La olla de la 'perestroika'
EL VIAJE a Mosc¨² del canciller federal alem¨¢n, Helmut Kohl, concluido en un ambiente de euforia, a?ade un elemento nuevo, de suma importancia, en la evoluci¨®n de las relaciones entre las dos Europas. La idea, tan cara a Gorbachov, de una casa com¨²n europea sigue rodeada de ambig¨¹edades, pero lo cierto es que ha perdido vigencia la concepci¨®n de nuestro continente como un territorio dividido en dos partes enfrentadas, cada una de las cuales tiene como principal preocupaci¨®n prepararse para repeler una eventual agresi¨®n de la otra.En este clima existe un inter¨¦s creciente por conocer mejor lo que ocurre en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. En Barcelona acaba de celebrarse un seminario con una singularidad notable: la presencia de un elevado n¨²mero de sovi¨¦ticos con criterios dispares, y tambi¨¦n de algunos disidentes emigrados a Occidente. Como dijo el director del semanario moscovita Ogoniok: "Ustedes se enteran de estas cosas por la Prensa; nosotros, en cambio, nos cocemos en la olla misma de la perestroika, una olla en la que la sopa no est¨¢ lista a¨²n para ser servida a la mesa". En Barcelona se pudo ver la perestroika dentro de la olla.
Salieron a flote cuestiones decisivas, y en primer lugar, el hecho de que hoy -a diferencia de anteriores intentos reformistas- todo se pone en discusi¨®n. Caen los tab¨²es m¨¢s sacrosantos. Ya no asusta la pregunta de si estuvo justificada la Revoluci¨®n de Octubre. Lenin ha dejado de ser intocable; se discute sobre su responsabilidad en los inicios de los m¨¦todos terroristas. Despu¨¦s de medio siglo de historia oficial, utilizada sobre todo para legitimar un poder autocr¨¢tico, esta actitud abierta ante la historia, llena de interrogantes y al¨¦rgica a los dogmas, supone una revoluci¨®n de las mentalidades. De ella dimana adem¨¢s una especie de modestia sovi¨¦tica respecto del presente. Hay una saturaci¨®n de planes de futuro: generaciones enteras se han sacrificado pensando que constru¨ªan una sociedad ideal para el ma?ana. Ahora predomina el realismo. Como se dijo en Barcelona, lo que quieren hoy los sovi¨¦ticos no es un porvenir maravilloso, sino "un presente pasable". Objetivo, por otra parte, no f¨¢cil de alcanzar, sobre todo en el aspecto econ¨®mico.
?Ser¨¢ la econom¨ªa el tal¨®n de Aquiles de la perestroika? En todo caso, plantea dificultades que probablemente ser¨ªan insolubles sin una mayor cooperaci¨®n con el extranjero. Gorbachov ha retrasado la reforma de los precios, sin duda porque empeorar¨ªa la situaci¨®n de amplias capas, que podr¨ªan apoyar a los conservadores en contra del proceso de cambios. Para poder abastecer a la poblaci¨®n en los momentos m¨¢s tensos de la reforma, lo mismo que para otras necesidades urgentes, la URSS necesita cr¨¦ditos occidentales. El economista gorbachoviano Schmielov los eval¨²a en unos cuatro o cinco mil millones de d¨®lares. Todo indica que el Gobierno de la URSS, despu¨¦s de haber vacilado alg¨²n tiempo, ha decidido tomar ese camino; y que ha encontrado una respuesta positiva. Los cr¨¦ditos que acaban de ser otorgados a la URSS en varios pa¨ªses europeos suponen sin duda una apuesta pol¨ªtica en favor de la perestroika, y no s¨®lo por parte de los Gobiernos, sino de empresas y bancos.
Pero, como ha dicho Koratich, "la sopa todav¨ªa no est¨¢ lista para ser servida". A¨²n hay dudas sobre la suerte final de la obra reformadora, incluso entre gorbachovianos entusiastas. Los enemigos son fuertes, concretamente, en el aparato del partido. No se oponen de frente, pero sabotean, imponen vueltas atr¨¢s, restan eficacia a las medidas m¨¢s renovadoras. Mantienen as¨ª un clima de incertidumbre que frena el desarrollo de las corrientes de apoyo a la reforma entre amplios sectores de la poblaci¨®n. Gorbachov realiza cambios por etapas, pero sin cortar de golpe con un aparato que tiene el control efectivo del pa¨ªs. Por eso las elecciones de la pr¨®xima primavera, que desembocar¨¢n en la elecci¨®n de un presidente de la URSS, son decisivas. A condici¨®n, claro est¨¢, de que el pluralismo que se refleja ya en la Prensa se consolide y pueda introducir aires nuevos en el sistema.
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