El Auditorio y el Real, dos caras de la misma moneda

El Teatro Real ha cerrado sus puertas durante cuatro a?os para reencontrarse con su aut¨¦ntico destino, el de su historia; ser el teatro de la ¨®pera de Madrid. El Ministerio de Cultura y el de Obras P¨²blicas, a trav¨¦s de un convenio firmado en mayo de 1988, establecieron los mecanismos necesarios para asegurar la financiaci¨®n de este proceso. Se devuelve as¨ª a la ciudad de Madrid un teatro del que carec¨ªa y que le imposibilitaba homologarse con otras capitales europeas de gran tradici¨®n cultural. La reconversi¨®n comienza ahora y, con la inauguraci¨®n del Real en 1992, Madrid podr¨¢ afrontar en condiciones de igualdad su capitalidad cultural de Europa.El camino recorrido ha sido largo y no exento de dificultades. Avatares pol¨ªticos y administrativos han pesado durante estos sesenta a?os sobre el viejo Teatro Real, habiendo incluso existido la amenaza de su posible desaparici¨®n. Desde su apertura como sala de m¨²sica sinf¨®nica, hace ya 22 a?os, el p¨²blico y la Administraci¨®n han podido convencerse de que su verdadera vocaci¨®n, su destino real, era volver a ser escenario de ¨®pera, a pesar de haber desempe?ado muy dignamente su papel como gran sala de conciertos. Por tanto, devolver el Teatro Real al origen para el que fue construido no es s¨®lo una reparaci¨®n y una justicia hist¨®rica, sino algo trascendental para la vida oper¨ªstica y musical de Espa?a. El p¨²blico y el Ministerio de Cultura han percibido en completa sinton¨ªa la necesidad de instalar definitivamente en la capital de Espa?a un centro de producci¨®n oper¨ªstica, el gran teatro l¨ªrico que fue y nunca debi¨® dejar de ser.

Ma?ana se inaugura el Auditorio Nacional de M¨²sica. Es el primer edificio que se construye en Madrid pensado y dise?ado exclusivamente para la pr¨¢ctica musical y se constituye en sede de la Orquesta y Coro Nacionales como instrumento p¨²blico al servicio de la m¨²sica en nuestro pa¨ªs. Su inauguraci¨®n marca el nacimiento de un auditorio de conciertos con todos los adelantos t¨¦cnicos y de equipamiento que har¨¢n de ¨¦l uno de los mejores de Europa.

Plan de infraestructura

Este doble hecho consecutivo en el tiempo, pero simult¨¢neo en su significaci¨®n de despedida del Real e inauguraci¨®n del Auditorio, no tendr¨ªa su sentido pol¨ªtico pleno si no estuviera enmarcado dentro del Plan Nacional de Infraestructura Musical, dise?ado en 1983 y puesto en marcha un a?o m¨¢s tarde. Este plan surge de la reflexi¨®n sobre nuestra cr¨®nica carencia de infraestructura musical y con el decidido prop¨®sito de atender, con la creaci¨®n de un local de producci¨®n de actividades musicales, una demanda que no para de crecer, demanda en cuya composici¨®n destaca la incorporaci¨®n constante de p¨²blico joven. Pero no hay que olvidar que tambi¨¦n es cierto que la existencia de un auditorio de programaci¨®n peri¨®dica, en una poblaci¨®n determinada y con un p¨²blico que equipara sus necesidades culturales a su nivel de vida, crea y mantiene una afici¨®n que estuvo latente antes de la construcci¨®n del edificio. La creaci¨®n de espacios para la m¨²sica contribuye fundamentalmente a promoverla y a enriquecer la vida de la ciudad que los alberga.

Esta es la raz¨®n de fondo del planteamiento realizado y que en este momento se desarrolla en ciudades espa?olas que en una primera fase han sido tomadas como cabeceras musicales: Valencia (construido), Santander, Sevilla y Cuenca (en construcci¨®n), Santiago, Murcia, Las Palmas (en proyecto), etc¨¦tera, a los que hay que a?adir la creaci¨®n en Cuenca de la sede de la Joven Orquesta Nacional como una de las primeras experiencias de renovaci¨®n pedag¨®gico-musicales.

Este plan de infraestructura supondr¨¢ al final de esta primera fase (1993-1994) una inversi¨®n pr¨®xima a los 25.000 millones de pesetas entre las administraciones intervinientes (Ministerio de Cultural, MOPU, ayuntamientos, diputaciones, comunidades aut¨®nomas).

Posiblemente todo ello suponga el fin de nuestro d¨¦ficit hist¨®rico para la m¨²sica y sea el comienzo de una nueva etapa en nuestro pa¨ªs. Se apuesta as¨ª por la permanencia y estabilidad del fen¨®meno musical, aportando s¨®lidas infraestructuras para su desarrollo, garantizando, por un lado, la continuidad de la vida musical, y, por otro, la democratizaci¨®n del acceso de la mayor¨ªa al disfrute de las actividades musicales. Si este proceso contin¨²a y se completa con arreglo a la reflexi¨®n que lo inici¨® tal vez habremos conseguido borrar esa no siempre advertida huella de culpabilidad que lleva en s¨ª la cultura encerrada por las minor¨ªas para las minor¨ªas.