Dukakis quema sus ¨²ltimos cartuchos en el segundo debate televisado con Bush
Michael Dukakis, con la elecci¨®n pr¨¢cticamente perdida seg¨²n los sondeos, quem¨® esta madrugada sus ¨²ltimos cartuchos en el debate televisado con George Bush en Los Angeles. Bush mantiene una persistente ventaja sobre el candidato dem¨®crata en el voto popular, y ha consolida do una diferencia a¨²n m¨¢s s¨®lida en el colegio electoral. Es este c¨®mputo -se necesitan 270 votos electorales para ganar la presidencia- el que cuenta finalmente, y no el n¨²mero de sufragios populares.
Dukakis necesitaba una actuaci¨®n espectacular en el campus de la Universidad de California en Los ?ngeles (UCLA) para dar la vuelta a una elecci¨®n, en la que, para muchos observadores, el triunfo del candidato republicano es casi inevitable. La de anoche (se iniciaba a las dos de la madrugada de hoy, hora espa?ola) fu¨¦ la ¨²ltima oportunidad de Dukakis de presentar a 100 millones de votantes su visi¨®n de Am¨¦rica y explicar qu¨¦ tipo de presidente ser¨ªa.Hasta ahora, George Bush ha controlado absolutamente la campa?a, forzando a Dukakis a una reacci¨®n puramente defensiva. El supuesto triunfo del candidato dem¨®crata en el primer debate -en Winston-Salem hace tres semanas- no se ha traducido en los sondeos. S¨®lo el hundimiento del n¨²mero dos de Bush, el inexperto y vac¨ªo senador Dan Quayle, permite a Dukakis mantener algunas esperanzas en la carrera electoral de tres semanas que faltan hasta el 8 de noviembre.
El incremento del d¨¦ficit comercial norteamericano, anunciado ayer, aunque negativo para la Administraci¨®n, no es suficiente por s¨ª solo para cambiar la estrella de Dukakis. Adem¨¢s, antes del 8 de noviembre se esperan estad¨ªsticas econ¨®micas positivas.
La mayor estatura pol¨ªtica del candidato a vicepresidente dem¨®crata, Lloyd Bentsen, puesta claramente de manifiesto, en el debate televisado que le enfrent¨® el pasado d¨ªa 5 a su rival Quayle, ha obligado a muchos votantes a poner en duda el juicio de Bush al escoger al senador Quayle como vicepresidente, en la m¨¢s importante decisi¨®n de su vida pol¨ªtica. Este patinazo del candidato republicano ha permitido a Dukakis acortar en los ¨²ltimos d¨ªas la ventaja que le lleva Bush.
Ventaja
Pero el efecto Quayle se disipa cada d¨ªa que pasa -en EE UU nunca se vota pensando en los vicepresidentes- y los sondeos siguen reflejando una ventaja de Bush de entre 3 y 7 puntos, que no es excesiva. Y teniendo en cuenta el escaso entusiasmo que despiertan los dos candidatos, podr¨ªa ser superada por el Gobernador de Massachusetts en la ¨²ltima fase de la campa?a. Sin embargo, si se traduce al colegio electoral -el n¨²mero de Estados que cada uno tiene ya como m¨¢s o menos seguros-, Bush parece inalcanzable.El vicepresidente cuenta con una s¨®lida base en el Sur, donde Dukakis no ganar¨ªa ning¨²n Estado, y en la mayor parte del Oeste, con buenas perspectivas de triunfo en los Estados industriales del Medio Oeste. Esta combinaci¨®m de 28 estados le dar¨ªan ya a Bush los 270 votos electorales necesarios para la victoria, seg¨²n un sondeo publicado ayer por The Washington Post. Por el contrario, Dukakis s¨®lo est¨¢ claramente por delante en siete Estados, con 51 votos electorales. En otros 15, con 217 votos electorales, la carrera est¨¢ muy re?ida. La base de Dukakis, el Noreste, es muy peque?a.
Un segundo sondeo muy significativo, publicado ayer por The New York Times, se?ala que los norteamericanos est¨¢n m¨¢s optimistas que nunca sobre la marcha del pa¨ªs y que su deseo de cambio est¨¢ disminuyendo Bush, que se presenta como el heredero continuista de la "paz y prosperidad" logradas por el reaganismo rentabiliza esa tendencia a mantener el status quo.
Todos estos datos y la incapacidad mostrada por Dukakis para proyectar una imagen atractiva -su frialdad y su escasa simpat¨ªa se presentan como sus rasgos dominantes- explican lo dif¨ªcil que va a ser para el candidato dem¨®crata dar la vuelta a la elecci¨®n.
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