Abusos de la banca
A las muchas calificaciones, positivas y negativas, que ha recibido la Uni¨®n de Consumidores de Espa?a, se ha venido a sumar una que, por venir de quien viene, no hace sino enorgullecernos. Impl¨ªcitamente dice en sus art¨ªculos el se?or Termes que somos "falaces". No pod¨ªamos esperarnos otra cosa de la banca espa?ola.Cuando nuestras afirmaciones (probadas ante los tribunales de justicia) pueden poner en peligro m¨¢s del 10% de los beneficios anuales esperados por la banca espa?ola (para este a?o, s¨®lo 400.000 millones de pesetas), es l¨®gico que se nos acuse de falaces. Tambi¨¦n la banca francesa podr¨ªa calificar de la misma forma a la Uni¨®n Federal de Consumidores de Francia, e incluso podr¨ªa llamar "incorrecta" (seg¨²n expresi¨®n del se?or. Termes) la sentencia de la Corte de Casaci¨®n francesa (abril de 1988). Se estima en 60.000 rnillones de francos la cantidad a devolver a los usuarios por cobros bancarios indebidos como efecto de dicha sentencia.
Despejaremos las dudas del se?or Termes sobre nuestros "oscuros intereses". La Uni¨®n de Consumidores de Espa?a es una asociaci¨®n democr¨¢tica, sin ¨¢nimo de lucro e independiente de poderes p¨²blicos y privados, que tiene como ¨²nico fin defender los leg¨ªtimos intereses de los consumidores y usuarios. Cuenta con 90 asociaciones integradas en todo el Estado y 120.000 socios. Nuestra actuaci¨®n, al insistir en la denuncia de las pr¨¢cticas condenables de los bancos, est¨¢ absolutamente legitimizada para ello. Al menos, tanto como la propia Asociaci¨®n Empresarial de Banca (AEB) para defenderlas.
El servicio de reclamaciones del Banco de Espa?a ha recibido pocas denuncias, y en el 95% de las presentadas, el dictamen ha sido favorable a las entidades de cr¨¦dito. Seg¨²n el se?or Termes, ¨¦ste es un dato que confirma la opini¨®n generalizada de los ciudadanos de que el trato que reciben en la banca es correcto. Esto no se lo cree nadie. Los usuarios creen que el Banco de Espa?a protege a los bancos, y no les falta raz¨®n. Podr¨ªamos hablar de los m¨¢s de seis meses de espera para aceptar a tr¨¢mite (no para su resoluci¨®n) las denuncias presentadas por la Uni¨®n de Consumidores ante la citada oficina. Podr¨ªamos hablar de la prisa que se da el Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda (el 16 de junio de 1988) en intentar regular la transparencia de las relaciones entre los bancos y sus clientes, para luego determinar que esta orden no entrar¨¢ en vigor hasta el 1 de enero de 1989. O podr¨ªamos hablar de que el c¨¢lculo de intereses que hace el Banco de Espa?a en sus operaciones con las entidades de cr¨¦dito es el mismo que luego ¨¦stas hacen con sus clientes. No creemos que el Banco de Espa?a est¨¦ en estos momentos de parte de los clientes.
Seg¨²n un reciente estudio del Instituto Nacional del Consumo, divulgado por EL PA?S, el 60% de los espa?oles opina que la publicidad de los bancos es enga?osa, y s¨®lo un 11% piensa que es veraz. Si a ello a?adimos la escasa informaci¨®n que se facilita a los usuarios por sus bancos (a veces de forma premeditada), el bajo nivel de formaci¨®n en temas financieros de los consumidores, la imposibilidad de elecci¨®n (todos los bancos usan las mismas pr¨¢cticas) y el temor a figurar en listas negras (la propia Uni¨®n de Consumidores ha visto c¨®mo se le negaban cr¨¦ditos que antes de su campa?a informativa hab¨ªan sido concedidos verbalmente), no ser¨ªa dif¨ªcil explicarnos el bajo n¨²mero de quejas.
Afortunadamente, esta situaci¨®n est¨¢ cambiando. Tras varios meses de campa?a informativa, la Uni¨®n de Consumidores ha recogido varios miles de reclamaciones, y tiene preparadas ya m¨¢s de 300 para ser presentadas ante los tribunales. Resulta obligado decir que al menos con dos cajas de ahorro (C¨®rdoba y Madrid) se han solucionado por la v¨ªa de la mediaci¨®n numerosas demandas de los usuarios.
Pr¨¢cticas abusivas
Son muchas las pr¨¢cticas abusivas de la banca sobre las que podr¨ªamos hablar, pero hay una que, por su importancia econ¨®mica, destaca sobre las otras: el cobro de intereses superiores a los pactados en las operaciones de pr¨¦stamo o cr¨¦dito. El 90% de los casos estudiados en el servicio de reclamaciones de la Uni¨®n de Consumidores demuestra que est¨¢n cobr¨¢ndose en los pr¨¦stamos y cr¨¦ditos hipotecarios intereses superiores a los pactados, con diferencias que oscilan entre el 1% y el 10%. A estos mismos resultados ha llegado un estudio publicado por la revista Eroski.
El uso de la banca espa?ola consiste en anunciar en la publicidad y firmar en los contratos de pr¨¦stamo o cr¨¦dito un tipo de inter¨¦s anual. Posteriormente, el banco eleva dicho inter¨¦s, al calcular las cuotas de amortizaci¨®n (trimestrales o mensuales, normalmente). As¨ª, un ciudadano atra¨ªdo por una publicidad que le ofrece pr¨¦stamos al 14%, puede encontrarse con diferentes situaciones al formalizar definitivamente el pr¨¦stamo: que este tipo de inter¨¦s es s¨®lo para algunos casos (clientes preferenciales, pr¨¦stamos para situaciones muy espec¨ªficas...), que para recibir este pr¨¦stamo tiene que domiciliar la n¨®mina, contratar un seguro (con la compa?¨ªa que indica el banco, claro), abrir una cuenta a plazo fijo que queda retenida por la entidad, pagar al notario que hace la escritura, al arquitecto que tasa la finca (en los hipotecarios), abonar una comisi¨®n de apertura, etc¨¦tera.
En su contrato (que habr¨¢ visto tan s¨®lo minutos antes de la firma) aparecer¨¢, si ha tenido suerte, un tipo de inter¨¦s del 14% anual y unas cuotas de amortizaci¨®n de equis pesetas, a pagar mensual, trimestral o semestralmente.
Sin embargo, cuando el servicio de reclamaciones de la Uni¨®n de Consumidores realiza el estudio econom¨¦trico de esas cuotas de amortizaci¨®n, descubre que el inter¨¦s aplicado podr¨ªa oscilar, seg¨²n los bancos, entre el 15% y el 25% en lugar del 14% pactado.
Por ejemplo, algunos bancos se limitan a dividir el 14% anual entre 12 meses, lo que supone un inter¨¦s mensual de 1,116%. Aunque lo que se ha pactado es un 14% anual, al aplicarse el mencionado inter¨¦s mensual de 1,116%, el inter¨¦s anual resultante se eleva a 14,93%. En este caso estar¨ªan cobr¨¢ndose intereses por cantidades ya devueltas. Si se quisiera calcular bien, para que el inter¨¦s anual resulte el 14% pactado, las cuotas mensuales deben ser de 1,09% y no de 1,116%.
Cuando reclamamos, la banca nos sorprende, diendo que el inter¨¦s del 14% pactado no era anual, sino nominal (indeterminado), y que est¨¢n autorizados por el uso y la costumbre a considerar los intereses anuales pactados como nominales y a cobrar otros intereses reales o efectivos superiores a los pactados.
Seamos serios, no se puede confundir al ciudadano. El coste efectivo debe coincidir con el precio anunciado.
Servicio de reclamaciones
Invitamos a los lectores a comprobar en sus contratos si el tipo de inter¨¦s expresado es anual o nominal, esto si han tenido la suerte de que su banco se lo d¨¦, porque la transparencia bancaria no siempre llega al extremo de dar copia del contrato. Si especifica anual o no lo califica, les ofrecemos ya el servicio de reclamaciones de la Uni¨®n de Consumidores.
Desde hace algunos meses, los bancos, que se han dado cuenta de su error, especifican en los contratos que el inter¨¦s anunciado era nominal y que se transforma en unas cuotas de amortizaci¨®n equis y una tasa anual efectiva (TAE), inter¨¦s real, de i griega. Una vez firmado, usted podr¨¢ quejarse de publicidad enga?osa, porque le han anunciado un precio que luego se encarece; sin embargo, no podr¨¢ reclamar un cobro indebido. Pero esto es as¨ª s¨®lo desde hace unos meses; los ciudadanos pueden reclamar por los casos de cobro indebido en sus pr¨¦stamos firmados o terminados de pagar durante los ¨²ltimos cinco a?os. Nos asusta hacer el c¨¢lculo de lo que puede significar en pesetas.
Desde la aprobaci¨®n de la orden del 3 de marzo de 1987 del Ministerio de Hacienda (recurrida ante la Audiencia Nacional por la Uni¨®n de Consumidores), los bancos hacen constar en sus recibos la TAE, es decir, el inter¨¦s real, que casi siempre es superior al fijado. Con esto esperan salvar su conciencia y su cuenta de resultados. No es serio pretender que el usuario deba aceptar esta pr¨¢ctica s¨®lo porque pueda conocer el coste real del cr¨¦dito (distinto al anunciado o pactado) cuando le llegue el recibo a su domicilio. Si hay alguien falaz, desde luego, es la banca; y si no, ?por qu¨¦ en su publicidad no anuncian el inter¨¦s efectivo (TAE) en lugar del nominal, que luego no se aplica?
El juzgado n¨²mero 17 de Madrid ha dictado sentencia el 31 de mayo de 1988 condenando a una entidad de cr¨¦dito a devolver cantidades percibidas por cobro indebido de intereses. La demanda se plantea por un pr¨¦stamo con garant¨ªa hipotecaria que estaba pactado al 16%, y la TAE que se cobraba era del 16,99%. La cantidad indebidamente cobrada supone aproximadamente 10.000 pesetas de diferencia en cada recibo trimestral, que al final de la vida del pr¨¦stamo asciende a casi un mill¨®n de pesetas.
Como se mencionaba anteriormente, ser¨ªa largo enumerar la relaci¨®n de pr¨¢cticas abusivas usuales de la banca espa?ola. Los l¨ªmites de este art¨ªculo nos impiden extendernos m¨¢s. Pero no quisi¨¦ramos terminar sin antes ofrecer un clima de di¨¢logo a la banca. Como usuarios individuales, estamos preocupados por el trato que recibimos, pero lo estamos tambi¨¦n como ciudadanos con conciencia de Estado que percibimos la cercan¨ªa del mercado ¨²nico europeo para 1992. Nada nos gustar¨ªa m¨¢s, cuando se supriman las fronteras internas en Europa, que comprobar c¨®mo los ciudadanos espa?oles tienen una total confianza en los bancos nacionales y que fueran ¨¦stos, y no los que van a venir de otros pa¨ªses, los que percibieran los leg¨ªtimos beneficios de las operaciones financieras.
Algunos ejemplos demuestran esta preocupaci¨®n: la banca espa?ola tiene un gasto por gesti¨®n superior en un 50% aproximadamente al de la media europea. Sin embargo, sus beneficios se sit¨²an entre los m¨¢s altos de Europa. ?C¨®mo es posible esto? La respuesta es f¨¢cil: la banca espa?ola trabaja con unos m¨¢rgenes m¨¢s amplios que la europea; por tanto, el usuario espa?ol paga m¨¢s que el europeo por los mismos servicios.
Decir, por ¨²ltimo, que los usos de la banca espa?ola est¨¢n legitimados porque sus pr¨¢cticas son similares a las desarrolladas en otros pa¨ªses de la CE es manipular a los ciudadanos. Y si no, que se nos explique por qu¨¦, puestos a comparar, el coste del dinero en Espa?a es de los m¨¢s altos de Europa: el 15% en Espa?a, el 3% en Suiza, el 3,5% en Alemania, el 4% en Austria, el 4% en Holanda, el 6% en B¨¦lgica, el 7% en Francia, el 12% en el Reino Unido.
Dec¨ªamos que quer¨ªamos ofrecer un clima de di¨¢logo a la banca espa?ola. Existen en nuestro pa¨ªs, y con eficacia contrastada, sistemas arb¨ªtrales para solucionar, sin tener que. recurrir a los tribunales, las reclamaciones de los usuarios. Esos sistemas arbitrales est¨¢n formados, tripartitamente, por la Administraci¨®n, la empresa (en este caso la AEB y la Confederaci¨®n Espa?ola de Cajas de Ahorros, CECA) y las asociaciones de consumidores.
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