Ilustraci¨®n
Hay que reconocer que Carlos III muri¨® en fecha muy oportuna. Si aquellas fiebres inflamatorias le hubieran atacado un par de a?os antes, en 1786, habr¨ªa sido imposible celebrar la Ilustraci¨®n como ahora la estamos celebrando, sin competidores y sobre todo con la intelectualidad europea teorizando el neoiluminismo como alternativa a la crisis ideol¨®gica que no dej¨® t¨ªtere con cabeza y utop¨ªa con peana. Porque en 1986, como se recordar¨¢, todav¨ªa reinaba en Madrid la posmodernidad, y no era cosa de festejar al mismo tiempo y por las mismas calles los funerales de la raz¨®n y el progreso con el revival de la raz¨®n y el progreso. Y si el monarca hubiera aguantado otro a?o, o al menos un mes, peor todav¨ªa. Que en 1989 los de Par¨ªs se disponen a celebrar el bicentenario de la Revoluci¨®n Francesa, y ser¨ªa rid¨ªculo competir con los padres de la criatura ilustrada en el preciso momento de asaltar la Bastilla, y encima desde el carlotercismo.Ya s¨¦ que suena un poco disparatado esto de utilizar la muerte de un rey absolutista y aficionado al chocolate para festejar una Ilustraci¨®n espa?ola que nunca existi¨®, y festejarla despu¨¦s de haber estado jaleando en los ¨²ltimos tiempos la muerte posmoderna de la raz¨®n y el progreso sin haber estado nunca all¨ª. Pero por eso resulta tan oportuna la muerte de Carlos III en 1788. Es un excelente pretexto cronol¨®gico, no para conmemorar aquella Ilustraci¨®n tan ap¨®crifa, sino para inventar y vivir la Ilustraci¨®n pendiente dos siglos despu¨¦s, en plan master de las Luces y antes de dedicamos al neoiluminismo. Lo intolerable es que circulemos por la historia como hasta la fecha, en direcci¨®n contraria, saltando etapas y siempre con la velocidad cambiada: tortugas si pintan liebres y movidas post cuando todo Dios regresa a la raz¨®n con el rabo entre las piernas. A ver si con el truco de los centenarios incurrimos por fin en sind¨¦resis hist¨®rica. Este a?o toca el Siglo de las Luces, el pr¨®ximo es la toma de la Bastilla y la Revoluci¨®n Francesa, y en 1992, ojo, s¨®lo el descubrimiento de Europa.
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