El pianista Gavrilov
Se llen¨® el Monumental para escuchar el primer concierto de abono de la Sinf¨®nica de RTVE, dirigida por su titular, el h¨²ngaro ?rp¨¢d Jo¨®, y con la presentaci¨®n del pianista sovi¨¦tico Andrei Gavrilov (Mosc¨², 1955). Se trata de uno de los j¨®venes pesos pesados del pianismo actual y de un caracter¨ªstico heredero de la escuela de Neuhaus, due?o de una t¨¦cnica mec¨¢nica deslumbrante y una musicalidad que gusta de subrayar, y hasta exagerar un poco, el expresivismo metarrom¨¢ntico de Chaikovski.La versi¨®n del Concierto en si bemol menor nos mostr¨® la capacidad de Gavrilov, que sobrepasa su idoneidad para el repertorio ruso. De hecho, Gavrilov -premio Chaikovski a los 19 a?os- ha abordado con igual ¨¦xito todos los estilos y est¨¦ticas del gran piano que el romanticismo convirtiera casi en s¨ªntesis sinf¨®nica. Como la ac¨²stica del Monumental confirma, d¨ªa a d¨ªa, sus excelencias por presencia, claridad y naturalidad sonora, la orquesta suena en todas sus cuerdas con alta calidad y sin asomo de dureza o violencia alguna.
Orquesta Sinf¨®nica de RTVE
Director: ?rp¨¢d Jo¨®. Solista: A. Gavrilov, piano. Obras de Chaikovski y Bartok. Monumental Cinema, 20 de octubre.
?rp¨¢d Jo¨®, ce?ido y brillante colaborador del solista, evidenci¨® una magn¨ªfica comprensi¨®n de Bela Bartok al dirigir el Concierto para orquesta, obra que resume la capacidad de invenci¨®n, la imaginaci¨®n, el sentido del color y del ritmo y la m¨¢s feliz explotaci¨®n de las ra¨ªces popularistas. Bartok tiene en el Concierto una suerte de suma estil¨ªstica y biogr¨¢fica que el director y los sinf¨®nicos radiotelevisivos expusieron de modo transparente, aunque, quiz¨¢, con cierta cortedad de fantas¨ªa. En todo caso se aplaudi¨® el buen orden en la arquitectura y en los detalles y la l¨®gica manera de narrar.
Incidentes
Antes de iniciar su actuaci¨®n, el pianista Gavrilov, con el concierto que abr¨ªa el programa, se escuch¨® una peque?a y creciente algarab¨ªa. Al parecer, se trataba de unos abonados que, al buscar sus localidades, comprobaron que no exist¨ªan. Seg¨²n nuestros informes, hab¨ªan sido levantadas para hacer sitio a las c¨¢maras de televisi¨®n. La estent¨®rea protesta de los interesados, atendidos exclusivamente por un acomodador, tuvo eco en otros oyentes, en tanto algunos reclamaban silencio. Gavrilov, ante el piano, sonre¨ªa sin comprender nada. Ensay¨® unas escalas, aprovech¨® unos segundos de silencio para preguntar al p¨²blico cortesmente, "all right?". El bochorno dur¨® m¨¢s de lo conveniente y, en todo caso, se trata de irregularidades que deben evitarse.
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