Un circo de sentimientos retransmitido desde Alaska
F.G. B., Las compa?¨ªas petrol¨ªferas que perforan en Alaska en seguida cedieron sus equipos gan¨¢ndose, el favor de los defensores de la naturaleza, que critican su actividad en la bah¨ªa de Prudhoe y el oleoducto a trav¨¦s del Estado.
Un esfuerzo, adem¨¢s, barato para Arco, que se ha gastado 180 millones de d¨®lares en la lucha contra la contaminaci¨®n. Incluso ofrecieron detener la b¨²squeda de oro negro en la zona contigua a la que se encuentran las dos ballenas para no molestarles. Todo este circo de buenos sentimientos ha sido impulsado por el hecho de que las ballenas se estancaron a s¨®lo 14 millas de una estaci¨®n de televisi¨®n, la ¨²nica en cientos de kil¨®metros a la redonda.
Barrow, en la costa del oc¨¦ano Artico, es una fiesta y los esquimales est¨¢n cobrando 200 d¨®lares a los periodistas por llevarles en sus trineos mec¨¢nicos hasta el lugar de los hechos. Incluso se ha considerado, si fallan los rompehielos sovi¨¦ticos y una nueva m¨¢quina experimental que va a probarse, en dormir a las ballenas y pescarlas con una red para transportarlas, en helic¨®pteros, m¨¢s all¨¢ de la capa s¨®lida de hielo.
Esfuerzo sin sentido
La saga de las ballenas ha ido demasiado lejos y la atenci¨®n que se le est¨¢ prestando es desproporcionada a la importancia de estos animales, se atreven a opinar algunos cient¨ªficos. El espect¨¢culo est¨¢ sirviendo sobre todo no para ver el comportamiento de estos mam¨ªferos -son por cierto horribles y han sido comparados por su piel arrugada a patatas abandonadas mucho tiempo en una nevera-, sino para analizar la actuaci¨®n de los humanos que tratan de salvarlas.
Algunos -bi¨®logos comienzan a decir que el esfuerzo no tiene sentido, ya que esta especie de ballenas no est¨¢ desapareciendo. Se calcula en 20.000 el n¨²mero de ballenas grises, y crecen a un ritmo del 2,5% anual.
Pero dejarlas morir ser¨ªa como acabar con el gato o el perro dom¨¦stico, con el agravante de que la crueldad ser¨ªa televisada en directo.
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