Fe y raz¨®n
Existen tres grandes religiones monote¨ªstas, pueblos del Libro, que veneran a una divinidad id¨¦ntica en su origen, la Biblia, pero diversa en su manifestaci¨®n. En principio fue Yahv¨¦. Los cristianos fueron capaces de advertir que estaba compuesto por tres personas. La segunda de ellas, Cristo, dio nombre a lo que paralos jud¨ªos ortodoxos fue una nueva secta. El islam reserv¨® para la divinidad un lugar abstracto e inaccesible y se conform¨® con aproximarse hist¨®ricamente al profeta Mahoma.Para un cristiano racional, la prueba del paso de Cristo por la Tierra, en forma de ser humano, constituye un refuerzo de su fe en Dios y la confianza subsiguiente en la resurrecci¨®n.
Todo esto viene a cuento por las sacudidas a que nos somete la alusi¨®n constante a la pel¨ªcula de Scorsese, la serie AD de televisi¨®n o la pol¨¦mica en torno a la autenticidad de la S¨¢bana Santa de Tur¨ªn. El trasfondo cultural de Occidente es cristiano. Y en una medida mucho mayor de lo que somos capaces de advertir racionalmente, puesto que incluso el calendario laboral (?puede uno imaginarse algo m¨¢s prosaico y cotidiano?) est¨¢ calcado sobre un modelo ritual.
La demostraci¨®n racional de
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a existencia de Dios es una arJua empresa que ha ocupado a in buen n¨²mero de fil¨®sofos e in.electuales de caracter¨ªsticas ?en diversas desde que la denostraci¨®n irracional dej¨® de teier vigencia, en el ocaso de la :-7dad Media. El valor emp¨ªrico le los testimonios reales, tales ,omo la S¨¢bana Santa de Tur¨ªn, io es sino el de un elemento va?oso que enriquece nuestras no,iones sobre el hermoso y oscu-antista folclor que rigi¨® la vida ispiritual de Europa en aquellos ?) tiempos.
A los que quieran creer les jueda la v¨ªa sublime e infinita de a gracia (charis), arropada con fe , esperanza. ?stos son dones o )redisposiciones ¨ªntimos y M¨¦nticos, dispensados por Dios le forma inmediata, y que en nada deber¨ªan precisar de pruebas materiales. Por favor, dejerios que la racionalidad discurra por otros derroteros. Aunque algunos les suene a derrota'.-
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