Un p¨²blico apasionado

El 19 de noviembre de 1850, la contralto Mar¨ªetta Alboni encarn¨® la Leonora de La favorita, de Donizetti, inaugurando un teatro en el que, a partir de entonces, los m¨¢s famosos int¨¦rpretes luchar¨ªan por conseguir el favor del p¨²blico madrile?o.En los primeros a?os, el repertorio estuvo integrado fundamentalmente por obras de Rossini, Bellini, Donizetti y Meyerbeer, de quien -aunque hoy nos parezca incomprensible- el p¨²blico lleg¨® a ser dovoto. Si al principio priv¨® el belcantismo, no tardar¨ªan las obras de Verd¨ª en hallar el favor del p¨²blico. El propio compositor dirigi¨® en el Real su Fuerza del destino.

Wagner entrar¨ªa con su Rienzi en 1875. Sin embargo, el g¨¦nero espa?ol no acababa de cuajar. Marina, de Arrieta, era una de las pocas ¨®peras en castellano que siempre encandilaban al p¨²blico.

Pero lo cierto es que para ¨¦ste lo importante eran los cantantes y, en especial, los tenores. As¨ª surgieron las grandes rivalidades entre los franchinistas y los bettinistas, y m¨¢s tarde, en la d¨¦cada de los ochenta, los duelos entre los partidarios de Gayarre y Mas¨ªni, o de L¨¢zaro y Fleta, ya en los a?os veinte de este siglo.

A estos bandos enfervorizados habr¨ªa que a?adir los apasionados de las voces baritonales de Ruffo o Stracciari. El eterno dilema entre el poder de los grandes medios vocales o la l¨ªrica de canto.

La relaci¨®n de voces que pisaron su escenario incluye a casi todos los grandes nombres. Centr¨¢ndonos en el presente -siglo, bastar¨ªa apuntar la de los Tetrazzini, Barrientos, Caps¨ªr, Gaffi-Curci o la de Anselmo -el tenor que leg¨® su coraz¨®n a Madrid-, Battistini, Schippa, Pertile o Gigli para dar- muestra de ello. Sin embargo, nunca consigui¨® la presencia del m¨ªtico Caruso.

El Real vivi¨® ¨¦xitos pero tambi¨¦n fracasos.- All¨ª se oy¨® uno de los escasos fiascos en la carrera de Lauri Volpi, y tambi¨¦n, la noche en que el gran Gayarre, cantando Pescadores de perlas, exclam¨® "?Se acab¨®!" cuando se sinti¨® incapaz de abordar el agudo final de la romanza.