Lo monstruoso vende m¨¢s
El promotor de la idea de abandonar el realismo sucio y de recrear lo monstruoso es nada menos que Sonni Metha, el m¨ªtico director editorial (editor) de Alfred A. Knopf, perteneciente al grupo norteamericano Random House, y cuyo ¨¦xito m¨¢s reciente ha sido publicar al ¨²ltimo ganador del Pulitzer, la escritora Toni Morrison. El carisma de Metha entre el p¨²blico y los propios escritores norteamericanos hace presagiar un duro combate para el pr¨®ximo a?o entre las dos tendencias.La inspiraci¨®n ha sido encontrada en buena parte en las fotograf¨ªas de David Witkin, a quien ha sido posible visitar recientemente en Madrid y Barcelona a trav¨¦s de su c¨¦lebre exposici¨®n. Las fotograf¨ªas de Witkin se centran en todo tipo de modelos distorsionados frente a la naturaleza y cultivan con exclusividad la deformidad y lo pat¨¦tico.
Defectos y excesos
Esta pasi¨®n por lo monstruoso, en la que caben cualquier defecto o exceso f¨ªsico de las personas, ha inspirado la primera novela de la que ser¨¢ la nueva moda, por efimera que resulte. Se trata de Geek love (algo as¨ª como Amor monstruoso), de la norteamericana Katherine Dunn, y cuenta la historia familiar de un grupo circense cuyos progenitores se dedican a experimentar gen¨¦ticamente con los hijos en el intento de producir nuevas atracciones para el negocio. El drama sobreviene cuando, contra pron¨®stico, nace un ni?o normal que altera por completo la organizaci¨®n y los prop¨®sitos de esta familia.
Pechos romboidales
Enanos albinos, gente con varias cabezas, pechos romboidales o cualquier barbaridad que pase por la cabeza se encontrar¨¢n posiblemente en estas p¨¢ginas. A pesar de que semejante argumento pueda parecer humor¨ªstico, la seriedad con que Metha ha estimulado el proyecto hace pensar que ha descubierto una veta de consideraci¨®n.
Otros escritores, con este mismo registro, publicar¨¢n a continuaci¨®n, despu¨¦s de haberse hecho o¨ªr a trav¨¦s de las p¨¢ginas de dos de las revistas m¨¢s in de Nueva York: la Village Voice y la Bomb, que seguramente respaldar¨¢n la explosi¨®n de este nuevo realismo al que quiz¨¢ le venga bien el nombre de realismo raro.
Seg¨²n parece, ni Simon and Schuster, ni los conocidos como Six, six, six (por estar en un edificio numerado precisamente con esas cifras), es decir, el grupo donde se hallan Doubleday, Bantam y Dell, pueden ofrecer en estos momentos una invenci¨®n semejante. Todo indica que el pr¨®ximo a?o tambi¨¦n se seguir¨¢ hablando de Sonni Metha.
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