A un latido de coraz¨®n de la Casa Blanca
Primer duelo televisado de Quayle y Bentsen, aspirantes a la vicepresidencia de EE UU
Uno de los dos estar¨¢, a partir del pr¨®ximo 20 de enero, a un latido de coraz¨®n de la presidencia. Y la gran mayor¨ªa de norteamericanos coincide en que John Danforth Quayle, el n¨²mero dos del ticket republicano, no re¨²ne las condiciones para suceder a un George Bush enfermo o asesinado. Nadie duda, por el contrario, que Lloyd Bentsen podr¨ªa sustituir sin traumas a Michael Dukakis en la Casa Blanca. Estos dos senadores -Bentsen, de 67 a?os, podr¨ªa ser el padre de Quayle, de 41-, se enfrentaron esta madrugada en un debate televisado en Omaha (Nebraska).
Los observadores estiman que el factor Quayle puede ser el ¨²ltimo cartucho que salve la elecci¨®n a Dukakis, que ve impotente c¨®mo Bush consolida su ventaja en los sondeos.Los dem¨®cratas han encargado miles de chapas de solapa con la leyenda President Quayle, para meter miedo en el cuerpo a un electorado que no puede explicarse c¨®mo Bush eligi¨® a este senador de Indiana con aires de Robert Redford e insoportable levedad pol¨ªtica. Bentsen, por el contrario, es una de las estrellas del Senado, donde preside el influyente Comit¨¦ de Finanzas, y un peso pesado en Washington. El vicepresidente de Dukakis repite en sus m¨ªtines que si ganan los republicanos "rezar¨¦ todos los d¨ªas por la buena salud de George Bush". "George, la idea del presidente Quayle es muy preocupante", le espet¨® el candidato dem¨®crata al vicepresidente en su primer debate televisado.
Millonarios
Desde el asesinato de John Kennedy, la figura del vicepresidente ha cobrado m¨¢s importancia en EEUU. Tres vicepresidentes, Harry Truman, Lyndon Johnson y Gerald Ford, llegaron a la Casa Blanca despu¨¦s de la II Guerra Mundial por muerte o renuncia del presidente.
Danny Quayle tiene, sin embargo dos cosas en com¨²n con su rival Bentsen. Ambos son millonarios, el dem¨®crata mucho m¨¢s a¨²n, y los dos son conservadores hasta las cejas. Pro negocios, pro defensa fuerte, partidarios de la contra y del rezo en las escuelas p¨²blicas, a favor de la reducci¨®n de impuestos y contrarios al control de la libertad del ciudadano a armarse hasta los dientes. ?ste es el punto d¨¦bil de Bentsen -su distancia ideol¨®gica de Dukakis-, que Quayle trat¨® de machacar en el debate.
Por lo dem¨¢s, estos dos personajes no tienen nada que ver. Quayle, senador por Indiana, no se ha despegado del esc¨¢ndalo de su designaci¨®n: la historia comprobada de su uso de las influencias familiares (es el heredero de un clan que se ha hecho millonario con una cadena de peri¨®dicos en Indiana y Arizona) para evitar combatir en Vietnam. Hizo una c¨®moda mili en las oficinas de la Guardia Nacional. Y luego, su desastroso curr¨ªculo profesional. P¨¦simo estudiante, tuvo problemas para acabar la carrera de Derecho e ingres¨® en la universidad por enchufe.
Y la historia de su fin de semana de golf en Florida -"yo no hice nada"- con una modelo lobbysta de pago que aparece desnuda este mes en Playboy. Su vac¨ªo cerebral se ha puesto de manifiesto a lo largo de esta campa?a, en la que los estrategas republicanos s¨®lo le dejan torear en localidades de tercera y bien distante de la Prensa.
Su mujer, Marilyn, una abogada lista y el cerebro familiar, se sit¨²a continuamente a su lado y le tira de la chaqueta cuando dice alguna tonter¨ªa. El otro d¨ªa, preguntado sobre qu¨¦ opinaba del Holocausto, respondi¨® que "es un obsceno per¨ªodo de nuestra historia nacional". Y a?adi¨®: "Yo no viv¨ª en este siglo".
Aunque se considera un experto en temas de Defensa, en Chicago se sali¨® del discurso preparado, y los hombres de Bush, avergonzados, le dijeron que era la ¨²ltima vez. El fin de semana pasado, para demostrar que tiene materia gris y no es una p¨¢lida fotocopia de su jefe, un Bush light, se desmarc¨® del vicepresidente anunciando que una futura administraci¨®n republicana deber¨¢ condicionar un tratado START (de eliminaci¨®n de armas estrat¨¦gicas) a la reducci¨®n de fuerzas convencionales por parte de la URSS. Esto es, en la pr¨¢ctica, una pasada por la derecha a Reagan.
Quayle es, sobre todo, una cara bonita. Da una imagen kennediana con una familia perfecta, con tres hijos de 9 a 14 a?os. Representa el muchacho americano de pueblo peque?o, de la Am¨¦rica profunda (Indiana, el Medio Oeste), patriota, agresivo, creyente en la utilizaci¨®n de la fuerza, en la guerra de las galaxias y en que el rearme a¨²n debe ir m¨¢s lejos. Como Bush, se envuelve en la bandera y en los valores eternos y sustituye su falta de conocimientos con una gran audacia natural.
El golf es su pasi¨®n, y uno de sus principales logros legislativos -es el haber conseguido una exenci¨®n fiscal para que las estrellas extranjeras, como Severiano Ballesteros, pudieran repatriar sus ganancias de EE UU sin pasar por Hacienda. Su mundo no es el de la reflexi¨®n ni el de las ideas. "Mi marido todos los a?os intenta leer La rep¨²blica, de Plat¨®n, y nunca la acaba", ha revelado su mujer.
Senador romano
A su lado, el patricio Lloyd Bentsen, un dem¨®crata tory que compensa su conservadurismo con un historial liberal en materia de derechos humanos, tiene un aura de profundidad y respetabilidad que le sit¨²a en las ant¨ªpodas del atolondrado Quayle. Con 1,89 de altura -igual que Bush-, Bentsen tiene un aire mezcla de senador romano y presidente de consejo de administraci¨®n. Habla perfectamente espa?ol.
Senador por Tejas desde 1970 -cuando derrot¨® a George Bush-, tiene una maquinaria pol¨ªtica que le hace imbatible en ese importante Estado.
Adem¨¢s de su pasi¨®n por el p¨®quer, dicen que le gan¨® una casa a un colega del Congreso, este millonario -empresas de seguros, inmobiliarias y petr¨®leo- es un h¨¦roe de guerra. M¨¢s de 50 misiones a¨¦reas de combate sobre Italia en la II Guerra Mundial, y con la Cruz Distinguida de Vuelo. Abogado por la universidad de Tejas, est¨¢ casado con una elegante ex modelo, Beryl Ann, y tiene dos hijos. Con el tiempo, a sus 67 a?os, a¨²n practica un tenis muy agresivo, ha matizado su fuerte conservadurismo, que le llev¨® a sugerir, en 1950, que Truman amenazara a Corea del Norte con un ataque nuclear. Es el candidato dem¨®crata a vicepresidente o presidente m¨¢s conservador de los ¨²ltimos 30 a?os.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.