presentador del noticiario de la cadena de televisi¨®n ABC, el canadiense Peter Jennings, y dos representantes de la prensa escrita -Anne Groer, del Orlando Sentinel, y John Mashek, del Atlanta Journal and Constitution- representaron al pueblo norteamericano en el debate y formularon las preguntas. Otro periodista de televisi¨®n, Jim Leherer, de la cadena p¨²blica PBS, fue el moderador.
Falta de carisma
Bush y Dukakis hasta ahora han rivalizado en su carencia de carisma y en la vaguedad con que afrontan los principales problemas, que compensan con f¨¢ciles generalizaciones de 15 segundos destinadas a la televisi¨®n. El vicepresidente se ha envuelto en la bandera de las barras y las estrellas -uno de sus argumentos de fondo es que con Reagan ha aumentado la venta de la ense?a nacional- para impugnar el patriotismo de Dukakis. Para el candidato republicano, el dem¨®crata Dukakis pone en libertad a los criminales de su Estado (Massachusetts), no cree en la pena de muerte, es al¨¦rgico a una defensa fuerte y pondr¨ªa en peligro la prosperidad econ¨®mica.Dukakis ha intentado sin ¨¦xito vincular a Bush con el Irangate y con Noriega. Critica la falta de juicio pol¨ªtico del vicepresidente y su pasividad en los ocho a?os de Reagan. Aunque Dukakis ha intentado ofrecer un poco m¨¢s de sustancia al debate descendiendo de los esl¨®ganes, ambos candidatos ofrecen una caricatura de su adversario y huyen como del diablo de mojarse en la cuesti¨®n clave: ?c¨®mo resolver¨¢n un d¨¦ficit fiscal de 150.000 millones de d¨®lares sin subir los impuestos?
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