La suerte tambi¨¦n abandona al equipo de Gil
El Atl¨¦tico se mantuvo fiel a su peculiar idiosincrasia, ¨¦sa que el fallecido Vicente Calder¨®n defini¨® hace a?os con rigurosa precisi¨®n dial¨¦ctica c¨®mo El Pupas Club de F¨²tbol. El equipo rojiblanco fue el ¨²nico de los cinco espa?oles que no pudo pasar a la segunda ronda europea. Y lo cierto es que anoche no se mereci¨® haber tropezado ni contra la fortuna ni contra su historia. El generoso derroche f¨ªsico y ofensivo de sus jugadores no fue suficiente para superar a un discreto Groningen, aunque a este equipo de Gil tambi¨¦n le ha abandonado la suerte. El presidente afirm¨® al final que no iba a destituir a Maguregui y lleg¨® m¨¢s lejos: "No pienso escuchar a Magu si me presenta la dimisi¨®n. Este equipo tiene futuro".Sin posibilidad de una bola de cristal que permita otear el futuro rojiblanco, aunque existan signos futbol¨ªsticos para aventurar que la actual plantilla no parece llamada a grandes haza?as, s¨ª cabe analizar el pasado y el presente. Del pasado hay que afirmar ya que el primer proyecto de Gil de la temporada anterior ten¨ªa una estructura de calidad claramente superior a la de este segundo. Y el presente lo escribieron ayer los jugadores rojiblancos con un en enorme desgaste f¨ªsico y un elogiable esp¨ªritu de lucha.
Todos se lanzaron desde el primer minuto sobre el marco holand¨¦s y crearon m¨²ltiples ocasiones para resolver el choque. En realidad, ya debieron hacerlo en Groningen, pero all¨ª tambi¨¦n fallaron sus oportunidades. Sin embargo, el presente se limitar¨¢ a dejar constancia de una eliminaci¨®n que le supone al club cerca de 90 millones de p¨¦rdidas: Gil hab¨ªa previsto pasar tres eliminatorias.
Ayer, el Atl¨¦tico ya hab¨ªa igualado en dos minutos la eliminatoria gracias a un claro penalti hecho a Futre. Pero 17 despu¨¦s el Groningen comenzaba a aliarse con la historia que suele arrastrar como una cruz el equipo rojiblanco y empat¨® el partido. Fue una jugada en la que a la l¨ªnea defensiva del Atl¨¦tico, con Marrero a la cabeza, s¨®lo le falt¨® sentarse en el c¨¦sped para ver con comodidad c¨®mo tres discretos futbolistas holandeses se pasaban el bal¨®n hasta hallar hueco y rematar.
Del canario Marrero, a quien sus compa?eros llaman El Yayo, conviene se?alar que tuvo el enorme m¨¦rito de poner a Abel al borde de un ataque de nervios. El portero se pas¨® el partido tratando de corregir los despistes del defensa, que dio la impresi¨®n de ser el mayor aliado holand¨¦s. Cada vez que el bal¨®n rondaba su zona, Abel temblaba y los aficionados cerraban los ojos. Bien es cierto que en el equipo de enfrente su ariete, Meyer, se comport¨® con su torpeza como un hincha rojiblanco.
Tras la igualada, el Atl¨¦tico acus¨® el golpe, perdi¨® poco despu¨¦s a su cerebro Marina, lesionado, y el Groningen se creci¨®. Pero Maguregui reaccion¨® bien y fue acumulando elementos de ataque -primero Aguilera y luego Carlos- sin desordenar al equipo. El t¨¦cnico rojiblanco situ¨® a Manolo, espl¨¦ndido, como nuevo eje, el Atl¨¦tico marc¨® su segundo gol y se mereci¨® m¨¢s.
No fue as¨ª y al terminar el partido Gil consol¨® a sus jugadores en el vestuario, confirm¨® a Maguregui en el banquillo y se mostr¨® indignado con Ios buitres de la Prensa" porque, seg¨²n dijo, "todos me preguntan si voy a echar al mister y eso son invenciones". As¨ª que una victoria ante el colista de la Liga espa?ola -C¨¢diz- y un buen partido frente al s¨¦ptimo clasificado del campeonato holand¨¦s han contribuido a la amnesia Gil-Maguregui, al menos hasta la siguiente declaraci¨®n. Hace apenas cinco d¨ªas, el presidente enviaba una carta a los socios en la que su pu?o y letra se pon¨ªan del lado de los buitres: "En lo deportivo, no hay problemas en la plantilla ni con el mister porque los c¨¢nceres han desaparecido. Yo no meto los goles, por ello, si los dos pr¨®ximos partidos [C¨¢diz y Groningen] no los resolvemos satisfactoriamente, de forma civilizada el entrenador tendr¨¢ que dejar su puesto a otro, pero sin alteraciones". A lo que Magu contest¨®: "Es normal y yo lo aceptar¨¦". Que la amnesia dure y sea para bien.
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