Con la 'intifada' al fondo
La cuesti¨®n palestina domina la campa?a israel¨ª
ENVIADA ESPECIAL"Va a ganar Shamir. Tiene que ganar porque lo que quieren hacer los laboristas es dar nuestra tierra a los palestinos, y si 20 pa¨ªses ¨¢rabes no les han ayudado, ?por qu¨¦ ha de ayudarles Israel?", me asegura con convicci¨®n el taxista. Y es esa actitud favorable o contraria al arreglo territorial con los palestinos, con la intitada (revuelta palestina) al fondo, la que en definitiva va a decidir ma?ana una gran parte de los votos en las elecciones legislativas israel¨ªes, de las que surgir¨¢ una nueva Kneset (Parlamento). Defensa y relaciones exteriores han dominado el 80% de la campa?a, que, salvo en el caso de los peque?os partidos, ha olvidado casi totalmente la agenda nacional.
Si bien es cierto que el levantamiento popular palestino, iniciado hace casi 11 meses, inquieta sobremanera al israel¨ª medio, no es menos cierto que la situaci¨®n de crisis econ¨®mica le plantea tambi¨¦n otros problemas. Paro, impuestos, tensi¨®n entre laicos religiosos, contaminaci¨®n, malas carreteras, carencia de viviendas, derechos civiles, relaciones entre ¨¢rabes yjud¨ªos dentro de Israel, etc¨¦tera, han estado ause-Ates de las intervenciones de los dos grandes partidos, el Likud y el Laborista.
Temas ausentes
La lista de los asuntos no mencionados se hace ?nterminable. S¨®lo el pasado jueves, a ra¨ªz de las huelgas que amenazaban con paralizar el pa¨ªs, los discursos pol¨ªticos dieron un giro hacia los problemas econ¨®micos.
"Querernos reducir los impuestos", ha asegurado el l¨ªder conservador, Isaac Shamir, pero ni ¨¦l ni sus colaboradores m¨¢s pr¨®ximos han explicado c¨®mo van a hacerlo. Igual misterio rodea la promesa laborista de crear 120.000 puestos de trabajo. Sim¨®n Peres no ha dado m¨¢s detalles.
Los espacios electorales por televisi¨®n tampoco han sido mucho m¨¢s expl¨ªcitos. En general, los comentaristas han calificado de aburridos los v¨ªdeos presentados por las dos grandes formaciones. S¨®lo los peque?os partidos, un total de 25 en esta convocatoria, han dado muestras de cierta originalidad.
Conservadores y laboristas han dedicado la mayor parte de su propaganda, igual que ya sucediera en el enfrentamiento televisado de sus respectivos dirigentes, a atacarse mutuamente. As¨ª, en uno de los anuncios m¨¢s comentados del Likud, el s¨ªmbolo laborista se transformaba alternativamente en una silueta de la cara de Peres y de la de Yasir Arafat, el l¨ªder palestino. Finalmente, la imagen de Peres permanec¨ªa fija, pero, sorpresa, cuando empezaba a hablar se o¨ªa la voz de Arafat.
Los laboristas llegaron a utilizar fragmentos de una entrevista concedida por el rey Husse¨ªn de Jordania a la cadena de televisi¨®n norteamericana ABC para apoyar su proyecto de paz. Tal proceder fue r¨¢pidamente cortado por la emisora.
Los hombres de Peres tambi¨¦n aprovecharon los tics de Shamir durante su cara a cara de la semana pasada para hacerle moverse ante las c¨¢maras como una marioneta. El enfrentamiento ha llegado casi al rid¨ªculo en el tema de los militares: ambas formaciones han competido ferozmente por ver qui¨¦n llevaba el mayor n¨²mero de generales a los programas de televisi¨®n para defender sus teor¨ªas de paz y seguridad.
"Nos ha dicho por qu¨¦ no debi¨¦ramos votar al Partido Laborista, pero no por qu¨¦ hay que votar al Likud", se quej¨® uno de los asistentes a un mitin electoral en ingl¨¦s del conservador Moshe Arens, actualmente ministro de Educaci¨®n. La queja es significativa del sentir de muchos de los electores.
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