El problema de la droga
Despu¨¦s de leer el art¨ªculo de Gianni Vattimo, que bajo el t¨ªtulo Droga y represi¨®n aparec¨ªa en EL PA?S del lunes 24 de octubre, no he resistido la tentaci¨®n de escribirles para aplaudir p¨²blicamente su contenido.Llevo mucho tiempo discutiendo con la gente de mi entorno sobre ese tema y siempre he llegado a las mismas conclusiones que ¨¦l.
Tan s¨®lo me permitir¨ªa hacer, modestamente, el presente comentario: la medida que se ha de tomar (yo preferir¨ªa llamarla liberalizaci¨®n, aunque no por ello exenta de una regulaci¨®n legal) debe ir coordinada internacionalmente, ya que de lo contrario convertir¨ªamos al pa¨ªs que se decidiera a llevarla a cabo en un para¨ªso del consumo.
Adem¨¢s, el derecho penal no puede ir dirigido nunca a protegernos de nosotros mismos, como si fu¨¦semos enfermos o lo suficientemente tontos como para hacer las cosas sin pensar en sus consecuencias. Lo que el
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El problema de la drogas
Viene de la p¨¢gina anteriorEstado ha de hacer es procurar informaci¨®n para que, dentro de lo que cabe, tomemos las decisiones, a favor o en contra de nuestra salud (es el mismo caso del tabaco), de forma libre, y no prohibir y reprimir conductas, lo cual acarrea consecuencias dudosas.
El derecho penal debe ir dirigido a prevenir la violaci¨®n de bienes jur¨ªdicos lo suficientemente valiosos como para imponer penas que disuadan a los ciudadanos de realizar tales violaciones, y siempre como ¨²ltimo recurso, ya que esas penas violan seriamente los derechos fundamentales del delincuente.
La represi¨®n no soluciona nada, y en este caso, medidas como la ¨²ltima reforma del C¨®digo Penal espa?ol, que impone unas penas m¨¢s duras, no conducen a nada, ya que rara vez se castiga a un traficante de envergadura, y lo ¨²nico que pueden generar son efectos secundarios menos deseados por la sociedad: encarecimiento de las drogas, con lo que el adicto debe cometer m¨¢s delitos para procurarse su dosis diaria, o utilizaci¨®n de menores en su distribuci¨®n (que tienen penas atenuadas).-
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