"Una relaci¨®n sensata entre ambos Estados alemanes es un elemento estabilizador para Europa"
El secretario general del Partido Socialista Unificado cree concluido el reconocimiento internacional de su pa¨ªs
Sorprende cu¨¢nto sonr¨ªen, e incluso r¨ªen, durante la entrevista sus vivaces ojos azules. Es evidente que a Erich Honecker, cazador y jugador de cartas, le atrae la visita que ma?ana inicia, por vez primera, a Espa?a. Llega a Madrid tras pasar nuevamente unos d¨ªas, una vez m¨¢s en sus 17 a?os al frente del Partido Socialista Unificado (SED), en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, principal aliado de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA). La visita a Espa?a, pa¨ªs que el pr¨®ximo semestre ocupar¨¢ la presidencia de la Comunidad Europea (CE), es un importante eslab¨®n en su b¨²squeda del pleno reconocimiento internacional de este pa¨ªs surgido en el coraz¨®n de Europa como fruto de la derrota del nazismo.
Son ya 133 las naciones que mantienen relaciones diplom¨¢ticas con la Alemania socialista, si bien entre ellas no se encuentra la m¨¢s importante para Honecker: la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA), en cuyo territorio naci¨® hace 76 a?os, en el seno de una familia de mineros comunistas residente en Neunkirchen.
El a?o pasado, el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Giulio Andreotti, recalc¨® algo en lo que no todo el mundo est¨¢ a¨²n de acuerdo: "Existen dos Estados alemanes y as¨ª ha de seguir siendo". Honecker cree que la mejor pol¨ªtica es dar tiempo al tiempo. Para ¨¦l, "en cuanto al derecho internacional se refiere, todo est¨¢ resuelto entre los dos Estados alemanes". "Lo dem¨¢s ser¨¢ fruto de la cooperaci¨®n futura entre nuestros dos Gobiernos". "Las nuevas generaciones parten ya de la existencia de dos Estados alemanes independientes con distintos sistemas socioecon¨®micos y pertenecientes a distintas alianzas". Alianzas que, en lo militar, Honecker es partidario de que se disuelvan, siempre que ello se enmarque "en la edificaci¨®n de una casa com¨²n europea".
Lo que m¨¢s ilusi¨®n le hizo a Honecker cuando visit¨® el a?o pasado la RFA fue que en Bonn "se izar¨¢ la bandera de la RDA y una compa?¨ªa de honor entonar¨¢ nuestro himno nacional". Esto, para Honecker, "puso punto final a la negativa de la RFA de reconocer jur¨ªdica e internacionalmente a la RDA".
El debate sobre la posible resurrecci¨®n de Mitteleuropa le parece a Honecker falto de todo realismo, "por la sencilla raz¨®n de que la RDA, un pa¨ªs socialista, tiene sus ra¨ªces tanto en el Tratado de Varsovia como en el Consejo de Ayuda Mutua Econ¨®mica [CAME]". "Y lo mismo ocurre con la RFA, en este caso con mayor raz¨®n a¨²n, ya que la RFA firm¨® los Acuerdos de Par¨ªs, v¨¢lidos hasta el a?o 2005, seg¨²n los cuales, los aliados occidentales, cuando piensen que est¨¢n en peligro, pueden asumir la soberan¨ªa de la RFA, tanto pol¨ªtica como militarmente".
Honecker recuerda, sin mucha convicci¨®n desde luego, que en su pa¨ªs hay otros cuatro partidos y una intensa vida democr¨¢tica, que no se puede comparar con otros pa¨ªses socialistas. ?M¨¢s glasnost, para qu¨¦?". Despu¨¦s de todo, "la RDA es el pa¨ªs socialista mejor informado del mundo", ya que tiene dos canales de televisi¨®n propios y sus ciudadanos captan otros cuatro de la Rep¨²blica Federal de Alemania. Y por si fuera poco, las fuerzas armadas de Estados Unidos, en colaboraci¨®n con el Gobierno de la RFA, est¨¢n a punto de poner en marcha un canal propio, la RIAS-TV (hija de la emisora de radio del sector americano de Berl¨ªn), que emitir¨¢ ma?ana y tarde en alem¨¢n. De puertas adentro, la ortodoxia se impone: "Naturalmente, lo primero de todo es el fortalecimiento del r¨¦gimen socialista". Por lo que "es obvio que no permitimos que se publique nada que viole las disposiciones de la Constituci¨®n".
Berl¨ªn-Mosc¨²
El jefe de Estado de la RDA est¨¢ orgulloso del desarrollo econ¨®mico alcanzado por este pa¨ªs de 17 millones de habitantes -"figuramos entre los 10 pa¨ªses m¨¢s industrializados del mundo"- y, como dicen a coro todos sus colaboradores, poco o nada tienen que copiar de la perestroika puesta en marcha por Mijail Gorbachov en la URSS. No le gusta que su pa¨ªs sea tratado como una colonia sovi¨¦tica, aunque reconoce que Berl¨ªn y Mosc¨² "mantienen una cooperaci¨®n sumamente estrecha" La palabra perestroika, en ruso, no sale de sus labios, pero s¨ª hace expl¨ªcito su apoyo "al proceso de re estructuraci¨®n" lanzado por Gorbachov, "que ofrecer¨¢ a la poblaci¨®n sovi¨¦tica un mayor nivel de vida". La b¨²squeda del equilibrio militar por parte de la URSS es, en su opini¨®n, la principal raz¨®n de que la econom¨ªa sovi¨¦tica no haya conseguido un grado de desarrollo similar al de la RDA, "pues es obvio que la URSS ha tenido que dedicar gran parte de su renta nacional a competir militarmente".
Pregunta. ?C¨®mo describir¨ªa las actuales relaciones entre la RDA y la URSS?
Respuesta. Est¨¢n entrando en una fase cualitativamente nueva. Por ejemplo, la cooperaci¨®n econ¨®mica y cient¨ªfico-tecnol¨®gica se ve determinada cada vez m¨¢s por el desarrollo conjunto de tecnolog¨ªas punta. En este contexto me permito se?alar la exposici¨®n de la RDA en Mosc¨², inaugurada el 16 de septiembre, que puede calificarse de momento cumbre en la evoluci¨®n de las estrechas relaciones con la URSS.
P. ?Cu¨¢les son las l¨ªneas maestras de su programa pol¨ªtico para la RDA?
R. Hace a?os que venimos trabajando sobre la base de una estrategia integral para el desarrollo de la sociedad en su conjunto hasta el a?o 2000. Esta estrategia prev¨¦ continuar el crecimiento din¨¢mico que en la RDA, un pa¨ªs socialista estable, se registra en todos los campos. Ha sido, es y seguir¨¢ siendo el elemento determinante de nuestra pol¨ªtica el que todo lo que se haga tenga por objetivo el bienestar de los ciudadanos.
P. Usted llega a Espa?a al cumplirse el primer aniversario de su hist¨®rica visita a la RFA. ?Qu¨¦ consecuencias ha tenido?
R. Con mi visita oficial a la RFA, en septiembre de 1987, se ha iniciado, sin duda, una nueva etapa en las relaciones entre ambos Estados alemanes. Ha sido el acontecimiento m¨¢s importante en estas relaciones a partir de la firma, en 1972, del Tratado sobre las Bases de las Relaciones. Nos guiamos por el hecho de que una relaci¨®n sensata entre ambos Estados alemanes es un importante elemento estabilizador para la situaci¨®n en Europa y para el desarrollo internacional en su conjunto. El comunicado conjunto sobre la visita es un documento notable de coexistencia pac¨ªfica. Es evidente que el respeto mutuo de la soberan¨ªa, de la integridad territorial y de la no injerencia, la consideraci¨®n de los intereses de ambas partes, son el requisito fundamental para establecer relaciones normales entre la RDA y RFA.
Viabilidad del desarme
P. El desarme es una de las prioridades de Espa?a y de la RDA. ?C¨®mo se podr¨ªan impulsar las negociaciones?
R. Tiene raz¨®n, y es bueno saber que nuestros dos Gobiernos prestan especial atenci¨®n al problema de] desarme. El tratado entre la URSS y EE UU sobre la eliminaci¨®n de sus misiles de alcance intermedio y corto prueba la viabilidad del desarme. Abrigamos la esperanza de que las negociaciones sobre desarme convencional y nuevas medidas destinadas a fomentar la confianza y la seguridad en Europa, proyectadas en el marco del proceso de la CSCE, se inicien dentro de este a?o. Desde el punto de vista de la RDA es de la mayor urgencia que sean incorporadas en el proceso de desarme las armas nucleares t¨¢cticas de alcance inferior a los 500 kil¨®metros. Y consideramos que iniciativas de car¨¢cter regional pueden impulsar el proceso de desarme. Seguimos atentamente las gestiones de Espa?a para garantizar su condici¨®n de naci¨®n desnuclearizada. Y ser¨ªa motivo de gran satisfacci¨®n si la proyectada retirada de aviones de combate estadounidenses del territorio espa?ol desembocara, en el sentido de la propuesta de Mijail Gorbachov, en un paso directo de reducci¨®n mutua de la confrontaci¨®n militar en Europa.
P. ?Qu¨¦ representa para usted visitar Espa?a?
R. Acept¨¦ gustosamente la invitaci¨®n de visitar el reino de Espa?a. No me son ajenas ni su historia milenaria ni su riqueza cultura?, uno de los patrimonios m¨¢s valiosos de la humanidad. La Espa?a de hoy ocupa un lugar prestigioso en la vida internacional. Aguardo con gran inter¨¦s las inminentes conversaciones con sus majestades los reyes y con el presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez. Constituyen la oportunidad de efectuar, sobre la base de mutua confianza y por primera vez, un intercambio personal de criterios sobre temas fundamentales.
"Nosotros levantamos el muro, no Gorbachov"
Por m¨¢s vueltas que le da, Erich Honecker dice no conseguir entender por qu¨¦ en Occidente el muro -la denominada Barrera Protectora Antifascista- es la primera imagen que se nos viene a la cabeza cuando hablamos de la RDA. "Estoy seguro de que los espa?oles tienen otras preocupaciones". Pero acepta el reto inquisidor. "Puedo decirle que en este tema no ge ha movido nada, ni antes, ni durante, ni despu¨¦s de mi visita a la RFA". Recuerda c¨®mo su decisi¨®n de construir la antiest¨¦tica, fr¨ªa y mortal pared de cemento fue debido a que "la existencia de una frontera abierta, tanto en la RFA como en Berl¨ªn (la Atenas sobre el Spree), hizo que la RDA sufriera una p¨¦rdida superior a los 100.000 millones de marcos". Fue el llamado refer¨¦ndum de los pies. A lo que habr¨ªa que agregar "esas campa?as calumniadoras hacia la RDA en materia pol¨ªtica, as¨ª como los sue?os que ten¨ªan algunos de entrar por la puerta de Brandenburgo con las bandas militares". "Nosotros acabamos con todas esas ilusiones".Y le recuerda a Ronald Reagan, que en su visita a Berl¨ªn el a?o pasado pidi¨® a Gorbachov que derribara el muro, que "no fue Mosc¨² qui¨¦n lo levant¨®, sino nosotros". "Por experiencia s¨¦ que hay que optar por pasar la frontera por los pasos fronterizos, y no por la llamada frontera verde". Y adem¨¢s, no sabe donde "hay mas insatisfacci¨®n con el r¨¦gimen existente, si en la RDA o en la RFA", comenta c¨¢ustico al hablar de la, seg¨²n ¨¦l inexistente, avalancha de solicitudes para emigrar a Occidente.
Pregunta. Usted ha destacado siempre como un impulsor del di¨¢logo intraeuropeo. ?Cree posible que el actual proceso de distensi¨®n pueda desembocar en la transparencia de las fronteras entre el Este y el Oeste?
Respuesta. Naturalmente existe una relaci¨®n entre la distensi¨®n y la transparencia de las fronteras, como usted lo est¨¢ llamando. Un fundamento importante para la distensi¨®n en Europa ha sido el sistema de tratados y convenios Este-Oeste, ha sido el Acta Final de Helsinki. En ellos se consagraron los principios jur¨ªdico-internacionales para las relaciones entre los Estados, y elemento irrenunciable de ¨¦stos es el respeto de la inviolabilidad de las fron teras. As¨ª se abren nuevas pos? bilidades a la cooperaci¨®n Abogamos por un desarrollo en Europa que permita que la distensi¨®n y el desarme se impon gan y se mantengan, que la confianza entre los Estados se fortalezca y que las fronteras eu ropeas no separen, sino que unan a los pueblos. Y, por lo dem¨¢s, ya desde hace tiempo el proceso de distensi¨®n est¨¢ repercutiendo en la transparencia de las fronteras. A?o a a?o, millones de ciudadanos de nues tro pa¨ªs viajan al Este y al Oeste, y el n¨²mero de extranjeros que nos visita demuestra que la RDA es un pa¨ªs europeo de turismo. En el a?o 1987 la cifra fue de 57 millones.
P. ?C¨®mo es la Europa que vislumbra para final de siglo? ?C¨®mo le gustar¨ªa que fuese?
R. Mis conceptos y deseos se ven inspirados por la idea de la edificaci¨®n de una pac¨ªfica casa com¨²n europea. Al igual que muchos Estados europeos, la RDA se gu¨ªa por la visi¨®n enteramente realista, de que los pueblos europeos, independientemente de sus sistemas socioecon¨®micos, podr¨¢n convivir en condiciones de seguridad, en un ambiente de buena vecindad y confianza, conforme a un reglarnento interno respetado por acuerdos logrados en el marco de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (CSCE). Sobre esta base y realiz¨¢ndose gradualmente el proceso del fomento de la confianza, del desarme y de la cooperaci¨®n, se podr¨¢ ir construyendo, piedra a piedra, un edificio s¨®lido. En el ¨¢rea econ¨®mica, han de corresponderse al r¨¢pido progreso cient¨ªfico- tecnol¨®gico, la creciente interdependencia de las econom¨ªas y las m¨¢s elevadas necesidades de la divisi¨®n internacional del trabajo. En primer lugar, pienso en la eliminaci¨®n de barreras econ¨®micas y obst¨¢culos comerciales, en el desarrollo de nuevas formas de una cooperaci¨®n econ¨®mica y cient¨ªfico-tecnol¨®gica en pie de igualdad y de provecho mutuo. De ning¨²n modo quisiera excluir los problemas acuciantes de la seguridad ecol¨®gica en nuestro continente, as¨ª como las tareas en el campo humanitario.
P. Espa?a presidir¨¢ la Comunidad Europea durante el primer semestre de 1989. ?C¨®mo desear¨ªa que fueran las relaciones de la RDA con la Europa del Mercado ¨²nico?
R. Con la firma de la Declaraci¨®n Conjunta sobre el establecimiento de relaciones diplom¨¢ticas entre los Estados miembros del Consejo de Ayuda todos. Para ello sirven como base firme el Acta Final de Helsinki y los Mutua Econ¨®mica (CAME), entre ellos la RDA, y la CE, las dos partes han ratificado su disposici¨®n de partir de las realidades surgidas en Europa y de desarrollar nuevas formas de cooperaci¨®n. Es una orientaci¨®n clara. No s¨®lo tiene validez para hoy, sino tambi¨¦n para el futuro inmediato y lejano. Se trata de cultivar el di¨¢logo pol¨ªtico sobre cuestiones fundamentales. En este contexto no s¨®lo estoy pensando en la ampliaci¨®n de relaciones comerciales, sino tambi¨¦n en la colaboraci¨®n en las esferas de la protecci¨®n ambiental, de las ciencias y la tecnolog¨ªa, transporte, energ¨ªa y estandarizaci¨®n. Estoy convencido de que las relaciones por desarrollar -sean entre la RDA y la CE o entre CAME y la CE- ocupar¨¢n un lugar clave en la casa co
m¨²n, europea.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
