Un duelo final entre el amor y la muerte
'No volver¨¦ jam¨¢s', la ¨²ltima obra de Kantor, estrella del Festival de Oto?o de Par¨ªs
En 1956, con ocasi¨®n de la primera representaci¨®n del teatro Cricot 2, Tadeusz Kantor (Wielopole, Polonia, 1915), pintor, creador de happenings, dramaturgo y director de teatro, "descendiente de los dada¨ªstas", como le gusta definirse a s¨ª mismo, crea su primer embalaje. Veintid¨®s a?os despu¨¦s, Kantor ha presentado en el Festival de Oto?o de Par¨ªs una obra en la que vuelve la idea del embalaje.
En No volver¨¦ jam¨¢s la idea de embalaje aparece de nuevo, pero en esta ocasi¨®n, este ¨²ltimo, este gran embalaje, realizado por esos se?ores tan serios vestidos de negro -los mismos que con uniformes militares, grises, pocas escenas antes, tocaban violines, tambi¨¦n grises, mientras conduc¨ªan a los deportados a las c¨¢maras de gas-, se convierte en una tumba. Nada se mueve, nada se agita. En su interior, el cad¨¢ver de nuestro siglo XX, representado por esa cohorte de personajes, a los que ella -la muerte-, tan presente en la obra, tanto teatral como pict¨®rica de Tadeusz Kantor, hab¨ªa converido ya en fantasmas.No volver¨¦ jam¨¢s es como un recorrido a trav¨¦s del trabajo del director polaco. En ella aparecen muchos de los personajes creados en obras anteriores por este dramaturgo, Wielopole, Wielopole, ?Que revienten los artistas! La clase muerta o Donde est¨¢n las nieves de anta?o, rabinos, cardenales bailando un tango enloquecido, la interina, y muchos otros, entre ellos Ulises, el de El retorno de Ulises, la pieza de Wyspianski, montada por Kantor en su teatro clandestino en la Polonia ocupada por los nazis, el mismo a?o que muri¨® su padre en un campo de concentraci¨®n. En ese duelo eterno entre el amor y la muerte (presente o esperando entre bastidores, pero nunca ausente), entre la agitaci¨®n incoherente o pat¨¦tica de los hombres / actores -ritmada por el tango, un canto an¨®nimo jud¨ªo, Chopin o Berlioz, la m¨²sica es un objet trouv¨¦, herencia dada¨ªsta obliga-, deambula Kantor mismo, encarnando su propio personaje y pregunt¨¢ndose por qu¨¦ y c¨®mo ha llegado hasta all¨ª ¨¦l, que siempre hab¨ªa permanecido en la puerta, en el umbral (?de la muerte?), dirigiendo a los otros, pero sin confundirse con ellos.
En No volver¨¦ jam¨¢s, Tadeusz Kantor -lo dice ¨¦l mismo"toca fondo" porque "s¨®lo el grito de fondo puede ser escuchado", porque s¨®lo all¨ª, quiz¨¢, "podamos comprendernos los unos a los otros".
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