La distancia m¨¢s corta entre Praga y Varsovia

Alexander Yakovlev, miembro del Bur¨® Pol¨ªtico del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y uno de los m¨¢s estrechos colaboradores del m¨¢ximo dirigente sovi¨¦tico, Mijail Gorbachov, ha hecho unas declaraciones que han pasado en gran parte inadvertidas en Occidente. YakovIev, uno de los adalides de la perestroika, compara la Checoslovaquia de la primavera de Praga de 1968 que provoc¨® la invasi¨®n de los ej¨¦rcitos del Pacto de Varsovia, con la Polonia actual. Como dijo YakovIev a The New York Times, los cambios pol¨ªticos en Europa oriental amenazan la seguridad de la URSS cuando son fomentados y apoyados directamente por Occidente como, seg¨²n afirma, pas¨® en Checoslovaquia en 1968 y pasa en Polonia hoy.El paralelismo que hace Yakovlev entre los tr¨¢gicos acontecimientos de Praga hace 20 a?os y el caso polaco es una advertencia a todos los pa¨ªses socialistas aliados de Mosc¨².

Grandes sectores de la poblaci¨®n de los vecinos de la URSS albergan grandes esperanzas de que la creciente autonom¨ªa de sus Estados frente a la URSS colme en un futuro no lejano sus aspiraciones nacionales de independencia real y pol¨ªticas de pluralismo. Desde Estonia a Bulgaria, la perestroika y la glasnost producen conmociones sociales y pol¨ªticas en todo el cintur¨®n protector de la URSS ante Occidente.

YakovIev, sin embargo, advierte, tal como hizo Gorbachov en su discurso ante el canciller federal alem¨¢n Helmut Kohl en Mosc¨² en relaci¨®n con la divisi¨®n alemana, que el orden geopol¨ªtico vigente desde la II Guerra sigue respondiendo a los intereses sovi¨¦ticos.

Cualquier intento de cambiarlo supondr¨ªa una violaci¨®n de estos intereses. Los cambios pol¨ªticos en Europa del Este son imprescindibles para que los aliados de la URSS como la superpotencia misma no sucumban en el tercermundismo y la insignificancia econ¨®mica. La URSS los promueve y apoya. Pero siempre bajo la condici¨®n de que no desestabilicen la alianza ni tenga la URSS que temer a un vecino hostil.

Entre una Checoslovaquia con una econom¨ªa d¨¦bil, una industria obsoleta y una poblaci¨®n ap¨¢tica pero al Fin y al cabo estable y bajo control del partido y la polic¨ªa o una Checoslovaquia continuamente conmocionada por des¨®rdenes sociales, huelgas, disputas entre facciones irreconciliables en la vida pol¨ªtica y el m¨¢s que probable resurgir de movimientos de revancha contra los agravios cometidos a la poblaci¨®n por los comunistas, la URSS prefiere la primera.

Es el mal menor. Lo mismo vale para Hungr¨ªa, Bulgaria y en mucho mayor medida para Alemania Oriental, el basti¨®n ante Occidente, y para Polonia, con m¨¢s de 1.200 kil¨®metros de frontera con la URSS.

S¨®lo se ir¨¢n las tropas sovi¨¦ticas estacionadas en estos pa¨ªses en el marco de un acuerdo general que incluya una retirada norteamericana de Europa occidental, por supuesto de la Rep¨²blica Federal de Alemania, y siempre y cuando los reg¨ªmenes socialistas tengan la autoridad y la estabilidad para mantenerse por s¨ª mismos.

En el ¨²ltimo a?o ha aumentado gravemente la inestabilidad pol¨ªtica en todos los pa¨ªses socialistas, desde una Rumania donde la desesperaci¨®n de la poblaci¨®n es ya mayor que el miedo hasta Alemania Oriental y Checoslovaquia, donde las medidas represivas de sus reg¨ªmenes no pueden frenar una creciente movilizaci¨®n de protesta. El mayor riesgo radica sin embargo en el m¨¢s grande y m¨¢s cercano los aliados de la URSS, Polonia, cuya situaci¨®n pone en peligro la seguridad de la URSS, seg¨²n YakovIev.