El voto 'morenito'
Bush y Dukakis cortejan a la poblaci¨®n hispana de EE UU, que puede ser clave en el resultado electoral
Harlingen, de 50.000 habitantes, en el coraz¨®n del Valle Bajo del R¨ªo Grande, la zona m¨¢s pobre de Estados Unidos, fue puesto de moda hace dos a?os por Ronald Reagan. Obsesionado por la amenaza comunista de Nicaragua, el presidente afirm¨® que los sandinistas pod¨ªan llegar en 24 horas, por carretera, a esta poblaci¨®n fronteriza con M¨¦xico. Aqu¨ª, como en Miami y en el este de Los ?ngeles, los hispanos son mayor¨ªa, y por primera vez son cortejados con inusitado inter¨¦s por George Bush y Michael Dukakis. Hay quien asegura incluso que los hispanos ser¨¢n la clave electoral.
Est¨¢ de moda afirmar que los hispanos -un 8,1% de la poblaci¨®n de Estados Unidos, equivalente a 19,4 millones- ser¨¢n la clave electoral el 8 de noviembre en dos de los Estados m¨¢s importantes: California y Tejas. Pero la realidad es menos espectacular que la demograf¨ªa. Los hispanos, que crecen cinco veces m¨¢s r¨¢pidamente que otras minor¨ªas, votan poco, s¨®lo la mitad son ciudadanos americanos y s¨®lo ser¨¢n decisivos en algunos condados.Dukakis y Bentsen, que se esfuerzan en hablar espa?ol en estas tierras ganar¨¢n probablemente en el R¨ªo Grande, pero el peso de la poblaci¨®n hispana (el 25,5% del Estado) no ser¨¢ suficiente para impedir que Bush triunfe en Tejas. Y sin Tejas, ning¨²n dem¨®crata ha llegado este siglo a la Casa Blanca.
Alberto Briseno, recepcionista del motel Sevilla Inn de Harlingen -"nac¨ª dem¨®crata y me morir¨¦ votando dem¨®crata"-, se queja de la utilizaci¨®n pol¨ªtica del voto hispano. "Los dem¨®cratas siempre nos han olvidado a los hispanos porque saben que les votaremos autom¨¢ticamente, y a los republicanos no les importamos porque est¨¢n seguros de que votaremos dem¨®crata".
Hacer campa?a
Patricia Maples, activista dem¨®crata descendiente de un conquistador espa?ol, se queja de c¨®mo el vicepresidente Bush se acuerda s¨®lo ahora de que tiene nietos hispanos, a quienes el pasado agosto llam¨® Ios morenitos", provocando un esc¨¢ndalo. "Pero a a la hora de los anuncios de televisi¨®n aparece ¨²nicamente con sus nietos rubios anglos". El vicepresidente utiliza a su nuera Columba, de origen mexicano, para hacer campa?a en el Valle.Un viaje por esta regi¨®n, la de menos nivel de renta y m¨¢s paro de] pa¨ªs, y una serie de entrevistas con decenas de sus habitantes se?alan tambi¨¦n que los hispanos votan tradicionalmente dem¨®crata, el partido de los pobres. Pero por sus valores tradicionales y su cultura familiar, los hispanos son muy conservadores y pueden irse con los republicanos. Esto es muy claro en los cubanos de Miami, cuyo anticomunismo les convierte en un voto seguro para Bush.
En cuanto los hispanos escapan del escal¨®n social m¨¢s bajo, la segunda o tercera generaci¨®n, se consideran clase media y abandonan al Partido Dem¨®crata. "Mi chico es dentista y en cuanto se ha hecho rico se ha hecho republicano", explica Briseno. Puede parecer una caricatura, pero es verdad: no hay suficientes pobres y negros en Estados Unidos, que adem¨¢s voten, para elegir presidente a Michael Dukakis. George Bush se est¨¢ llevando de calle a los j¨®venes de entre 18 y 25 a?os, lo mismo que hizo Reagan en 1980 y 1984. El partido del idealismo kennediano de los a?os sesenta s¨®lo es competitivo con la poblaci¨®n de m¨¢s de 64 a?os.
"Aqu¨ª lo que hace falta es se guir prosperando. A m¨ª me ha ido bien. Los dem¨®cratas son buenos para los que viven de las estampillas de comida" (las food stamps que reparte el Gobierno federal a los m¨¢s desheredados), asegura Ren¨¦ de la Garza, un estudiante de 17 a?os de Harlingen. En las oficinas de los dem¨®cratas, Julia Osorio admite que la clase media est¨¢ harta del .abuso" de la seguridad social. James Meredith, el estudiante que hizo historia al ser el primer negro admitido en la universidad de Misisip¨ª, gracias a Kennedy y a las bayonetas de la Guardia Nacional, acaba de advertir contra esta peligrosa dependencia. "Ha llegado el momento de morder la mano que nos alimenta si queremos ser libres. Estamos entrando en una nueva esclavitud". Juli¨¢n Mendoza, jefe de fotograf¨ªa del peri¨®dico Valley Morning Star, lo explica a su manera: "?Para qu¨¦ matarte todo el d¨ªa por un salario de tres d¨®lares la hora si el Gobierno me da cupones para pagar la comida?".
Tejas es un Estado conservador a machamartillo, donde los ciudadanos viajan con un par de rifles en la parte trasera de sus furgonetas, la bandera y consignas a favor de la pena de muerte -son principios b¨¢sicos indiscutibles- "Liberal y ayuda social son palabras sucias aqu¨ª", dice Bill Maples, dem¨®crata convencido y ex veterano condecorado en Vietnam, donde muri¨® su hermano. Bentsen, el candidato dem¨®crata a la vicepresidencia, que es de McAllen, a 50 kil¨®metros de aqu¨ª, "es muy conservador, uno de los nuestros". Es ¨¦l quien va a ganar en el valle, por Dukakis".
Pero ni este grupo de activistas dem¨®cratas, que han registrado m¨¢s de 4.000 nuevos votantes en el condado de Cameron, tiene claro el perfil de Dukakis. "Es evidente que no es Kermedy, y no ha sabido explicar lo que es". Le achacan falta de agallas. "Los tejanos somos peleones, pero Dukakis no es un luchador, no pelea contra todas las mentiras de Bush. Tiene que decir abiertamente que el vicepresidente es un hip¨®crita". Temen que sea demasiado tarde ya.
El estilo reflexivo y serio del gobernador de Massachusetts le sienta a Tejas como a un Cristo dos pistolas. "Es metaf¨ªsicarnemte imposible que un liberal del Noreste gane aqu¨ª", asevera el abogado de Houston Albert Tabor. La familia Maples acusa a Bush de ser s¨®lo un tejano de "apartado de correos". El vicepresidente mantiene una habitaci¨®n de un hotel de 250 d¨®lares la noche en Houston como su residencia legal.
La ley y el orden
Pero a pesar de todo, Bush, que se vino a Tejas a hacer fortuna y gan¨® un mill¨®n de d¨®lares con el petr¨®leo despu¨¦s de casarse, adem¨¢s de ser congresista por un distrito de Houston, es m¨¢s tejano que Dukakis. Sus valores -la patria, la bandera, la familia y la ley y el orden- conectan bien aqu¨ª. Bush tiene una red de amigos en Tejas, donde ha vivido a?os, mientras que Dukakis, si no fuera por Bentsen, es un absoluto marciano. Los sondeos conceden al vicepresidente un margen de 12 puntos sobre Dukakis en Tejas (29 votos electorales y el tercer Estado en importancia). Si esto se confirma, significar¨ªa el fracaso de la estrategia del candidato dem¨®crata, que escogi¨® a Bentsen como n¨²mero dos -a pesar de las notables diferencias ideol¨®gicas que le separan de ¨¦l- para ganar Tejas, como lo hizo Kennedy con Lyndon Johnson en 1960.Y el factor cultura juega tambi¨¦n en contra de un voto masivo hispano. Se calcula que no llegar¨¢ a cuatro millones el n¨²mero de votantes hispanos en todo el pa¨ªs el 8 de noviembre. "Falta educaci¨®n", sentencia Gonzalo Osorio, cartero, que hace tertulia con su chamaquito en la sede de los dem¨®cratas de Harlingen. "A muchos hispanos les da verg¨¹enza ir al colegio electoral. No saben c¨®mo apretar la palanca, tienen miedo a que les miren y se r¨ªan de ellos. No ir¨¢n a votar". Y cuenta que "los j¨®venes no piensan en las elecciones".
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