'Perestroika' en el B¨¢ltico
Este fin de semana se institucionaliza en Lituania un frente popular como los de Estonia y Letonia
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La perestroika en las rep¨²blicas sovi¨¦ticas del B¨¢ltico cierra esta semana una fase organizativa en Lituania con la institucionalizaci¨®n de El Movimiento (Sajudis), una organizaci¨®n de masas hermana de los Frentes Populares ya existentes en Estonia y Letonia. La direcci¨®n comunista lituana se apresta, con relevos [ayer, un reformista, Algirdas Cekuolis, fue nombrado jefe del partido, seg¨²n Reuter], a coexistir con El Movimiento de Apoyo a la Perestroika, nombre de la entidad, cuyos fundadores son 35 intelectuales (escritores, fil¨®sofos, artistas y economistas entre otros), 17 de los cuales son miembros del PCUS.
El congreso fundacional de El Movimiento se celebrar¨¢ los d¨ªas 22 y 23 de octubre en Vilnius, siguiendo a los congresos del Frente Popular de Estonia y de Letonia, celebrados a principios de mes con una semana de diferencia.En ambas rep¨²blicas b¨¢lticas, la aparici¨®n de los frentes ha ido acompa?ada del relevo del primer secretario del partido por un funcionario que acepte y sea aceptado por el nuevo contrapeso y desdoblamiento del poder. En los frentes un programa de reforma con gran autonom¨ªa da una alternativa al independentismo.
El turno le ha tocado a Lituania, donde el mi¨¦rcoles 19 de octubre, el Bur¨® pol¨ªtico del partido comunista ha sustituido al primer secretario Ringuadas Songaila por Algis Brazauscas, seg¨²n inform¨® un directivo de la Prensa lituana, comunista y miembro de El Movimiento a la vez. Brazauscas es economista y ha dirigido el organismo lituano de Planificaci¨®n.
Cambios
El relevo, que debe ser confirmado por un pleno del Comit¨¦ Central lituano, pondr¨ªa en escena a un flamante nuevo primer secretario cuando comience el congreso de El Movimiento. A ¨¦ste asisten desde funcionarios comunistas a grupos informales de m¨¢s de 30 localidades sovi¨¦ticas. Los nombres de muchos de ellos son mantenidos en secreto por Petras Baitiacunas, uno de los organizadores, por temor a que los invitados sean retenidos por la polic¨ªa local.Songaila, considerado un hombre de transici¨®n, hab¨ªa criticado en septiembre las manifestaciones destructivas que, a su juicio, exist¨ªan dentro de El Movimiento.
Songaila habl¨¦ de un intento de minimizar el papel dirigente del partido e inst¨® a los comunistas a dirigir El Movimiento. Songaila parece haberse quemado, sobre todo, en la represi¨®n de un mitin el 28 de septiembre en el centro de Vilnius.
El mitin conmemoraba la firma de uno de los documentos del pacto Molotov-Ribbentrop en 1939. Al igual que Estonia y Letonia, Lituania fue independiente desde finales de la I Guerra Mundial hasta la anexi¨®n sovi¨¦tica en 1940.
Las fuerzas del Ministerio del Interior, equipadas con cascos, porras y escudos, reprimieron brutalmente el acto convocado por la Liga de la Libertad de Lituania (LLL), una organizaci¨®n independentista clandestina hasta este a?o.
El Movimiento ha condenado la represi¨®n y ha promovido el env¨ªo a Gorbachov de un telegrama de las asociaciones intelectuales de Lituania en el que se expresa la "desconfianza pol¨ªtica hacia Songaila".
Una comisi¨®n investigadora oficial habr¨ªa determinado que Songaila y el segundo secretario, el ruso Nikolai Mitkin, fueron responsables de la acci¨®n policial, seg¨²n Alginautas Cekuolis, director del semanario Gimtasis Krastaj.
La represi¨®n u obstaculizaci¨®n de otras manifestaciones nacionalistas en el pasado no suscit¨® tama?a respuesta por parte de los sectores influyentes de Lituania que hoy giran en torno a El Movimiento.
En la plaza Gediminas de Vilnius ondea hoy la bandera tricolor lituana (amarilla, verde y roja), autorizada el 7 de octubre. "En febrero todav¨ªa mandaban a la c¨¢rcel por eso", dice Arunas Degutis, un activista de El Movimiento. La bandera lituana ondea junto al espacio cubierto de flores que para s¨ª ha acotado Petras Cidzikas, en huelga de hambre desde el 29 de septiembre para pedir la liberaci¨®n de ocho prisioneros de conciencia lituanos.
Con los brazos en cruz
Un gran n¨²mero de curiosos contemplan a Cidzikas, echado en el suelo, con los brazos en cruz, y tambi¨¦n los murales expuestos a lo largo de la fachada de la catedral cat¨®lica de San Estanislao cerrada al culto en los cuarenta. Hay aqu¨ª dibujos caracterizando como nazis a la polic¨ªa sovi¨¦tica y llamamientos al papa Juan Pablo II para que visite pronto Lituania, donde la mayor parte de la poblaci¨®n es cat¨®lica.La tricolor ondea tambi¨¦n en uno de los puestos de recogida de firmas para cerrar la central nuclear de Ignalina (destinada a ser la mayor del mundo), cuyos reactores, del tipo Chernobil, han sufrido dos aver¨ªas este a?o. Ignalina es el caballo de batalla del movimiento ecologista lituano.
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