Marginal
Llegan a mis manos con un aleteo herido. Cartas, informes, fotocopias, desesperadas llamadas de atenci¨®n. Temas marginales sepultados por el pesado tonelaje de la vida oficial, entre opas, presupuestos generales, banqueros y ministros, chismorreos pol¨ªticos y la reina Isabel y sus sombreros.Llegan a mis manos historias desde?adas y esenciales. Como el caso de Boulfrakh, refugiado argelino que, tras residir cuatro a?os y medio en Espa?a, ha visto denegada su petici¨®n de asilo pol¨ªtico. Angustiosa situaci¨®n de la que nadie se hace eco, porque nuestro pa¨ªs anda embarcado ¨²ltimamente en amorosos y subterr¨¢neos tratos con Argelia. Ya en diciembre de 1987 nuestro Gobierno entreg¨® a la polic¨ªa argelina al refugiado Mustapha, en la actualidad pudri¨¦ndose en alguna c¨¢rcel africana. Una enojosa menudencia.
En ocasiones, las noticias llegan a trav¨¦s de un mensajero. Como XX, soci¨®loga espa?ola que ha ido a Gaza y CisJordania como voluntaria de la UNRWA, el organismo de la ONU para los refugiados. Y cuenta XX del horror en el que viven los palestinos; de c¨®mo hay campos que est¨¢n en toque de queda permanente, con las gentes encerradas las 24 horas en sus casas durante varios meses, sin m¨¢s comida que la que les facilita la UNRWA tras luchar contra las trabas burocr¨¢ticas israel¨ªes y sufriendo, en fin, la directa represi¨®n de los soldados: "Yo he visto pegar palizas a ni?os de ocho a?os", dice XX. "Y he visto c¨®mo los palestinos, para hacer fuego y guisar, tienen que quemar los pocos muebles que les quedan, los zapatos...".
Llegan a mis manos cartas de presos espa?oles, ventanas epistolares al infierno; y noticias de los muertos por hambruna en Bangladesh. Llegan papeles empapados con el dolor del mundo, informes que nadie quiere leer y ninguno recuerda, con la esperanza de conquistar un rinconcito en esta columna, apenas unas l¨ªneas de existencia en el espacio p¨²blico. Un d¨ªa, hoy, me siento a la m¨¢quina, tecleo apresuradamente y publico algo. Y luego, ustedes, y yo misma, nos apresuraremos a olvidarlo.
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