La cautela de la derecha pinochetista

MANUEL D?LANO, Los partidos de la derecha chilena han reaccionado con cautela, sin rechazar una negociaci¨®n, mientras una dirigente del Partido Comunista consider¨® interesante la propuesta formulada por 16 partidos de la oposici¨®n para modificar la Constituci¨®n. Un miembro de la Junta de Gobierno, el general Fernando Matthei, jefe de la Fuerza A¨¦rea, se ha mostrado de acuerdo con la introducci¨®n de cambios no fundamentales en el texto de la norma fundamental. El ambiente en medios pol¨ªticos es proclive a negociaciones, aunque el rechazo m¨¢s fuerte proviene del Gabinete ministerial del general Augusto Pinochet.

Los partidos de la oposici¨®n han solicitado el alejamiento de Pinochet, cambios en los mecanismos de reforma constitucional, que todos los miembros del Congreso sean elegidos, que se acaben las proscripciones ideol¨®gicas, que aumente el n¨²mero de civiles en el Consejo de Seguridad Nacional y se realicen gestos de reconciliaci¨®n, entre ellos la puesta en libertad del ex vicepresidente socialista Clodomiro Almeyda. Anunciaron tambi¨¦n que presentar¨¢n un candidato ¨²nico en la pr¨®xima elecci¨®n presidencial. Entre los posibles candidatos, el que aparece con m¨¢s posibilidades es Patricio Aylwin, presidente democristiano y portavoz del Comando del No.

La propuesta lanzada por los 16 partidos concertados por el no a Pinochet es una de las primeras peticiones hechas por la oposici¨®n que no ha sido rechazada de inmediato. El ex senador Francisco Bulnes, miembro de la comisi¨®n pol¨ªtica de Renovaci¨®n Nacional -apoy¨® el s¨ª a Pinochet en el plebiscito del pasado d¨ªa 5-, sostuvo que la propuesta es "digna de ser considerada, lo que no significa que sea aceptada en su totalidad". El presidente del Partido Nacional, Patricio Phillips, que tambi¨¦n pidi¨® el s¨ª, afirm¨® estar de acuerdo con la realizaci¨®n de reformas constitucionales, pero sin compartir todas las modificaciones planteadas por la oposici¨®n.

Matthei, por su parte, admiti¨® la posibilidad de reformas y agreg¨®: "Es f¨¢cil tomar el poder, pero no es tan f¨¢cil dejarlo graciosamente". Seg¨²n ¨¦l, las Fuerzas Armadas "deben reservarse el papel de ¨²ltima reserva de una naci¨®n".

A 13 d¨ªas de la derrota del general Augusto Pinochet, que lo fue por una diferencia del 11,8% (3.931.337 votos no y 3.084.870 s¨ª, seg¨²n el director del Servicio Electoral, Juan Ignacio Garc¨ªa), sus efectos contin¨²an presentes en la derecha y el r¨¦gimen como movimientos s¨ªsmicos que siguen a un gran terremoto. Pinochet, de vacaciones por unos d¨ªas en su residencia veraniega de Bucalemu, mastica el sabor de una derrota para ¨¦l inesperada.

La soledad del dictador

La posibilidad de que el general fuera nuevamente candidato en las elecciones presidenciales de diciembre de 1988, expresada por su esposa, Luc¨ªa Hiriart, aparece hoy como irreal. Renovaci¨®n Nacional y la Uni¨®n Dem¨®crata Independiente (UDI), los dos principales partidos de la derecha que apoyaron el s¨ª, cerraron las puertas a las ambiciones de Pinochet, y el propio ministro del Interior, Sergio Fern¨¢ndez, termin¨® admitiendo que no se considera una reforma a la Constituci¨®n ni siquiera de las normas de la pr¨®xima elecci¨®n.

Frente a la soledad pol¨ªtica del dictador, cobraron fuerza nuevamente esta semana las versiones de un pr¨®ximo cambio de Gabinete. Tanto los partidos de la derecha como los de la oposici¨®n estiman que la etapa del di¨¢logo s¨®lo se puede abrir despu¨¦s de la renuncia de Fern¨¢ndez. "El pol¨¦mico Gabinete de que dispone [Pinochet], exigido por las fuerzas centr¨ªfugas que ha originado la derrota, no aguanta mucho m¨¢s en el poder", sostuvo el diario opositor La ?poca.

Si la derecha unida, con el apoyo de las Fuerzas Armadas, el miedo de 15 a?os de represi¨®n y una costosa campa?a en televisi¨®n, no fue capaz de lograr que Pinochet ganara el plesbicito, dividida marcha a una segura derrota en las pr¨®ximas elecciones presidenciales y del Congreso. Los partidos que apoyaron el s¨ª han buscado en los ¨²ltimos d¨ªas, durante febriles reuniones, consolidar una posici¨®n ¨²nica y pasar la hora de las recriminaciones mutuas.

La derecha desea, pero ve improbable, una divisi¨®n en la oposici¨®n. Ricardo Lagos, presidente del Partido por la Democracia, uno de los dirigentes de la izquierda que consolid¨® su liderazgo durante la campa?a, reiter¨® que no aspira a ser candidato en la pr¨®xima elecci¨®n "porque tiene que haber un momento de renunciamiento". El ex senador comunista Volodia Teitelboim y miembro de la comisi¨®n pol¨ªtica de este partido, declar¨®: "Nuestro af¨¢n es unitario: todo lo que ayuda a la democracia y a la libertad contar¨¢ con nuestro apoyo". Y pidi¨® que el candidato de la oposici¨®n no fuera impuesto.

S¨®lo un sector del Frente Patri¨®tico Manuel Rodr¨ªguez (FPMR), que combate con las armas al r¨¦gimen, ha rechazado una negociaci¨®n entre el r¨¦gimen y la oposici¨®n. Desde la c¨¢rcel, V¨ªctor D¨ªaz, uno de los presuntos autores materiales del frustrado atentado contra Pinochet, portavoz oficioso del FPMR, afirm¨® que su grupo iniciar¨¢ una "guerra patri¨®tica nacional, cuyo componente esencial es la lucha armada" contra el r¨¦gimen. En declaraciones al conservador matutino El Mercurio, D¨ªaz afirm¨®: "El ¨²nico triunfo del no que aceptamos es que se vaya Pinochet del poder".

La derecha busca ahora refugiarse en lo que considera su mayor ¨¦xito de los 15 a?os de dictadura: la llamada revoluci¨®n silenciosa de la econom¨ªa. Quiere rescatar para su molino a quienes votaron no por rechazo al candidato Pinochet, aunque el modelo econ¨®mico neoliberal les parece aceptable. Pero los resultados del plebiscito indican que esta t¨¢ctica puede estar tambi¨¦n fundada en una ilusi¨®n. En Copiap¨® y Curic¨®, dos zonas consideradas polos del modelo econ¨®mico impulsado por el Gobierno, el no se impuso en el plebiscito.