Sawallisch dirige la misa de Beethoven

El Festival de Oto?o nos trajo, en la noche del viernes, a la Orquesta y Coro de la ¨®pera de Baviera, dirigidos por Wolfgang Sawallisch, para interpretar la Misa solemne en re mayor, opus 123, que con la Novena sinfon¨ªa (recientemente revisada) culmina un aspecto de la creaci¨®n beethoveniana, m¨¢ximo testimonio de la religiosidad musical y de la escritura contrapunt¨ªstica del compositor que tanto admir¨® las realizaciones glorificantes de Palestrina.Nacido en M¨²nich el a?o 1923, la gran carrera de Sawallisch se inicia en 1952, cuando debuta al frente de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn, despu¨¦s de haber obtenido el premio de Ginebra como int¨¦rprete de sonatas.

La evoluci¨®n de Sawallisch le lleva tanto al campo sinf¨®nico como al oper¨ªstico -dirigi¨® varios a?os en Bayreuth-, y todas sus versiones llevan el sello de la autenticidad, la "marca de garant¨ªa" de un buen hacer por sometirniento de los cuidados detalles a las grandes arquitecturas. Es un maestro, en toda la extensi¨®n del t¨¦rmino, y en la Misa solemne lo ha demostrado una vez m¨¢s.

La Orquesta de la ?pera, de M¨²nich posee, como las grandes formaciones sinf¨®nico-dram¨¢ticas, una flexibilidad que hace m¨¢s visible las perfecciones de ejecuci¨®n, y una gran personalidad sonora.

Al gran reparto se a?adi¨® un desdichado gato, atrapado en no s¨¦ qu¨¦ tubo y poco sensible a la m¨²sica de Beethoven, a juzgar por sus maullido. No se encontr¨® otro recurso sino el de pcnede sordina y encerrarlo, todav¨ªa m¨¢s. ?Pobre animal! Pero el concierto pudo as¨ª desarrollarse con normalidad.