Del zulo a la obra
El empresario se lanza de nuevo a sus negocios inmobiliarios
Margarita S¨¢nchez, que hab¨ªa languidecido en los ¨²ltimos meses, estaba ayer "como unas casta?uelas, pero af¨®nica". La esposa del empresario se lamentaba de haber estado tan triste, "cuando ¨¦se no es mi car¨¢cte". Margarita S¨¢nchez no ha tenido tiempo, sin embargo, para contarle a su marido las largas horas de espera, porque desde que ha llegado no ha parado de hablar. "Se abraza a los que llegan, no ha sido capaz de dormir; a las dos horas de acostarse ha salido para estar con la gente". El empresario soriano se ha interesado por los edificios que dej¨® a medio construir que ver¨¢ pr¨¢cticamente acabados. Recuerda el tabique, las cristaleras, y quiere ver sus obras.
Lo primero que le ha pedido el industrial a su mujer es que le diera el pasador de oro de su corbata que perdi¨® durante el forcejeo que mantuvo con sus secuestradores el 24 de febrero pasado.Poco despu¨¦s para celebrar la liberaci¨®n la familia encarg¨® una paella y unos solomillos al cercano hotel Mindanao. Unas 20 personas se sentaron a la mesa presidida por el empresario mientras desde la televisi¨®n su hija Mayor, Margarita y su yerno, Jes¨²s ?lvarez, acompa?ados de un m¨¦dico relataban desde Torrespa?a detalles del regreso.
La familia del empresario ve dif¨ªcil sacar de vacaciones al reci¨¦n liberado "porque solo quiere trabajar y ver sus edificios".
Mientras su familia ha permanecido recluida en la fortaleza" como llama el empresario a su casa, Revilla ha pasado las horas muertas del secuestro realizando retratos de paisajes, de mujeres y de su familia.
Parece que tuvo que repetir cuatro veces el retrato de su mujer porque no acertaba a dibujar la boca. De su nieta Carlota lo gr¨® tres dibujos diferentes.
La inspiraci¨®n le lleg¨® a trav¨¦s de la revista Hola que los secuestradores le permitieron leer. Se da la circunstancia de que Enrique iba a la escuela en Olvega, su pueblo soriano.
Fuentes cercanas a la familia aseguran que Revilla escribi¨® durante su cautiverio "una especie de diario" pero que los secuestradores no le permitieron que llevara consigo.
Las cosas van a cambiar a partir de ahora. La familia ya no grabar¨¢ las informaciones de las emisoras de radio y de los informativos de las televisiones europeas, ni la profesora de piano tendr¨¢ que recortar los peri¨®dicos a diario. Margarita y Jes¨²s cambiar¨¢n su horario y volver¨¢n a ser diurnos. Los periodistas ya no dormir¨¢n a la puerta de Cristo Rey 3. La polic¨ªa abandonara la puerta y la seguridad privada contratada por la familia les sustituir¨¢.
La tarta que le entregaron los secuestradores y la carpeta de dibujos del empresario est¨¢n en poder de la polic¨ªa.
Margarita S¨¢nchez no dud¨® en proclamar, en declaraciones a Radio Nacional que ayer fue el d¨ªa m¨¢s feliz de su vida. "Estos ocho meses casi se me est¨¢n borrando ya y eso que estamos en el primer d¨ªa", dijo ayer.
"Esta casa ha vuelto a nacer, porque estaba paralizada, no hab¨ªa alegr¨ªa, ni una sonrisa, ni nada. Estoy af¨®nica de tanto hablar, por la falta de costumbre, ya que hab¨ªa d¨ªas que no hablaba nada", relataba alborozada la esposa del industrial.
La casa de los Revilla fue ayer lugar de paso incesante de amigos y familiares. Parece que todos se pusieron de acuerdo en alabar el buen aspecto de Emiliano, "muy jovial, muy delegado pero con buen aspecto", como se?al¨® Felix Sanz, primo de la esposa. El periodista Mat¨ªas Prats, amigo y compa?ero del yerno del industrial, Jes¨²s ?lvarez, opinaba tras visitar el domicilio de la familia, que Emiliano Revilla "trasmite tranquilidad a amigos y familiares", informa Efe.
Por su parte, el vicario espiscopal Antonio Astilleros acudi¨® por la ma?ana al domicilio de los Revilla en nombre del arzobispo de Madrid ?ngel Suqu¨ªa para interesarse por el industrial y su familia, informa Efe. Fueron los hijos de Revilla quienes le recibieron ya que el industrial se encontraba descansando en esos momentos. Para Astilleros, los Revilla "son un ejemplo de familia cristiana".
Los miembros de la familia quieren que la cotidianeidad vuelva pronto a su casa. Algunas estampas de los ¨²ltimos meses quedar¨¢n ya en el olvido. Los polic¨ªas que hac¨ªan guardia permanente con las consiguientes partidas de ajedrez con el periodista de turno, era una de las m¨¢s habituales. Nunca pensaron que algo as¨ª les pudiera suceder. Margarita S¨¢nchez recuerda aquel d¨ªa en el que vi¨® a su marido leer un reportaje sobre los papeles de Sokoa con un listado de nombres susceptibles de secuestro por ETA. "Mientras no venga yo", parece que fue la respuesta de Emiliano Revilla.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.