Una lealtad compartida
I. B., Cuando Graham Greene era ni?o asist¨ªa a un elegante colegio privado: Berkhamstead. Casualmente, el director de aquel colegio era su padre, el doctor Greene. De este hecho, la inc¨®moda situaci¨®n en la que se encontraba el ni?o Graham, dividido entre la lealtad debida a su padre y la rebelde complicidad (a menudo contra el director) vivida junto con sus compa?eros, naci¨® -afirma Graham Greene adulto- lo que ¨¦l denomina lealtad compartida. Lealtad dividida entre la nacionalidad y el credo ideol¨®gico, entre la religi¨®n y la pasi¨®n, entre la fe y el compromiso pol¨ªtico; tema que aparece en todas -o casi todas- sus novelas, desde El poder y la gloria hasta El rev¨¦s de la trama, desde Elfin de la aventura hasta Elfactor humano.
Imprevisiblemente, el peque?o Am no siente en absoluto esta "lealtad compartida"; el peque?o Jim, de 12 a?os, es el protagonista de The captain and the enerny, ¨²ltimo y 252 libro de Graham Greene, publicado hace un mes en el Reino Unido, muy bien acogido a todos los niveles (incluso por parte de sus enemigos hist¨®ricos como Anthony Burges9). En Italia ha sido editado con el t¨ªtulo L?uomo dai molti nomi (El hombre con muchos nombres). T¨ªtulo que aceptamos con reserva, dado que el original nos recuerda el hermoso ep¨ªgrafe, ambiguarnente greemano, con el que se abre el libro: "?Sabr¨ªais distinguir los buenos de los malos, al capit¨¢n del enemigo?".
Hu¨¦rfano de madre
El peque?o Jim no se llama precisamente Jim, sino V¨ªctor, V¨ªctor Baxter III. Sin embargo, un buen d¨ªa', un se?or con aspecto militar se presenta ante el director del colegio con una nota del padre del ni?o que le autoriza a llevarlo a comer fuera. Una vez sentados a la mesa, el se?or le comunica al aterrado pero no disgustado ni?o que es hu¨¦rfano de madre y que ha sido confiado a una aburrid¨ªsima t¨ªa, y que ¨¦l se lo ha ganado a su padre jugando al backgammon. Por tanto, rebautizado con el nombre de Jim, deber¨¢ seguirlo a partir de ahora.
As¨ª comienza una historia familiar parad¨®jica. Jim, que no experimenta un gran sentimiento filial, sigue al ganador y se ve regalado a Lisa, protegida y qui¨¦n sabe si amante del capit¨¢n, quien, de lejos, sumergido en extra?os asuntos seductoramente turbios, se ocupa de las relaciones, en un semis¨®tano londinense, entre madre adoptiva y ni?o. Jim no asume las lealtades compartidas ni siquiera cuando, ya mayor, frente al dolor por la muerte de Lisa, es arrastrado por la curiosidad de descubrir la verdad sobre el capit¨¢n.
De todos modos no ser¨ªa justo para el lector narrar el desenlace de esta novela breve, exc¨¦ntrica, singular y extra?a, que el autor, con su gran nonchalance, define exactamente como lo hizo con Nuestro hombre en La Habana, El agente secreto y con Orient Express: un pasatiempo.
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