Casald¨¢liga
Se est¨¢ gestando la reducci¨®n al silencio de este obispo. No ha negado ning¨²n dogma, como hizo Lefebvre. Su falta es optar por una fidelidad cr¨ªtica que le ha impulsado a la desobediencia. Pero no olvidemos que se trata de un obispo en el que la corresponsabilidad es un deber mayor que en un sacerdote o un laico. Se trata, por tanto, de celo apost¨®lico, el mismo celo de Pablo cuando reprendi¨® duramente a Pedro en el incidente de Antioqu¨ªa (G¨¢l, 2,11).Casald¨¢liga sabe que la pol¨ªtica y pastoral vaticana actual son un obst¨¢culo insuperable para muchos creyentes. Por eso fue a Nicaragua, para neutralizar con sil testimonio evang¨¦lico el antitestimonio del cardenal Obando, que ha llegado a negar al Gobierno sandinista el derecho a movilizar soldados en una guerra que lo es de independencia. (?) No caben en este peque?o escrito los errores que acarrea la involuci¨®n-restauraci¨®n en que vivimos; no obstante, citaremos algunos.
La Populorum progressio de Pablo VI admite la violencia revolucionaria que el Papa actual niega constantemente en sus discursos, incluso cuando habla en pa¨ªses como Mozambique, triturados por el imperialismo. Pero sigue en pie la licitud de la guerra defensiva e incluso la del armamento nuclear en determinadas circunstancias. ?A qu¨¦ se reduce, pues, la opci¨®n preferencial por el pobre? Y conste que la teolog¨ªa de la liberaci¨®n (hoy teolog¨ªa del cautiverio) no propugna la lucha armada.
Una de las novedades del Vaticano II fue la colegialidad, de donde surgieron las conferencias episcopales y el S¨ªnodo de los Obispos; pero si las conferencias episcopales no tienen autoridad ni para elegir obispos ni para redactar un catecismo, y el S¨ªnodo de los Obispos no es m¨¢s que un ¨®rgano consultivo que funciona unos d¨ªas cada tres o cuatro a?os, ?a qu¨¦ ha quedado reducida la colegialidad? ?Qu¨¦ diferencia sustancial hay entre nuestra Iglesia y la del Vaticano I? ?Acaso es ¨¦sta menos centralista, monol¨ªtica y piramidal que aqu¨¦lla? ?Consulta el Papa a los obispos en temas tan importantes como el armamento at¨®mico o el sacerdocio de la mujer? ?Qu¨¦ relaciones tiene la Iglesia con el actual comunismo transigente en materia religiosa, que ha renunciado al ate¨ªsmo militante, y qu¨¦ relaciones tiene con el imperialista Reagan?
Muchas m¨¢s preguntas podr¨ªan hacerse y es posible que alguna de ellas tenga respuesta, en parte positiva, pues algo ha cambiado en la Iglesia; pero estamos seguros de que no est¨¢ a la altura de las circunstancias, que se desprecia un florecimiento teol¨®gico posterior al Concilio: "teolog¨ªa de la historia de la salvaci¨®n, de la secularizaci¨®n; teolog¨ªa pol¨ªtica, teolog¨ªa de la esperanza, teolog¨ªa de la liberaci¨®n". Estamos asistiendo a la realidad de un papa que es algo m¨¢s que un papa, y unos obispos que son algo menos que un obispo, como viene ocurriendo a partir del siglo V; y ya es hora de acabar con los errores que acumularon los siglos.
A Casald¨¢liga le sobran motivos para levantar su voz. Su ardiente esp¨ªritu de profeta y poeta se ha ganado la admiraci¨®n de todo el mundo pensante y el odio de los retr¨®grados en pol¨ªtica y en religi¨®n. Si se consuma el castigo, el Vaticano cometer¨ªa el ¨²ltimo y quiz¨¢ m¨¢s grave de sus errores.- .
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