Los herederos de Juan de la Encina donan a la Biblioteca Nacional valiosos documentos

Juan de la Encina, seud¨®nimo de Ricardo Guti¨¦rrez Abascal (1883-1963), est¨¢ considerado como el primer cr¨ªtico de arte moderno de Espa?a. Sus herederos han hecho entrega ayer a la Biblioteca Nacional de una amplia correspondencia, 317 cartas, entre este intelectual y numerosas figuras de las artes y las letras espa?olas, como Dar¨ªo Regoyos, Ignacio Zuloaga, Miguel de Unamuno y Ram¨®n Basterra.Juar de la Encina fue recordado, ayer en un homenaje a los 25 a?os de su muerte, organizado, por la Biblioteca Nacional, con las intervenciones de Mar¨ªa de Areilza y Francisco Calvo Serraller.

El primero prefiri¨® hacer una semblanza de Ricardo Guti¨¦rrez Abascal como figura importante en la cultura del Pa¨ªs Vasco. Guti¨¦rrez Abascal, como prefiri¨® tratarlo, y su hermano Leopoldo fueron asiduos asistentes y animadores de las tertulias de intelectuales que se formaron despu¨¦s de la segunda guerra carlista, en Bilbao. A ellas asit¨ªa con cierta regularidad Unarnuno, Maeztu y P¨ªo Baroja. Ricardo Guti¨¦rrez Abascal, con sus constantes viajes a las ciudades m¨¢s importantes de la revoluci¨®n est¨¦tica de los primeros 30 a?os de este siglo, contribuy¨® al debate sobre las nuevas ideas y las difundi¨® en el Pa¨ªs Vasco. All¨ª impuls¨® la creaci¨®n de la revista de arte Hermes y de la Asociaci¨®n de Artistas Vascos. "Bilbao se convirti¨® en un peque?o Atenas", lleg¨® a afirmar.

Fraricisco Calvo Serraller se refiri¨® principalmente a la labor de Juan de la Encina, como prefiri¨® llamarlo, al frente del Museo de Arte Moderno durante la II Rep¨²blica, entre 1931 y 1939. Ya en esa ¨¦poca realiz¨® exposiciones de los j¨®venes Max Errist y Picasso, entre otros. Public¨® obras como La trama del arte vasco, libro b¨¢sico para la historia del arte vasco; Goya en zig zag y Retablo de la pintura moderna, todos ellos bajo el signo de la nueva cr¨ªtica que se desprend¨ªa de la labor del hisotriador del arte, sin por ello dejar de lado el conocimiento historiogr¨¢fico.

Juan de la Encina colabor¨® asiduamente como cr¨ªtico de arte en el diario madrile?o La Voz. Fue siempre partidario de la obligaci¨®n del intelectual de incorporarse al debate p¨²blico.

Durante los largos a?os del exilio exilio en M¨¦xico, Juan de la Encina ejerci¨® incansablemente la actividad docente en varias universidades mexicanas, casi hasta el final de sus d¨ªas.