La gran reserva
ENVIADO ESPECIALLa gran reserva del toreo la tiene ahora mismo Curro Romero. Unos maestros en la otra vida, otros en jubilaci¨®n voluntaria o forzosa, para ver torear puro queda Curro. Le gritan por su inhibiciones, cuando hace uso de ellas -no ayer- pero lo que de verdad le ocurre a Curro es que cada vez torea mejor. Dicen que para eso necesita que le salga el tonto de la pandereta. No tanto; es mas, ni le sirve semejante especie. Un toro boyante le basta. Claro que tal como est¨¢ el panorama ganadero, el toro boyante sale mucho menos que el tonto de la pandereta.
Ayer le sali¨® en la Maestranza a Curro ese toro boyante y le iba a bordar el toreo. S¨®lo que el animalejo se le ca¨ªa continuamente y hubo de conformarse con pespuntearlo. Le pespunte¨® unos redondos, un pase de pecho hermos¨ªsimo, un filtir¨¦ de naturales un cambio de mano antol¨®gico y fue el roset¨®n. El gusto y el resgusto del toreo se hac¨ªan aroma intenso en el pespunte, en el filtir¨¦, en el roset¨®n. Entre morrones y panzadas del torejo boyante cuanto hac¨ªa Curro constitu¨ªa una lecci¨®n aut¨¦ntica de tauromaquia.
S¨¢nchez / Seis matadores
Novillos de Ram¨®n S¨¢nchez (62, sobrero), desiguales de presencia, inv¨¢lidos. Curro Romero: pinchazo y estocada ca¨ªda (gran ovaci¨®n y salida al tercio), Rafael de Paula: estocada (vuelta). Pepe Luis V¨¢zquez: estocada ca¨ªda perdiendo la muleta (algunas palmas). Curro Caro: pinchazo hondo atravesado, siete descabellos -aviso con retraso- y dos descabellos (gran ovaci¨®n y salida al tercio). Fernando Cepeda: bajonazo (aplausos y saludos). Domingo Valderrama: cuatro pinchazos, estocada atravesada y descabello (palmas). Plaza de la Maestranza, 22 de octubre. Festival Fundaci¨®n Tagore.
Se notar¨ªa luego. No cuando Rafael de Paula, que tiene acendrado el concepto barroco del arte de torear y se met¨ªa en ese galimat¨ªas tan suyo de posturas abelmontadas entre otras menos acad¨¦micas, con resultado variopinto. S¨ª cuando Pepe Luis V¨¢zquez, que tambi¨¦n hizo en redondo un toreo exquisito. Y, sobre todo, cuando el cuarto espada del festival, Curro Caro, que depur¨® el estilo propio (acaso pues asimil¨® el ajeno, el del fara¨®n) e hizo el mejor toreo que le hayamos visto nunca. A Fernando Cepeda le correspondi¨® un inv¨¢lido absoluto que adem¨¢s era la ratita. A Domingo Valderrama otro inv¨¢lido absoluto que adem¨¢s sac¨® geniecillo, y le peg¨® un volteret¨®n.
Rafael de Paula dio algunas ver¨®nicas y medias ver¨®nicas buenas e hizo una faena largu¨ªsima, en alternancia naturales y redondos, elegancia y tosquedad, crispaciones y majeza, cargando la suerte o de frente, con utilizaci¨®n abusiva del pico, que desmerec¨ªa incluso los bell¨ªsimos derechazos de las postrimer¨ªas del trasteo. Pepe Luis V¨¢zquez no lo vio claro tras los redondos y si bien su estilo y su andadura eran irreprochables, no acababa de confiarse y acab¨® dando pases sin convicci¨®n, ni suya ni del p¨²blico. El silencio era entonces tal, que se o¨ªa volar una mosca.
La ratita de Fernando Cepeda se estuvo cayendo desde que sali¨® y al primer pase de muleta rod¨® junto a los mism¨ªsimos pies del torero. Luego caer¨ªa muchas veces m¨¢s. El p¨²blico ped¨ªa a Cepeda que rematara la ratita, pero Cepeda prefer¨ªa dar pases pues le tienen convertido en pegapases y hab¨ªa de ser consecuente. La ¨²ltima ratita la devolvieron al corral por inv¨¢lida y la sobrera sac¨® un geniecillo excesivo para las capacidades del valiente, jovencito y a¨²n inexperto Domingo Valderrama.
Curro Carro, con el novillo m¨¢s enterizo y pastue?o del festival, levant¨® clamores al pasarlo por trincherazos y pases de la firma, y construt¨® despu¨¦s una faena reposada, honda, excelente en los naturales. Cargaba la suerte Curro Caro como Curro el fara¨®n, la gran reserva de toreo puro, hab¨ªa ense?ado una horita antes, y en la Maestranza hab¨ªa consenso de que el toreo es as¨ª, por fuerza ha de ser as¨ª, si ha de resultar emocionante, hondo y bello.
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