El primer volumen de 'Onomasticon Cataloniae', la obra monumental de Joan Coromines, a punto de editarse

Joan Coromines, el m¨¢s importante fil¨®logo hispano, ha entregado a ediciones Curial las correcciones sobre galeradas del primer volumen de su Onomasticon Cataloniae, obra monumental iniciada en 1931 y que consta de m¨¢s de 400.000 entradas o top¨®nimos. La noticia, esperada desde hace muchos a?os por especialistas del mundo entero, constituye un verdadero boom del Liber 88. Durante los primeros d¨ªas de esta exposici¨®n se han constatado otros puntos de inter¨¦s profesional -capaces de "borrar cualquier otra preocupaci¨®n m¨¢s directamente relacionada con la vida de los libros"-, entre los que destacan las diversas ofertas de compra/venta de editoriales espa?olas ("s¨®lo se habla de eso", se afirm¨®).Onomasticon Cataloniae, de Joan Coromines, autor de los diccionarios etimol¨®gicos m¨¢s completos de las lenguas castellana y catalana, constar¨¢ de nueve o diez vol¨²menes y constituye la mayor y m¨¢s importante aportaci¨®n etimol¨®gica, hist¨®rica y t¨¦cnica del conocimiento onom¨¢stico (o de los nombres propios) en lengua catalana. Es probable, en palabras del director de ediciones Curial, Max Cahner, que este primer volumen salga a la luz p¨²blica en poco m¨¢s de tres meses.

Enteramente dedicado a los nombres propios de las islas Baleares, este primer volumen cuenta para su publicaci¨®n con una importante ayuda del Gobierno balear. Tanto por su formato como por el n¨²mero de p¨¢ginas de sus vol¨²menes, Onomasticon Cataloniae ser¨¢ sensiblemente m¨¢s peque?o que el Diccionari etimol¨°gic i complementari de la llengua catalana, del mismo autor. El conjunto de la obra ser¨¢ presentada en siete vol¨²menes de nombres geogr¨¢ficos (cada uno de ellos corresponder¨¢ a una zona geogr¨¢fica dels Pa?sos Catalans en concreto) y otros dos o tres (todav¨ªa est¨¢ por confirmar) de nombres familiares.

Hace dos a?os Joan Coromines, que tiene m¨¢s de 80 a?os, sufri¨® un importante quebranto f¨ªsico debido a una operaci¨®n quir¨²rgica a la que tuvo que someterse. Coincidi¨®, seg¨²n explic¨® su editor, con el momento en que deb¨ªa dedicarse a la correcci¨®n de su Diccionario etimol¨®gico; "no era un momento de creaci¨®n y su capacidad laboral disminuy¨® de manera sensible". Una vez iniciada la redacci¨®n del Onomasticon, Coromines ha podido recuperar su habitual ritmo de trabajo -unas 15 horas diarias- y ha recobrado su buen humor, que pasa, en gran parte, "por una agradable confusi¨®n entre lo que es el siglo XX con lo que fue el tiempo pasado".