Sonrisas por muchos a?os
El implante osteointegrado permite recuperar la dentadura fija
Cuando se apaga la luz de la habitaci¨®n y sobre la mesita brilla un vaso con una dentadura sumergida, la noche ya no es rom¨¢ntica. Para sonre¨ªr hace falta una buena colecci¨®n de dientes permanentes. Y para conseguirlo se empieza a extender una t¨¦cnica poco conocida hasta el momento en Espa?a: el implante osteointegrado Branemark. Desde el pasado jueves, esta t¨¦cnica es objeto de un curso te¨®rico y pr¨¢ctico en la Escuela de Estomatolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid.
Se trata de injertar, en el mismo maxilar, esos dientes ca¨ªdos un mal d¨ªa por culpa de un accidente, una pelea o simplemente porque les lleg¨® su hora. El implante osteointegrado Branemark, que desde el pasado jueves es objeto de un curso te¨®rico y pr¨¢ctico en la Escuela de Estomatolog¨ªa de Madrid, es el ¨²nico m¨¦todo de implante aceptado por la Sociedad Dental Americana. Un total de 200 personas -entre las que no ha faltado alg¨²n arist¨®crata y hasta un director de banco- han llegado en los ¨²ltimos dos a?os hasta la consulta del equipo que dirige el profesor Donado en la Universidad Complutense para someterse a esta t¨¦cnica compleja y efectiva.Compleja, porque se desarrolla en tres fases diferentes, y requiere un total de cinco especialistas para conformar el equipo necesario: Para empezar, un cirujano oral o maxilofacial que inserte el implante y coloque el pilar sobre el que va a ir la pr¨®tesis. Es la primera fase con la que se encuentra el hombre desdentado que acude a consulta: el cirujano abrir¨¢ su hueso y meter¨¢ en ¨¦l un trozo de titanio puro.
Pero no se trata de una pieza simple: el implante tiene una rosca, que es la que permitir¨¢, al cabo de varios meses de reposo, enroscar un pilar al que luego se aplicar¨¢ la pr¨®tesis. Una t¨¦cnica que los carpinteros entender¨¢n muy bien.
En esta segunda etapa entra ya el prostodoncista, quien dise?a y coloca esa pr¨®tesis que simular¨¢ al diente de mejores ¨¦pocas, y que previamente ha construido en su laboratorio el prot¨¦sico dental. No faltar¨¢, acompa?ando al cirujano, un auxiliar instrumentista que le ayude en todas las fases, y un especialista en periodoncia, que controlar¨¢ el estado de los tejidos perimplantados.
T¨¦cnica alternativa
Y efectivo, seg¨²n defienden sus promotores, porque constituye una alternativa para todos aquellos que no pueden soportar la pr¨®tesis convencional. "Si ahora hemos organizado este curso", afirma el profesor Donado, "es, no s¨®lo para formar al profesional que desconoce la t¨¦cnica, sino tambi¨¦n para dar a conocer a la sociedad que existe una buena alternativa, frente al descr¨¦dito de muchos tipos de implantes".
Cuenta el doctor Jos¨¦ Mar¨ªa Sada, alumno del profesor Donado y secretario del comit¨¦ que ha organizado este curso, que hay mucha gente que por razones muchas veces anat¨®micas, psicol¨®gicas o sociales, no puede aceptar tener unos dientes que se mueven, que no permanecen fijos. "Gente que por sus relaciones sociales, su trabajo en espect¨¢culos, etc¨¦tera, rechaza las pr¨®tesis convencional", afirma. "Este es el sistema ideal para ellos".
La investigaci¨®n desarrollada en los ¨²ltimos a?os ha permitido, adem¨¢s, ir superando algunas contraindicaciones que se presentaban en algunos pacientes: casos de mujeres embarazadas, de diab¨¦ticos, enfermos con problemas cardiorrespiratorios, entre otros, ya se pueden realizar sin problemas. Incluso para aquellas personas que tienen la mand¨ªbula muy fina, sobre todo personas mayores, ahora se les puede realizar un injerto de hueso que toman de su propia cadera, y que se a?ade a la mand¨ªbula. Sin reparos.
Pero hay un caso que contin¨²a en la lista de las contraindicaciones: el del psic¨®tico. "Si recibimos un paciente que no est¨¢ psicol¨®gicamente preparado, que espera demasiado de esto, o simplemente que no va a colaborar en el mantenimiento higi¨¦nico de la pr¨®tesis, lo rechazamos", afirma el doctor Sada. Si el propio paciente no cuida el implante, sufrir¨¢ una acumulaci¨®n de placa y sarro que acabar¨¢ en infecci¨®n y hasta en la p¨¦rdida del implante.
En todo caso, pocos est¨¢n al alcance de la operaci¨®n, que cuesta unas 175.000 pesetas, en un pa¨ªs en que la odontolog¨ªa queda fuera de las prestaciones de la Seguridad Social.
Un perrito de lujo
Si hay alguien que no se entera de nada en el curso te¨®rico y pr¨¢ctico sobre el implante osteointegrado, ¨¦se es Bruno, un perrito afortunado y adem¨¢s de lujo.Bruno, operado la semana pasada, es el ¨²ltimo ser vivo que se puso en manos del equipo del doctor Donado para recibir su nueva dentadura. Y el primero de su raza.
A los chuchos normalmente s¨®lo se les miran las fauces cuando se las tiene muy cerca y amenazan hincarlas en carnes propias, pero Bruno no es un perro cualquiera.
Su due?o, un criador de perros, necesitaba urgentemente reponerle sus hermosos dientes antes de la exposici¨®n canina en la que presentar¨¢ a su Bruno en sociedad.
Como paciente no estuvo mal. Pronto lucir¨¢ -con rabia o sin ella- sus nuevos dientes de porcelana ante los dem¨¢s competidores caninos.
Pero en la operaci¨®n hizo temblar al equipo en m¨¢s de una ocasi¨®n. A pesar de que le sedaron para implantarle el titanio, Bruno no par¨® de gru?ir.
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