Naipes
De cuatro machetazos lo mandaron a rendir cuentas a Dios. El difunto se encontraba con la boca cerrada y los ojos abiertos, con la cabeza ladeada como mirando el cerezo en flor que hab¨ªa junto al camino. Ten¨ªa un brazo en reposo y con el otro, extendido, parec¨ªa estar saludando a la gente con una baraja en la mano, aunque nadie lo vio hasta que lleg¨® el ni?o. Se trataba de un vagabundo, y el ni?o descubri¨® su cad¨¢ver mientras buscaba nidos en los ¨¢lamos una ma?ana de mayo. Dio parte a la autoridad y por este servicio le felicit¨® el alguacil del poblado. Fueron cuatro estocadas las que hab¨ªa recibido el mendigo, y bien pudieron ser tantas como variaciones tienen los naipes. El machete hab¨ªa penetrado entre las costillas del desconocido despu¨¦s de atravesar un escapulario de pa?o; con otro de sus viajes, el asesino le hab¨ªa extra¨ªdo por la quijada dos molares y un raig¨®n; el tercer embite lo tom¨® el occiso en los ri?ones, con un tajo hacia abajo que le dej¨® al descubierto el huesito de la alegr¨ªa; fue rematado con una suerte final en el coraz¨®n. Cuando el ni?o se tropez¨® con el cad¨¢ver, los t¨¢banos libaban en sus heridas. A su lado hab¨ªa restos en una lata de at¨²n, media botella de an¨ªs Machaquito, un zurr¨®n con una biblia podrida y la baraja que bland¨ªa en la mano. El ni?o se la quit¨®.Nunca supo qui¨¦n era y por qu¨¦ lo hab¨ªan matado, pero gracias a ¨¦l ten¨ªa ahora el ni?o la primera baraja, y el entierro de aquel vagabundo tuvo lugar esa tarde de primavera. El ni?o estaba sentado en una acera del poblado y con los dedos mov¨ªa los naipes que le hab¨ªa robado al difunto. Con ellos iniciaba el laberinto del azar, mientras en ese momento, por delante, pasaba un ata¨²d de pino llevado por un carromato y alguien cantaba salmos de tinieblas. El ni?o contemplaba las cartas y segu¨ªa barajando. El cortejo f¨²nebre se alej¨® del todo y entonces el ni?o blandi¨® al sol de la tarde el as de oros, que brill¨® como un dobl¨®n cartagin¨¦s, y de esta forma supo que en adelante la suerte le har¨ªa olvidar la muerte para siempre.
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